WASHINGTON, 12 (EUROPA PRESS)
El Banco Mundial ha mantenido sin cambios su previsión de crecimiento de la economía mundial para 2012 en el 2,5%, pero ha advertido de que, aunque este es el escenario “más probable”, si la situación en Europa se deteriorara “abruptamente”, todas las regiones en desarrollo se verán afectadas.
En la última edición del informe Perspectivas económicas mundiales (GEP por sus siglas en inglés) de junio de 2012, el Banco Mundial ha revisado sin embargo en una décima a la baja su previsión crecimiento de la economía mundial para 2013, hasta el 3%.
En concreto, prevé que el crecimiento de las economías en desarrollo se ralentice a un “débil” 5,3% en 2012, antes de repuntar al 5,9% en 2013 y alcanzar el 6% en 2014.
Por su parte, el crecimiento de los países desarrollo también será “endeble”, ya que se situará en el 1,4% en 2012, el 1,9% en 2013 y el 2,3% en 2014, excepto en la zona euro, donde el Producto Interior Bruto se contraerá tres décimas en 2012, previsión sin cambios en comparación con su anterior estimación.
En concreto, el organismo recuerda que los países en desarrollo de Europa y Asia central son “especialmente vulnerables” a la crisis de deuda debido a que mantienen estrechos vínculos comerciales y financieros con la zona euro.
No obstante, remarca que los países más pobres también sentirán “los efectos de la debacle”, especialmente aquellos que dependen en gran medida de las remesas, el turismo y las exportaciones de productos básicos o los que tienen un alto nivel de endeudamiento a corto plazo.
Por ello, insta a estos países a “actuar para reducir sus vulnerabilidades”, para lo cual deben reducir su deuda a corto plazo, disminuir el déficit fiscal y recuperar una política monetaria más neutral. “De esta manera, tendrán más espacio para ajustar su política en caso de que las condiciones mundiales empeoren bruscamente”, agrega.
El Banco Mundial incide en que los países en desarrollo deben prepararse para “un largo período de inestabilidad económica”, así como volver a prestar atención a estrategias de desarrollo en el medio plazo, mientras se preparan para “tiempos difíciles”.
“El resurgimiento de las tensiones en los países europeos de altos ingresos mermó los logros alcanzados durante los cuatro primeros meses de este año, cuando hubo un repunte de la actividad económica en general, además de una menor aversión al riesgo de parte de los inversores”, señala.