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Agricultura activa un plan de inspecciones a los operadores del REA que 'gastaron' en cinco meses la paja, el forraje y los cereales para un año

Explotación de caprino de leche en Gran Canaria

Román Delgado

Santa Cruz de Tenerife —

La Consejería de Agricultura lo tiene muy claro, mucho más tras el nuevo acaparamiento reconocido (y van dos años seguidos así) de mercancías importadas con ayudas del Régimen Específico de Abastecimiento (REA) con destino a la ganadería local o que tienen que ver con esta actividad agraria en las islas. El REA es un instrumento financiero incluido en el programa Posei que en la actualidad concede en torno a 65 millones de euros anuales a los operadores canarios inscritos en ese sistema comunitario.

Por aquella razón, que otra vez se ha repetido (este año en mayo, y el anterior, en agosto), la Consejería ya va a activar un plan especial de inspecciones a los operadores del REA (empresas importadoras) que gastaron en cinco meses las cantidades (cupos) que se podían traer a las islas con ayudas de la UE para todo un año y de los balances de aprovisionamiento siguientes: paja, forrajes (alfalfa y raigrás) y cereales para piensos.

El objetivo de esa actuación oficial, que va muy en serio, consiste en comprobar que los operadores acaparadores de esas mercancías importadas con apoyo público del REA cumplen a la perfección con la normativa de calidad de esos productos y tienen perfectamente engrasada la trazabilidad de tales bienes de consumo.

Si el resultado de ese trabajo de inspección concluye con la detección de irregularidades, entonces será posible que se activen los mecanismos establecidos para el reintegro de las ayudas recibidas. El plan surtirá efecto en breve, como este mismo martes reconocieron representantes de la Administración autonómica a una delegación del sector agrario local que defendió su propuesta de cambios para 2019.

Aparte esa cuestión, la reunión celebrada en Santa Cruz, con participación de Narvay Quintero, consejero de Agricultura, y de Pedro Ortega, de Economía, sirvió para que la primera de estas consejerías adelantara que quizá se reduzca la ayuda por tonelada que este año recibía la paja, que deberá ser menor a los 72 euros en 2019 (hay 33.000 toneladas por año). Lo mismo se espera en cereales con uso en la elaboración de piensos (con cupo en 220.000 toneladas), que tendrá que reducirse de los 100 euros actuales por 1.000 kilos.

El subsidio para forrajes (alfalfa y raigrás, sobre todo) se quiere mantener igual, en los 72 euros por tonelada (ahora con una oferta de 53.000 toneladas por año), y además se desea incrementar el cupo de esos alimentos para el ganado (quizá hasta las 60.000 toneladas).

Esto mismo también se estudia para los cereales ya mencionados con destino a la transformación (producción de piensos), que, en 2019 con menos ayuda unitaria, podrán llegar a un cupo en torno a las 240.000 toneladas.

El dinero para atender el aumento de cantidades se prevé sacar de esos balances con las ayudas aminoradas por tonelada (paja y cereales para piensos) y de fondos que resulten de la reducción de otros balances de aprovisionamiento dentro del REA, casi seguro de productos de consumo directo como las leches o carnes.

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