Ikea reconoce que opera parte de su negocio desde Liechtenstein

ESTOCOLMO, 27 (EUROPA PRESS)

La multinacional sueca Ikea ha reconocido que opera parte de su negocio desde Liechenstein tras una investigación realizada por la televisión pública sueca, que revela la existencia de una fundación hasta ahora desconocida en el país europeo que controla un pilar clave en la compleja estructura del grupo.

En un comunicado, la empresa sueca confirma que Interogo Foundation, con sede en Liechtenstein, es la propietaria de Inter Ikea Holding S.A., sociedad matriz de Inter Ikea Group, y la describe como una “fundación empresarial cuyo único propósito es invertir en la expansión del negocio de la compañía y asegurar sus longevidad”.

“En otras palabras, los fondos depositados por la fundación Interogo son utilizados como una garantía financiera que sólo debe utilizarse en el caso de que Inter IKEA experimente dificultades financieras. Los fondos también podrían utilizarse para apoyar a los minoristas individuales de Ikea que atraviesen dificultades financieras y para fines filantrópicos”, explica.

Asimismo, explica que Inter Ikea, filial de Inter Ikea Holding S.A., con sede en Luxemburgo, es la propietaria de los derechos del concepto Ikea, por lo que se convierte en franquiciador con la responsabilidad de proteger la marca y lograr un mayor desarrollo del concepto.

Según la investigación de la televisión sueca, Ikea se ha ahorrado entre 15.000 y 20.000 millones de coronas suecas (1.700 y 2.250 millones de euros) en impuestos en los últimos 20 años al exigir a cada establecimiento que entregue el 3% de sus ingresos a Inter Ikea. Por su parte, Interogo ha acumulado en este tiempo 100.000 millones de coronas suecas (11.300 millones de euros).

En esta línea, el fundador de Ikea, Ingvar Kamprad, ha subrayado que la fundación Interogo está controlada por su familia y es gestionada por un consejo de administración compuesto sólo por miembros externos del consejo de Ikea.

Kampard también defendió la estructura organizativa de Ikea, que creó en los años 60 para garantizar su independencia financiera y la “vida eterna” del proyecto. Así, defendió que su máximo interés siempre ha sido continuar operando con el mismo propósito y los mismo valores que han dado el éxito a la formula Ikea, incluso cuando él ceda el control o fallezca.

“Esto se puede hacer mejor desde una estructura de fundación. (...) Como una compañía emergente a nivel global, tuve también que asegurarme de que eramos estructurados de forma eficiente para evitar una doble carga de impuestos”, añadió.