El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Cada uno en su sitio
En 1994 se celebró un convenio que José Juan Santana -alcalde mientras lo dejaron- se puso a revisar en lo que se refería concretamente a las Meloneras sin ejecutar, a lo que se llama Meloneras Golf. Ese convenio trataba de otras cuestiones y también de las Meloneras ya ejecutada. Sin necesidad de cargar contra el urbanizador, que mueve sus fichas para que no se le aplique la moratoria y que tiene que ceder el 10% del total de aprovechamientos que no puede disfrutar por la moratoria, afirmamos sin recato que por primera vez hubo un alcalde que, bueno o malo, puso los intereses públicos por delante de los privados y eso le costó la Alcaldía. Ahora la fuerza de los votos, la verdadera, más legítima que el dinero o cualquier otra, debe aprovechar la ocasión para reponerle. Con una dosis adicional de legitimidad y fuerza para gobernar. Gobernar como ya sabemos que no lo hará el Partido Popular, que ha tenido la oportunidad de demostrarlo y no lo ha hecho. Porque el asunto de Meloneras será discutible que lo es poco, pero hay que concluir con rotundidad que Marco Aurelio pudo elegir qué partido tomar. Y antepuso intereses particulares a los públicos. Es indiscutible y quedará claro para la posteridad (con perdón por lo solemne).
En 1994 se celebró un convenio que José Juan Santana -alcalde mientras lo dejaron- se puso a revisar en lo que se refería concretamente a las Meloneras sin ejecutar, a lo que se llama Meloneras Golf. Ese convenio trataba de otras cuestiones y también de las Meloneras ya ejecutada. Sin necesidad de cargar contra el urbanizador, que mueve sus fichas para que no se le aplique la moratoria y que tiene que ceder el 10% del total de aprovechamientos que no puede disfrutar por la moratoria, afirmamos sin recato que por primera vez hubo un alcalde que, bueno o malo, puso los intereses públicos por delante de los privados y eso le costó la Alcaldía. Ahora la fuerza de los votos, la verdadera, más legítima que el dinero o cualquier otra, debe aprovechar la ocasión para reponerle. Con una dosis adicional de legitimidad y fuerza para gobernar. Gobernar como ya sabemos que no lo hará el Partido Popular, que ha tenido la oportunidad de demostrarlo y no lo ha hecho. Porque el asunto de Meloneras será discutible que lo es poco, pero hay que concluir con rotundidad que Marco Aurelio pudo elegir qué partido tomar. Y antepuso intereses particulares a los públicos. Es indiscutible y quedará claro para la posteridad (con perdón por lo solemne).