Secuelas Aevic: ahora la UD

Nuestros lectores entendieron a la perfección nuestro juego del otro día cuando utilizamos como símil el partido inaugural del Estadio Insular, hace 59 años, entre selecciones del Puerto y de Las Palmas, para hablar de cierta crisis empresarial. Ya han visto que se han producido los primeros efectos, que no son nada colaterales, sino directos a la zona ubicada entre ceja y ceja. Aevic, considerada uno de los núcleos más influyentes del mundo empresarial canario, se desintegra -supuestamente- como consecuencia de ese enfrentamiento entre los grupos más vinculados al entorno portuario y los que nada o casi nada tienen que ver con él. Y en según qué casos, ni quieren tener que ver con él. Pero la cosa no va a quedar en la cacería iniciada contra determinada especie de mamífero con plateado pelaje, sino que abarcará otras instancias, no sin cierto lío por el cúmulo de intereses superpuestos que muchos de los implicados representan. Ahora toca la UD Las Palmas y lo de las bolas de partido que decía Luis Sicilia.

Nuestros lectores entendieron a la perfección nuestro juego del otro día cuando utilizamos como símil el partido inaugural del Estadio Insular, hace 59 años, entre selecciones del Puerto y de Las Palmas, para hablar de cierta crisis empresarial. Ya han visto que se han producido los primeros efectos, que no son nada colaterales, sino directos a la zona ubicada entre ceja y ceja. Aevic, considerada uno de los núcleos más influyentes del mundo empresarial canario, se desintegra -supuestamente- como consecuencia de ese enfrentamiento entre los grupos más vinculados al entorno portuario y los que nada o casi nada tienen que ver con él. Y en según qué casos, ni quieren tener que ver con él. Pero la cosa no va a quedar en la cacería iniciada contra determinada especie de mamífero con plateado pelaje, sino que abarcará otras instancias, no sin cierto lío por el cúmulo de intereses superpuestos que muchos de los implicados representan. Ahora toca la UD Las Palmas y lo de las bolas de partido que decía Luis Sicilia.