NICOSIA, 20 (Reuters/EP)
Chipre podría necesitar un rescate financiero a menos que se emprenda una acción drástica para abordar el impacto de la explosión de un depósito de armas que provocó importantes daños en la mayor central eléctrica del país la semana pasada, ha advertido el gobernador del Banco Central chipriota, Athanasios Orphanides.
Los economistas han alertado de que Chipre, ya bajo la presión del mercado debido a sus lazos con Grecia, podría enfrentarse a una factura de hasta 1.000 millones de euros tras la explosión que ha reducido a la mitad su suministro eléctrico.
“Para evitar lo peor, incluida la admisión de un mecanismo de apoyo y todo lo que esto conlleva para la economía (...) deben adoptarse medidas más drásticas de forma inmediata”, ha prevenido Orphanides en una carta enviada este lunes al presidente chipriota, Demetris Christofias, y remitida con copia a los partidos políticos.
“Sopesando todos los hechos, el entorno internacional desfavorable, las dificultades a la hora de recurrir a préstamos externos y el impacto económico adicional de los últimos acontecimientos, creo que la economía está en un estado de emergencia comparable al de 1974”, ha subrayado Orphanides, en referencia a la ocupación turca de la parte norte de la isla en ese año.
Orphanides es miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo. Esta es la primera vez que ha sugerido que Chipre podría necesitar entrar en un mecanismo de apoyo, incluso pese a que los costes de los préstamos habían aumentado antes de la explosión.
La explosión de un depósito con municiones iraníes confiscadas el pasado 11 de julio dejó trece muertos y afectó seriamente a la principal central eléctrica del país, provocando cortes en el suministro. Desde que se produjeron los hechos, se han producido repetidos llamamientos al presidente Christofias para que dimita. Quienes sí han dimitido por lo sucedido han sido los ministros de Defensa y Exteriores.
Chipre tiene un déficit presupuestario de en torno el 5,1 por ciento de su PIB y su deuda pública asciende al 60 por ciento, lo que le hace estar en una situación mucho más cómoda que otros países 'rescatados' en la eurozona como Grecia, Irlanda y Portugal.