Un tribunal del Jurado ha declarado al enfermero del Hospital Insular de Gran Canaria Iván R.A. culpable de haber asesinado a su mujer en 2010 suministrándole talio, morfina, barbitúricos y medicamentos no pautados por sus médicos que acabaron envenándola.
El procesado, que durante todo el juicio se ha declarado inocente, se enfrenta a una solicitud de condena de 25 años de cárcel por asesinato, que formulan tanto el Ministerio Fiscal como la familia de la víctima y el Instituto Canario de Igualdad.
El Jurado ha considerado probado, por siete votos a dos, que el acusado tenía todos los medios, conocimientos y oportunidades para cometer su crimen, y ha valorado como suficiente la prueba indiciaria presentada en el juicio para emitir su veredicto de culpabilidad, tras cinco días de deliberación.
El tribunal popular ha concluido que el acusado tenía intención de acabar con la vida de su mujer, cansado por las continuas discusiones y por los problemas económicos que tenían, por lo que comenzó a suministrarle talio diluido en la comida, un metal pesado cuya ingesta resulta altamente dañina para el ser humano, si bien indica que se desconoce cómo obtuvo este producto tóxico.
Además, ha apreciado que Iván R.A. se prevalió de la confianza tanto de su mujer como de sus compañeros de trabajo y que aumentó de forma deliberada e innecesaria el sufrimiento de la fallecida, pues le suministró medicamentos de forma continua.
El veredicto considera asimismo procedente aplicar al procesado las agravantes de parentesco y de alevosía, pues cometió los hechos de tal forma que su esposa no tuvo oportunidad de defenderse ni de que otras personas le prestaran auxilio.
La víctima, Laura A.G., murió en el Hospital Insular el 11 de julio de 2010, en donde había ingresado en varias ocasiones desde el 15 de mayo de ese año, debido a un fallo multiorgánico causado por una intoxicación medicamentosa por tiopental, benzodiacepinas, mórficos, insulina, talio y codeína, según ha declarado probado por unanimidad el jurado ante el informe de autopsia.
El veredicto apunta además entre los indicios que le llevan a pensar que Iván R.A. es culpable el hecho, reiterado, de que su esposa mejoraba en el hospital cada vez que él se ausentaba.
El acusado no podrá solicitar la declaración de indulto porque el jurado entiende que “no procede y no lo merece”, según el tribunal.
La fiscal de Violencia de Género, Beatriz Sánchez, ha solicitado para el procesado una pena de 25 años de prisión y la inhabilitación para el ejercicio de su profesión sanitaria por el mismo periodo de condena, así como una prohibición de acercarse a su hijo durante 35 años y una indemnización 100.000 euros.
La acusación particular ejercida en nombre de la familia de la víctima y la formulada por el Instituto Canario de Igualdad han solicitado la misma pena, mientras que el abogado de la defensa, José Álvarez, no ha querido pronunciarse, si bien ha reiterado su pleno convencimiento de que su cliente es inocente, por lo que ha anunciado a los periodistas su intención de recurrir la sentencia cuando se dicte.
El letrado ha expresado su sorpresa y la de su defendido por el veredicto, porque sostiene que con su defensa ha probado lo contrario, por lo que ha calificado de “error bestial” el pronunciamiento del jurado, que espera sea subsanado por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias o el Supremo cuando presente el correspondiente recurso.