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Traslados forzosos

Mientras regresa de Madrid el pleno cameral, en la suntuosa sede de León y Castillo se sigue haciendo hueco a los nuevos cargos de confianza. Para ello, en aplicación de la experiencia acumulada durante años en otros destinos como Fedalime, los enviados plateados desalojan a los trabajadores de toda la vida con las más variadas estratagemas, incluidas las de marcado tinte expeditivo. Algunos de esos funcionarios han recibido cartas realmente deplorables que, por más que tratan de traslucir un sentimiento de normalidad y buenos modales, no son otra cosa que una orden de destierro para el que las recibe. Algunos hablan de acoso para que cojan chaqueta, lo que en el ambiente laboral se llama mobbing. En lugar de esos funcionarios aparecen personajes muy conocidos en los ambientes plateados, como Juan Rodríguez Betancort, el socio de la formación plateada en Telde, o Roque Cáceres, que le ha cogido el gusto al programa Piper's para asesorar a empresas con vocación exportadora y luego no habrá quien le mueva. Se lanzan todos a aprovechar el momento, no vaya a convertirse en efímero y luego vengan las lamentaciones. En ese contexto se inscribe la “gran confederación de servicios”, como han dado en llamar de modo grandilocuente a esa especie de cajón de sastre donde piensan meterlo todo con el muy loable objetivo de trincar cualquier subvención, ayuda, estímulo o abrazo, provenga de donde provenga. Ya lo explicaba este domingo en Canarias7 con gran lujo de detalle uno de los hombres plateados, Lucas Santana: “Me alegro que me haga esa pregunta. Pues sí, tenemos en proyecto una gran cosa que ahora mismo no puedo contarle porque estamos en ello y, además, no me acuerdo muy bien”. Lo que hay que hacer por estar a la última.

Mientras regresa de Madrid el pleno cameral, en la suntuosa sede de León y Castillo se sigue haciendo hueco a los nuevos cargos de confianza. Para ello, en aplicación de la experiencia acumulada durante años en otros destinos como Fedalime, los enviados plateados desalojan a los trabajadores de toda la vida con las más variadas estratagemas, incluidas las de marcado tinte expeditivo. Algunos de esos funcionarios han recibido cartas realmente deplorables que, por más que tratan de traslucir un sentimiento de normalidad y buenos modales, no son otra cosa que una orden de destierro para el que las recibe. Algunos hablan de acoso para que cojan chaqueta, lo que en el ambiente laboral se llama mobbing. En lugar de esos funcionarios aparecen personajes muy conocidos en los ambientes plateados, como Juan Rodríguez Betancort, el socio de la formación plateada en Telde, o Roque Cáceres, que le ha cogido el gusto al programa Piper's para asesorar a empresas con vocación exportadora y luego no habrá quien le mueva. Se lanzan todos a aprovechar el momento, no vaya a convertirse en efímero y luego vengan las lamentaciones. En ese contexto se inscribe la “gran confederación de servicios”, como han dado en llamar de modo grandilocuente a esa especie de cajón de sastre donde piensan meterlo todo con el muy loable objetivo de trincar cualquier subvención, ayuda, estímulo o abrazo, provenga de donde provenga. Ya lo explicaba este domingo en Canarias7 con gran lujo de detalle uno de los hombres plateados, Lucas Santana: “Me alegro que me haga esa pregunta. Pues sí, tenemos en proyecto una gran cosa que ahora mismo no puedo contarle porque estamos en ello y, además, no me acuerdo muy bien”. Lo que hay que hacer por estar a la última.