WASHINGTON, 31 (EUROPA PRESS)
El juicio abierto en Carolina del Norte contra el excandidato a vicepresidente de Estados Unidos John Edwards, acusado de violar la ley de financiación electoral para ocultar la existencia de una amante, ha concluido este jueves con la absolución del acusado del cargo de recibir dinero de forma ilegal y la anulación de las otras cinco imputaciones.
El jurado anunció este jueves, en su noveno día de deliberaciones, que habían alcanzado un veredicto unánime sólo en uno de los seis cargos que se habían presentado, en particular el que le acusaba de recibir dinero de forma ilegal.
La juez de Distrito Catherine Eagles ordenó la reanudación de las deliberaciones pero, menos de una hora después, el jurado volvió a advertir de que habían llegado a un punto muerto en cinco de los cargos, por lo que finalmente sólo se ha tomado una decisión firme sobre una de las imputaciones. Eagles ha planteado a la fiscalía que estudie si quiere reformular el resto o el caso queda definitivamente cerrado.
Edwards había sido imputado por cuatro cargos relacionados con supuestas donaciones ilegales a la campaña, otro por falsificación de documentos y otro más por conspirar para recibir y ocultar este dinero. De ser declarado culpable, podría haber recibido una pena máxima de 30 años de cárcel y haber sido condenado al pago de 1,5 millones de euros en concepto de multa.
En concreto, Edwards estaba acusado de haber desviado cerca de un millón de dólares de los fondos donados a su campaña electoral para encubrir una aventura extramatrimonial que tuvo en 2008 cuando se presentó como 'número dos' de la candidatura del demócrata John F. Kerry.
Su entorno entendió entonces conveniente que no debía salir a la luz la relación entre Edwards y su amante embarazada, Rielle Hunter, máxime cuando su mujer, Elizabeth Edwards, estaba enferma de cáncer. La mujer terminó falleciendo en 2010.
Sus abogados han mantenido que el dinero que desvió Edwards para ocultar la existencia de su amante procedía de donaciones no relacionadas con sus gastos de campaña y han subrayado que, legalmente, los donantes pueden hacer aportaciones para los gastos de los candidatos no relacionados con su carrera electoral. También han incidido en que el dinero nunca llegó directamente al político, que lo recibió de terceras personas.
“NADA ILEGAL”
Durante el juicio no han testificado ni Edwards ni Hunter, ni tampoco los dos donantes que entregaron el dinero desviado. Uno de ellos, Fred Baron, falleció en 2008, mientras que la multimillonaria Rachel Mellon tiene más de cien años y los abogados la han considerado demasiado anciana como para testificar.
A la salida del tribunal de Greensboro, el exsenador ha insistido en que no hizo “nada ilegal”, pese a las “muchas cosas malas” que sí ha admitido y que pasan más por lo ético que por lo penal. “Si quiero encontrar a la persona responsable de mis pecados, sinceramente no tengo más que mirarme al espejo. Soy yo y sólo yo”, ha lamentado.