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Recoger unas polainas, 22.400 euros

El abigarrado periplo que realizó el jet de Lyng con ese sacrificado José Manuel Soria a bordo, merece que se desmenuce: los ilustres viajeros salieron de Gran Canaria el 22 de agosto rumbo al aeropuerto de Salzburgo-W.A. Mozart, lo que les obligó a recorrer 3.299 kilómetros. Al día siguiente, vuelta a Gran Canaria a dejar a doña Irina y a recoger unas polainas para ir a la no pesca del salmón (vengan otros 3.299 kilómetros). Y al día siguiente, con el equipaje bucólico-pastoril en las bodegas, 4.387 kilómetros desde Gando a Trodheim-Vaernes. Teniendo en cuenta que el contrato de leasing de Anfi del Mar para el uso del jet establecía un pago de unos 1.600 euros la hora de vuelo (gastos de mantenimiento, de alerta y de patatín y patatán aparte), nos encontramos con que solamente en vuelos, la cosa superó los 22.400 euros. Si Soria hubiera pagado la mitad, la broma le habría costado 11.200 eurillos del ala. No está nada mal si se tiene en cuenta que no tuvo que hacer ningún favor a cambio de ahorrárselos.

El abigarrado periplo que realizó el jet de Lyng con ese sacrificado José Manuel Soria a bordo, merece que se desmenuce: los ilustres viajeros salieron de Gran Canaria el 22 de agosto rumbo al aeropuerto de Salzburgo-W.A. Mozart, lo que les obligó a recorrer 3.299 kilómetros. Al día siguiente, vuelta a Gran Canaria a dejar a doña Irina y a recoger unas polainas para ir a la no pesca del salmón (vengan otros 3.299 kilómetros). Y al día siguiente, con el equipaje bucólico-pastoril en las bodegas, 4.387 kilómetros desde Gando a Trodheim-Vaernes. Teniendo en cuenta que el contrato de leasing de Anfi del Mar para el uso del jet establecía un pago de unos 1.600 euros la hora de vuelo (gastos de mantenimiento, de alerta y de patatín y patatán aparte), nos encontramos con que solamente en vuelos, la cosa superó los 22.400 euros. Si Soria hubiera pagado la mitad, la broma le habría costado 11.200 eurillos del ala. No está nada mal si se tiene en cuenta que no tuvo que hacer ningún favor a cambio de ahorrárselos.