'WWOOF': viajar más por menos presupuesto

Conocer nuevos lugares, viajar, vivir de cerca sus tradiciones y su cultura, entrar en contacto con la naturaleza, convertirse en un vecino más, probablemente muchos estarán pensando en un paquete de vacaciones, pero lo cierto, es que no es necesario. Eso sí, las condiciones son claras, los WWOOFers, como así se llaman por el acrónimo en inglés de World Wide Opportunities in Organic Farming (algo así como oportunidades de voluntariado en granjas ecológicas), tendrán que cuidar de una granja, a cambio de alojamiento y comida. Y precisamente, esto es lo que ofrece Sabine Rahtjen en El Hierro, donde desde hace alrededor de siete años ha recibido más de 120 voluntarios que, atraídos por aprender tareas vinculadas al mundo rural, como el cuidado de cabras o de ovejas, además de cultivar sus propias hortalizas, viajan hasta la isla más occidental de Canarias.

Condiciones del voluntario

Ha conocido voluntarios de todos las edades, de “casi” todas las nacionalidades y muchos de ellos, en alguna que otra ocasión, han vuelto a escoger su granja para continuar formándose sobre ganadería y agricultura, “aunque también ha habido quien se han animado a poner una puerta o pintar, la verdad que no me puedo quejar, suelen llegar con ganas de hacer cosas y ayudar”, afirma Sabine. Trabajan un total de 25 horas semanales, desde las 09.00 hasta las 14.00 horas y libran dos días, “su tiempo, lógicamente, se lo distribuyen ellos, les gusta aprovechar ya que están aquí, para hacer turismo y salir por lugares que no han estado antes. Mientras cumplan con las normas de convivencia en la granja, no les pido nada más”.

Encontramos a Alberto Montesdeoca, el actual WWOOFer de la granja de Sabine, modificando varios palés. Lleva dos semanas y su idea es quedarse otras tres. “Mi primera experiencia como voluntario fue en La Palma, me gustó tanto que decidí repetir porque quisiera adquirir los conocimientos necesarios, tanto en el ámbito de la agricultura, como de la ganadería, para cuando vuelva a mi casa, a Gran Canaria, poder cuidar de mi propia finca”, destaca el joven.

La propietaria de este lugar llegó desde Alemania hace 16 años como turista a El Hierro, conoció el WWOOFing y decidió ser una voluntaria más, pero con una diferencia, lo hizo para cuidar de unos burritos que, precisamente, se encontraban en la misma finca que, pasados los años, hizo suya con un único objetivo, continuar desempeñando esta función, pero por su cuenta y con otros animales. “En mi caso, fue similar, salvo que me quedaba en una caravana, era la forma de poder viajar, sin necesitar mucho dinero y a su vez contribuir y trabajar en algo. Fue una muy bonita experiencia y lo cierto, es que hoy en día, los que deciden venir, es en parte por las mismas razones”.

Razones de la iniciativa

¿Cómo se te ocurrió poner tu propia granja para traer a WWOOFers?

Las cabras, las gallinas, las ovejas, los gatos…me encantan todos los animales, pero llegó un punto en el que el trabajo era mucho, por lo que recurrí desde hace siete años a este sistema con voluntarios. Aquí han venido de todos los lugares, menos de África. Te encuentras con todo tipo de personalidades y formas de ser, pero la verdad que me ha ido bien. Por ejemplo, hay una chica de Bilbao que ya ha venido cinco veces y se va muy contenta.

¿Cual es el día a día de aquellos que deciden venir a El Hierro para trabajar en tu granja? ¿Qué es lo que hacen desde primera hora de la mañana?

Antes de venir, ellos ya saben a que van a dedicar su tiempo, porque cada granja debe especificar en internet sus condiciones y requisitos, de esta manera se evitan sorpresas. En mi perfil, tengo puesto que yo tengo cabras, que también cuidarán de una huerta con verduras y de hortalizas ecológicas.

¿Cuánto tiempo pueden permanecer en tu granja?

Pues yo no tengo un máximo, si nos llevamos bien y hace falta para realizar diversos trabajos por aquí, puede estar seis meses o más. Lo que si tengo es un mínimo, que es un mes. Lo tengo fijado así porque considero que en ese tiempo aprenden las tareas más importantes de una granja, como ir en busca de la comida para las cabras, ponerle el alimento diario a los gatos, a las gallinas, así como al resto de los animales, limpiar la sala de ordeño y cortar la hierba de la huerta, donde también suelen sembrar y plantar. A veces, suelen pintar alguna puerta o pequeñas tareas vinculadas a las instalaciones y el mantenimiento de todo esto.

Ellos acaban a las dos de la tarde, pero si quieren saber como se hace el queso, pueden acudir al lugar en el cual lo elaboro y observar, pero de hacerlo me encargo yo. Los voluntarios ven los pasos y preguntan las dudas que tengan.

A pesar de ser una práctica que se lleva a cabo desde hace año, hoy en día hay mucha gente que no sabe el significado del término WWOOF…

Exacto, muchos lo desconocen, aunque cada vez está más extendido por todo el mundo. Yo recibo aquí italianos, españoles… pero también creo que por el tema económico. Se ven sin trabajo, poco presupuesto para comprar una casa o pagar alquiler, por lo que se buscan así la vida por el mundo. Por ejemplo, quieren viajar a un país determinado y buscan las granjas que hay en ese lugar.

Requisitos

Tienes que tener tus propias normales establecidas para que haya un buen ambiente, no solo de trabajo, si no de organización y convivencia…

Por supuesto. Lo primero, si están aquí, deben cumplir con las horas de trabajo, un total de 25 semanales. Resulta tentador, porque piensa que muchos WWOOFers vienen del extranjero, a una isla que no conocen y que quieren descubrir, teniendo el alojamiento y las comidas gratis a cambio de trabajar cinco horas al día, que encima se pasan volando. Cuando llegan las dos de la tarde, suelen decir “¿Otra vez las dos, otra vez tiempo libre?”. Van para su casa, se duchan, almuerzan y se van por ahí, a conocer la isla.

Yo solo pido que respondan en la tareas, haciendo cada uno lo que pueda y que mantengan limpia la casa. Por mi parte, debo ofrecer lo mismo que especifico en mis condiciones, pues hay granjas de todo tipo, con casa, tiendas de campaña…

Mejores anécdotas

Tras siete años con tu granja y trabajando con voluntarios cada día, seguro que tendrás cientos de historias…

La edad mínima son 18 años, pero para arriba no hay un límite. Me han llegado voluntarias de 65 años, dos alemanas recién jubiladas se enteraron de este sistema y empezaron a viajar por el mundo, sin gastar mucho dinero. No parecía que tuvieran esa edad, debido a su energía y agilidad.

Por otro lado, yo con muchos creo amistad, con la gente joven no tanto, porque continúan visitando otras fincas o siguen sus estudios y el contacto se pierde, pero por lo general, hay buen ambiente.

Te cuento lo que me sucedió una vez. En su momento vino una japonesa, que me sorprendió, ya que yo tenía el pensamiento de que no expresaban fácilmente sus sentimientos, por eso jamás se pueden crear ideas preconcebidas. Era una voluntaria tan risueña, una chica tan buena y expresiva que nos conquistó a todos los vecinos. Esos son los momentos en los que pienso que soy muy rica, no en dinero, si no en las personas que tengo la suerte de conocer. Para mí son personas que me ayudan, que me facilitan la vida y a su vez ellos aprenden hasta el idioma, llegan desde otros países con esa intención, la de irse hablando algo de español.

¿Por qué recomiendas hacer WWOOFing?

Cuando yo me jubile, me gustaría viajar de esta forma. Lo recomiendo para todo el mundo, así como para los jóvenes que acaban de estudiar y no saben que hacer, pues es una forma de conocer lugares. También para esos que quieren dedicarse al sector primario, aquí tienen un primer contacto y deciden si en un futuro optan por la agricultura, por la ganadería, por ambas o por coger otro camino.