Un equipo científico del Instituto Español de Oceanografía (IEO) ha evaluado durante quince días la presencia, abundancia y estado de conservación de especies estructurantes, como corales y esponjas, que conforman el denominado hábitat 1170 ('arrecifes') entre La Gomera y Tenerife.
El IEO ha informado este lunes de que el trabajo finalizó el pasado 7 de febrero y se realizó a abordo del buque oceanográfico Ramón Margalef, desde el que se ha evaluado el estado de conservación de fondos marinos entre 100 y 1.000 metros de profundidad de la Red Natura 2000.
Esta campaña responde a un encargo de la Dirección General de Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica al IEO-CSIC para el asesoramiento científico-técnico sobre el seguimiento de la biodiversidad marina en los espacios protegidos de competencia estatal, financiado con el Plan de Recuperación, Transición y Resiliencia.
Falta analizar en profundidad los datos obtenidos para poder dar respuesta a los objetivos de este encargo, pero se han grabado imágenes de comunidades de especial interés para la conservación como los corales negros, el coral amarillo o varias especies de gorgonias y de esponjas como la de copa o de cristal o las esponjas amarillas, explica Pablo Martín-Sosa, investigador del Centro Oceanográfico de Canarias (IEO-CSIC) y responsable de la campaña.
El equipo científico, gracias al uso de vehículos submarinos como el ROV Liropus y cámaras remolcadas como TASIFE, han adquirido imágenes y muestras selectivas que servirán para evaluar la presencia de corales, esponjas y otras especies propias de los arrecifes, uno de los hábitats que establece como sensible y a proteger la Comisión Europea en sus Directivas.
Durante la campaña también se han cartografiado las zonas de estudio con una gran resolución gracias al uso de una sonda multihaz, y se han tomado muestras de sedimento, lo que ofrece información precisa de la morfología y naturaleza del fondo, esencial para luego aplicar los modelos de distribución de especies.