Durante una visita a Praga, preludio de su participación en la cumbre del Grupo de los Ocho (G8) en Heiligendamm (Alemania), a donde Bush partió este martes, el presidente de Estados Unidos dio una de cal y otra de arena a su colega ruso, Vladimir Putin. Por la mañana, tranquilizó a Putin respecto al establecimiento de un sistema antimisiles en la República Checa y Polonia, tras las protestas rusas por estos planes en lo que fue la zona de influencia de la Unión Soviética.
“La Guerra Fría se ha acabado, ha terminado, el pueblo de la República Checa no tiene que escoger entre ser amigo de Estados Unidos o amigo de Rusia”, dijo Bush en el Castillo de Praga, donde tuvo su sede el gobierno comunista de Checoslovaquia. “No creemos que nadie debería forzar a hacer esa elección”, añadió Bush, quien remarcó: “Rusia no es nuestro enemigo”.
Flanqueado por el presidente de la República Checa, Václav Klaus, y su primer ministro, Mirek Topolánek, Bush insistió en que el dispositivo es “un sistema puramente defensivo y no dirigido a Rusia”, sino a naciones inamistosas.
“Vladímir, no deberías temer el sistema defensivo”
El presidente estadounidense delineará estas razones personalmente a Putin en un encuentro que mantendrán el jueves en Heiligendamm. “Mi mensaje será, Vladímir, le llamo Vladímir, no deberías temer el sistema defensivo, de hecho ¿por qué no cooperas con nosotros?”, explicó Bush, quien propuso a Rusia que envíe a sus generales y científicos a EEUU para conocer los detalles del sistema.
Los comentarios de Bush llegan después de que Putin amenazara con volver a apuntar los cohetes rusos a Europa si Washington continúa con su plan de establecer un radar en la República Checa y diez interceptores en Polonia. Pero tras emplear este tono conciliador, por la tarde, en su discurso ante una conferencia sobre democracia, Bush dijo que en Rusia “se han frustrado reformas que prometía dar más participación a los ciudadanos, lo que tiene implicaciones preocupantes para el desarrollo democrático”.
“Parte de una buena relación es la capacidad de hablar abiertamente sobre nuestros desacuerdos”, afirmó Bush. “Estados Unidos puede mantener una amistad y empujar a una nación hacia la democracia al mismo tiempo”, añadió.
Putin ha rechazado en el pasado las críticas de EEUU en este sentido y en una entrevista divulgada el lunes se describió a sí mismo, entre risas, como el único “demócrata absoluto y puro” del mundo. Al mismo tiempo, Putin dijo que Estados Unidos ha generado “tortura, personas sin techo, Guantánamo, detención sin tribunales o investigaciones”.
En su intervención, el presidente de EEUU también criticó a Venezuela, Vietnam y Uzbekistán por ser países donde “la libertad está siendo atacada”. A su juicio, “en Venezuela, los líderes elegidos han recurrido a un populismo superficial para desmantelar las instituciones democráticas y fortalecer su control del poder”.
El presidente no entró en detalles sobre las medidas contra la democracia que a su juicio ha tomado el gobierno de Venezuela. No obstante, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, dijo el lunes ante la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), en Panamá, que a su país “le preocupa” la no renovación de la licencia de transmisión a Radio Caracas Televisión (RCTV) y pidió a ese organismo enviar una comisión a Venezuela para investigar el caso y la situación de la libertad de prensa.
Bush también se refirió a Cuba, Corea del Norte, Irán y Sudán, países a los que calificó de “tiranías”. En su opinión, “los cubanos están desesperados por tener libertad y en el período de transición en que la nación entra, debemos insistir en que haya elecciones libres, el derecho a la libre expresión y la libre asociación”.
Bush también mencionó a China, cuyo gobierno “cree que puede seguir abriendo la economía de la nación sin abrir el sistema político”, algo con lo que dijo no estar de acuerdo. Estos días se cumplen 18 años de que el Ejército chino mató en la plaza de Tiananmen a entre 400 y 2.000 estudiantes que pedían una apertura democrática, de acuerdo con distintas fuentes.
Acusaciones a Bruselas y Washington
Mientras, el movimiento antiglobalización inició este martes una contracumbre, un día antes de que empiece la reunión del G8, con acusaciones a la Unión Europea (UE), en especial por su política agraria, y a Estados Unidos. El discurso inaugural de esta contracumbre, que se celebra en la ciudad alemana Rostock, lo pronunció el suizo Jean Ziegler, relator especial de Naciones Unidas para el Derecho a la Alimentación, quien indicó que las subvenciones agrícolas en Europa contribuyen a que haya hambre y pobreza en el mundo.
Ziegler dijo que “un niño que muere de hambre es un niño asesinado”. Los ministros de Agricultura de la UE, según Ziegler, podrían terminar “en dos minutos” con las subvenciones, pero no parece haber intenciones en ese sentido y en las grandes cumbres internacionales, como la de jefes de Estado y de Gobierno del G8, el tema del hambre ni siquiera está en la agenda.
El sociólogo filipino y Premio Nobel Alternativo Walden Bello, por su parte, atacó la política con respecto al clima tanto de Estados Unidos como de Alemania y la UE. Sostuvo que en ese punto no hay realmente diferencias relevantes entre la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente estadounidense, George W. Bush.
Según Bello, tanto Merkel -cuyo país ejerce actualmente las presidencias de la UE y del G8- como Bush siguen considerando el crecimiento económico como algo “sacrosanto”, con lo que no pueden encontrar fórmulas para detener la emisión de gases responsables del efecto invernadero.
“Buscamos la confrontación con las palabras, no a pedradas”
La contracumbre durará tres días y ha sido convocada por organizaciones como la humanitaria Oxfam, la ecologista Greenpeace y la antiglobalización Attac, algunos sindicatos y grupos religiosos.
Se trata del principal acto en contra de la cumbre del G8 en la ciudad alemana de Heiligendamm y los organizadores se han propuesto distanciarse de los grupos violentos que ya el sábado pasado en Rostock hicieron que una manifestación degenerase en disturbios y enfrentamientos con la Policía. “Buscamos la confrontación con las palabras, no a pedradas”, declaró Karsten Smid, de Greenpeace.
También Oxfam tiene como uno de sus principales propósitos en la cumbre resaltar la protesta pacífica y sus contenidos y tratar de reducir el protagonismo que han alcanzado en los medios de comunicación los grupos violentos. “Esa violencia y su presencia en los medios hace que se pierdan de vista los contenidos y los verdaderos problemas”, dijo el portavoz de Oxfam-Alemania, Jörn Kalinski.
En uno de los primeros actos de la contracumbre, Oxfam hizo desfilar por Rostock a figuras que representaban a los jefes de Estado y de Gobierno del G-8, pero con enormes narices de cartón, en alusión al célebre personaje Pinocho al que le creía la nariz cuando mentía. El propósito de esa acción era recordar a los mandatarios del G-8 la promesa que hicieron en su cumbre de 2005 de aumentar la ayuda al desarrollo hasta llegar a los 50.000 millones de dólares en 2010.
La mitad de esa asistencia debería ir a África, pero hasta ahora lo que ha ocurrido, según Oxfam, es que la ayuda incluso bajó en 2006, por primera vez desde 1997. “Hoy en día, la ayuda corresponde a la décima parte del gasto militar, un 25 por ciento del cual se debe al gasto de EEUU en la guerra de Irak, y es menos de lo que el mundo gastó en agua embotellada en 2006”, según un comunicado de Oxfam, que ha trasladado activistas de España, Brasil y Bolivia a la contracumbre.
Oxfam calcula que, si el G8 incumple su promesa de aumentar la ayuda, ello supondrá la muerte de cinco millones de personas, la mayoría niños. La contracumbre se cerrará el jueves con una gran mesa redonda bajo el título “Hay alternativas”.