Ezequiel Navío: ''La reducción de emisiones por la COVID-19 fue una ilusión temporal''

Los seres humanos desaparecieron de las calles durante el confinamiento severo que vivió España en marzo. Durante esos meses, en el entorno natural de Canarias ocurrieron episodios extraordinarios. La naturaleza recuperó lo que siempre fue suyo. Una tarde, mientras la población canaria seguía en sus casas, un rebaño de cabras se coló en un hotel de lujo en Fuerteventura. La reducción del tráfico aéreo, marítimo y terrestre también permitió respirar un aire más limpio en las Islas. Los niveles de contaminación pasaron de ser “un riesgo inminente para las personas más vulnerables” a “no implicar ningún peligro para la salud”. Pero este escenario esperanzador fue una “ilusión temporal”. La reducción de emisiones a causa de la COVID-19 no va a resolver la tendencia de llegar a fin de siglo con tres grados o más de temperatura media global. Así lo asevera el naturalista Ezequiel Navío. “El escenario sigue siendo muy preocupante desde todas las perspectivas”.

La travesía de Navío en defensa del Planeta comenzó en 1985. Desde hace tres años, marca el ritmo de buena parte de los pasos que da Canarias en su lucha contra la crisis climática. Ezequiel Navío ha redactado las estrategias de cambio climático de Lanzarote, Gran Canaria, La Gomera y El Hierro. Además, ha trabajado como asesor del Gobierno regional en esta materia, un cargo que ha ocupado en el Cabildo grancanario y que desempeña en la actualidad en la corporación insular lanzaroteña. En una entrevista concedida a esta redacción, el especialista habla sobre el deterioro de los mares canarios, los efectos de las lluvias y nevadas que ha vivido el Archipiélago en las últimas semanas y del Observatorio Climático auspiciado por la ONU que nunca llegó. 

¿Hemos aprendido algo desde que estalló la pandemia? 

Creo que si hemos aprendido algo de la pandemia es que el ser humano no está preparado para afrontar de forma unida, sensata y racional una amenaza global a su propia supervivencia, y este ejemplo lo traslado a la crisis climática. Si millones de personas piensan que la COVD-19 es un bulo o que no va con ellas cuando los contagios y muertes se suceden a su alrededor con clara evidencia causa-efecto, ¿cómo afrontarán la gravedad del calentamiento global y sus impactos? El gran reto que tenemos es extraer lecturas de la pandemia para tratar de generar entendimiento, erradicar bulos oportunistas y lograr una cooperación masiva de toda la población mundial para adaptarse a los graves escenarios climáticos, para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y cambiar radicalmente el concepto de la relación humana con la naturaleza. Estamos saqueando y contaminando a velocidad vertiginosa los mares, ríos y océanos, los espacios continentales, los bosques tropicales, la atmósfera que respiramos… Si degradamos nuestro hogar, terminaremos degradando nuestra propia salud, y la COVID-19 es un ejemplo claro.

¿Existe relación entre el surgimiento de pandemias y la crisis climática?

El IPBES ha publicado recientemente el informe Escaping the Era of Pandemics: Experts Warn Worse Crises to Come Options Offered to Reduce Risk, anunciando el empeoramiento de crisis pandémicas a causa de la interacción de factores vinculados a la contaminación, a la manipulación y comercio de animales exóticos y a la destrucción de hábitats y ecosistemas. Los científicos abogan por la prevención ante la seguridad de potenciales próximos episodios pandémicos como la actual COVID-19. Prevenir la expansión de estas enfermedades resultaría 100 veces menos costoso que afrontar sus impactos.

¿Qué dicen los datos acerca de las emisiones? ¿Han disminuido?

No, la reducción de emisiones a causa de la COVID-19 es una ilusión temporal que no va a resolver la tendencia de llegar a fin de siglo con 3 grados o más de temperatura media global. Un escenario muy muy preocupante para el ser humano desde todas las perspectivas. El Acuerdo de París de Naciones Unidas de 2015 es muy preciso en este contexto: no debemos superar el 1,5 ºC y, en ningún caso, los 2º C. Pero vamos camino de superar los 3 ºC. La Organización Meteorológica Mundial alertó recientemente de que las concentraciones de CO2 y otros gases de efecto invernadero siguen incrementándose con el levantamiento de las medidas de confinamiento y que las reducciones registradas en 2020 por la COVID-19 se estiman en solo 0,01ºC en el calentamiento previsto para 2050. 

¿Dónde se registra la mayoría de las emisiones?

En la última década, los integrantes del G20 son responsables de 78% de las emisiones globales antropogénicas, es decir, potencias con recursos sobrados para invertir en nuevas tecnologías y revertir los procesos energéticos más contaminantes. Si no lo hacen al ritmo que solicita la comunidad científica es porque priman otros intereses, los de siempre, y las consecuencias se prevén catastróficas porque llegaremos tarde y mal a impactos de enorme magnitud. Los virulentos incendios registrados en EEUU, en Australia, en Europa, en la amazonia y en África, las olas de calor y de frío extremo en Europa, las sequías severas y cada vez más prolongadas, las lluvias torrenciales, inundaciones, y la multiplicación de ciclones y tormentas tropicales en todo el planeta, el incremento del nivel de mar y la pérdida de espacios costeros habitados... Todos esos fenómenos están ya aquí y se prevé se intensifiquen seriamente en las próximas

 décadas. Llegamos tarde y mal y hay que reaccionar sin fisuras y con inmediatez.

¿Cuáles deben ser los objetivos de Canarias en materia climática para este 2021?

Canarias se juega mucho con la crisis climática por su modelo económico y por las características de su territorio. El impacto económico derivado de la pandemia es un ejemplo de cómo las islas son extremadamente vulnerables por la fuerte dependencia de un solo sector productivo y sujeto a alteraciones externas. La situación de precariedad y de pobreza de cientos de miles de familias se incrementa exponencialmente. Es prioritario abordar una transformación del modelo de subsistencia para alcanzar las más altas cuotas posibles de independencia alimentaria, energética e hídrica de las islas. 

¿Y para el resto de España?

En relación a las políticas europeas, contrasta el papel de España en materia de reducción de emisiones, ya que mientras la Unión Europea ha incrementado esta reducción en un 55% en 2030 sobre las registradas en 1990, nuestro país aboga por un 23% según el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) remitido a Bruselas en enero del pasado 2020. El esfuerzo debe ser muy superior si pretendemos alcanzar resultados tangibles a corto plazo. Paralelamente, el gobierno español debe otorgar mucha más atención a las Islas Canarias en sus instrumentos climáticos, ya que tanto en el citado PNIEC como en el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNACC), no se tiene en suficientemente consideración la idiosincrasia y especificidades de Canarias, a veces ni siquiera figura en los mapas del país.

¿Qué ventajas y lagunas tiene la Ley Canaria de Cambio Climático y Transición Energética? ¿Cuándo se prevé que entre en vigor? 

La Ley Canaria de Cambio Climático y Transición Energética se encuentra ahora en fase de Anteproyecto en el Parlamento de Canarias y aún requiere de un relevante recorrido hasta su aprobación, anunciado para el presente 2021. Es un instrumento imprescindible para encarar el presente y el futuro con una visión antagónica a la vigente hasta hoy en materia de economía, de generación y eficiencia energética, de mitigación, de adaptación y de soberanía sobre los recursos más vitales. Será positivo que cada una de las islas, a través de sus cabildos, promueva su propio Plan Insular de Acción Climática, pero para materializar las hojas de ruta resultantes será necesario contar con el apoyo decidido del Gobierno de Canarias y del Estado. Por otro lado, el Anteproyecto establece un indicador del 2% de inversión anual del PIB Regional para dedicarlo a la acción climática, pero entiendo que ante la gravedad de la amenaza este porcentaje es insuficiente porque debe incluir un esfuerzo inversor en I+D+i para las entidades científicas y tecnológicas de las islas. Canarias cuenta con un elenco extraordinario de personal investigador en cambio climático y en los múltiples ámbitos derivados, pero deben ser respaldados con inversiones efectivas porque sus trabajos redundan en la protección de los intereses de la población y en su calidad de vida. Los procesos de participación social en esta futura Ley deben ser más profusos, amplios y otorgando el tiempo suficiente para poder recabar con precisión sus criterios. 

Hasta el momento, solo Lanzarote, Gran Canaria, El Hierro y La Gomera tienen estrategias frente al cambio climático. ¿Qué tienen en común sus herramientas?

Hasta la fecha, las iniciativas sobre cambio climático en cada isla se han realizado de forma unilateral y desigual. Gran Canaria ha logrado desarrollar los Planes de Acción por el Clima y la Energía Sostenible (PACES) en 20 ayuntamientos, mientras que otras islas no cuentan con ningún municipio adherido a este instrumento europeo denominado Pacto de las Alcaldías. 

¿Qué ha supuesto para la agricultura la lluvia de los últimos días? ¿Qué puntos de las Islas están en riesgo por fuertes sequías?

Han resultado muy beneficiosas para el medio natural, para la biodiversidad canaria y para la actividad agrícola. La sequía afecta gravemente a todas las islas sin excepción, hasta las más pobladas de cubierta vegetal y bosques de laurisilva. Es sorprendente que en algunas islas la lluvia horizontal, la absorbida por condensación de nubes en masas arbóreas, inyecte más agua al subsuelo que la lluvia vertical producida por precipitaciones. Pero cuidado, las recientes y fabulosas lluvias no deben obviar en ningún caso la gravedad de las sequías futuras. Debemos preparar todas las islas para almacenar la máxima cantidad de agua de lluvia posible como reservorio y supervivencia en el futuro, y establecer medidas de distribución y de consumo racionales que erradiquen el insoportable despilfarro de agua que se produce en Canarias. La actual percepción ostentosa de un uso ilimitado y abusivo del agua dulce contrasta con las soluciones aplicadas por la población canaria de antaño, en todas las islas pero especialmente en las orientales, cuando cada gota era sagrada porque de ella dependía su vida y la de sus animales. ¿Tendremos que volver a las miserias de entonces para volver a usar alcogidas, aljibes, maretas o nateros para atender la futura demanda de agua? 

En los últimos meses hemos visto cómo grandes cantidades de basura se acumulan en el Archipiélago Chinijo. Las administraciones respondieron que estaba en manos de los voluntarios la conservación de lugares como Alegranza. ¿Es suficiente la protección que recibe este conjunto de islotes?

Prácticamente el 100% de la basura que se acumula en las costas del Islote de Alegranza son residuos arrastrados por el océano, algunos provenientes del norte de EEUU, del sur de Europa, del norte de África y del tráfico marítimo. Desde hace más de 20 años, diversas ONG, esencialmente WWF, otras locales de Lanzarote y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, vienen trabajando en la retirada sistemática de basura de este islote, y siempre llevan a cabo sus acciones con los permisos y el apoyo de las administraciones de Lanzarote y de Canarias. Este problema continuará mientras personas y entidades irresponsables sigan arrojando al océano sus basuras a cientos o a miles de kilómetros de Canarias. Desde hace décadas la vigilancia es totalmente insuficiente y me consta que el Cabildo de Lanzarote trabaja en la actualidad para paliar este escenario. En el presente, la falta de vigilancia es la mayor amenaza para la conservación de los islotes por el furtivismo pesquero y por la afección a especies marinas propias del litoral costero incluyendo aves protegidas.

El incidente del ferry de Fred Olsen en el puerto de Agaete ha dejado nuevos vertidos de fuel en la zona. ¿En qué estado están nuestros mares? ¿Qué tareas pendientes quedan en Canarias en materia de vertidos?

Vivimos de espaldas al mar y las herramientas disponibles para su protección son insuficientes en casi todo el mundo. También en Canarias. La presión urbanística en los litorales costeros, la falta de planificación en el ciclo del agua y en su necesaria depuración antes de verterla al mar, la incalculable cantidad de plásticos, microplásticos y otras basuras presentes en el océano que circunda las islas, la sobreexplotación de especies pesqueras y la pérdida de hábitat por contaminación o por presión humana sobre especies marinas como cetáceos, entre otras, son factores que se dan diariamente en Canarias y a los que no se hace frente de forma contundente. Los mares están seriamente enfermos. Llevamos maltratándolos más de un siglo de forma sistemática en todo el planeta y la velocidad de respuesta para tratar de sanarlos es muy baja, insuficiente y desigual. Creo que llegará un día en que una persona que arroje basura al mar o capture un pez sin permiso será sancionado severamente, y cuanto antes llegue ese día, que ya llega tarde, mejor. Y en ese contexto debe incluirse a las entidades responsables de la gestión de las aguas residuales. No podemos permitir que se sigan inyectando cada día miles de toneladas de aguas sucias al mar en emisarios o en desagues costeros de las siete islas. Fred Olsen debería ser más transparente con los datos de la contaminación provocada por el ferry y no minimizar un problema que después se ha visto que sí es un problema. Un derrame incontrolado de diésel al mar siempre lo es.

¿Qué se está haciendo en los países de origen de los migrantes que llegan a Canarias en materia climática? 

Senegal y Gambia cuentan con ministerios que abordan el cambio climático en sus políticas. En algunos casos participan en proyectos internacionales de adaptación al cambio climático liderados por organismos administrativos y tecnológicos canarios. Sus esfuerzos y presencia en estas iniciativas son fundamentales desde la perspectiva de la cooperación, del flujo recíproco de experiencias y resultados, y del establecimiento de sinergias para implementar tecnologías de meteorología y oceanografía vinculadas a la investigación climática. Las medidas de adaptación a los impactos climáticos en esos países y en toda la región del Sahel resultan de vital importancia para la seguridad y la protección de los recursos y de la población local, pero también para los recursos y la población canaria. 

¿Hay tiempo para actuar en origen y evitar los desplazamientos forzados que se prevén por este fenómeno en los próximos años?

El Informe 2020. Las personas refugiadas en España y Europa, elaborado por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), permite discernir por qué Canarias es objeto de destino de cientos de miles de personas en estos últimos meses, y coincide con los términos del informe Estrategia del Grupo Banco Mundial sobre fragilidad, conflicto y violencia 2020–2025, expresando que el cambio climático en particular es un factor multiplicador de las amenazas: agravará situaciones ya frágiles y contribuirá al surgimiento de mayor conmoción social e incluso de conflictos violentos riesgos climáticos (por ejemplo, desastres y fenómenos meteorológicos extremos, volatilidad en el precio de los alimentos, aumento del nivel del mar y degradación de las costas) incrementan la vulnerabilidad, exacerban los reclamos y profundizan la fragilidad preexistente. Para 2030, los impactos climáticos podrían empujar a la pobreza a 100 millones de personas más y, para 2050, hasta 143 millones podrían convertirse en migrantes por motivos climáticos en tan solo tres regiones (África subsahariana, Asia meridional y América Latina).  El Banco Mundial cifra en 86 los millones de personas que migrarían de los territorios del Sahel durante los próximos 30 años hasta 2050, es decir, los impactos migratorios de los últimos meses en Canarias podrían constituir solo la punta del iceberg.

¿Qué novedades hay sobre el Observatorio para el cambio climático de la ONU que se pretendía instalar en Canarias? 

La novedad más destacada del Centro ONU de cambio climático promovido por el Cabildo de Gran Canaria junto a la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático, es que no hay ninguna novedad. El proceso está paralizado en el Ministerio de Transición Ecológica a pesar de que el Gobierno de Canarias y el Cabildo de Gran Canaria han intervenido recientemente para que el proceso siga su curso.

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