Pregunta: Después de tres mandatos como presidente del Cabildo, dio el salto al Parlamento de Canarias. ¿Cuáles son las principales diferencias? ¿Tienen razón quienes consideran que en la Cámara se resuelve poco?
Respuesta: El salto de una Corporación insular a una institución que está bastante alejada de la población es muy notable. Tenemos que hacer un esfuerzo por acercar el Parlamento a la población y que se conozca su importancia. En este último año a lo mejor hemos conseguido una inversión para Fuerteventura mayor que muchos años en los que fui presidente. Hay momentos clave, como la aprobación de la ley de presupuestos, en los que al menos para los diputados de CC el criterio del equilibrio es sagrado.
P: Ahora que está dentro del Parlamento, ¿le convencen los argumentos del Gobierno cuando dice que no hay recursos?
R: Conozco el movimiento del Gobierno más como presidente del Cabildo, porque teníamos que estar atentos a las inversiones. Es cierto que al estar en el Parlamento, que es el que sostiene políticamente al Gobierno y el que mandata con los presupuestos, te das cuentas de que islas como Fuerteventura y Lanzarote tenemos que ir de la mano, porque juntas tenemos 15 diputados. Es una lucha constante que los equilibrios sean reales, tanto en el presupuesto inicial como en el final, el que se ejecuta. Las dos Islas que tienen más población y más presupuesto intentan hacer planteamientos que nos perjudican. Por ejemplo, cuando el Cabildo de Tenerife, que tiene 900 millones por 90 el de Fuerteventura, dice que puede prefinanciar las obras del anillo insular, decimos que no, porque nos hipoteca a los demás.
P: Con el nuevo curso político se comenzarán a discutir las cuentas autonómicas para el próximo año. ¿Cuáles son las reivindicaciones principales e irrenunciables de los diputados de CC por Fuerteventura?
R: La Sanidad la recogimos en el pacto de gobierno como una de las prioridades, y no solo hablamos del Hospital, sino que hay que ampliar el centro de salud de Corralejo, porque ha crecido la población, hay que ampliar el de Morro Jable, hay que dotar de más equipamiento y personal el de Gran Tarajal, hay que terminar el de Antigua, hay que hacer uno nuevo en El Castillo, una zona turística importante, y hay que hacer uno en el norte, concretamente en Lajares. En cuanto a Educación hay cinco colegios que son irrenunciables: ha salido a concurso el de Villaverde, pero se tiene que sacar a licitación también el de Morro Jable, el de El Castillo y el de La Lajita. Y tenemos que ir a un nuevo instituto en Puerto del Rosario, porque la población sigue creciendo. En carreteras, a Fuerteventura le faltan 420 millones de euros para tener su eje de norte a sur. Si queremos que el eje oriental de Fuerteventura y Lanzarote se desarrolle las comunicaciones son claves y las carreteras tienen que ser seguras, rápidas y con capacidad para nuestro desarrollo económico. En materia social, hay que apostar por infraestructuras como residencias de mayores y la atención a las personas dependientes.
P: El proyecto legislativo ‘estrella’ que hay ahora mismo en el Parlamento es la Ley del Suelo, que ha despertado polémica. ¿Considera que hay que aprobarlo tal cual está o que cabe enmendarlo?
R: Admite muchas enmiendas, porque en todo proceso de debate no solo se escucha a instituciones sino también a ciudadanía y profesionales, y se debe confluir en un texto que nos represente a todos. Lo he dicho dentro de los órganos de CC: creo que empieza mal esta ley llamándose Ley del Suelo, porque el territorio es algo más. Esta ley puede cambiar nuestro modelo de desarrollo, por el que en el caso de Fuerteventura hemos luchado muchísimos años. No queremos un desarrollismo que nos coma la Isla con cuatro empresas foráneas y luego nos volvamos a ver mirando a un futuro incierto. Una Ley del Territorio la tienen que hacer juristas, arquitectos y la sociedad. En el proyecto legislativo se dan muchísimas competencias a cabildos y ayuntamientos, que está muy bien, soy cabildista, pero en un territorio como Canarias el Gobierno no puede mantenerse al margen, porque si no los desequilibrios van a ser brutales, no solo entre islas sino dentro de las propias islas. En el caso de Fuerteventura crecerían Pájara y La Oliva, con sus núcleos turísticos, pero empobrecerían al resto de municipios. Gran Canaria y Tenerife, en un afán acaparador y con un capital inversor mayor, podrían también lastrarnos.
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