El científico nuclear iraní Shahram Amiri, que ha acusado a la Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) de haberle secuestrado y trasladado a la fuerza al país norteamericano, trabajó como informante para la inteligencia estadounidense durante varios años, incluso cuando aún residía en Irán. Ésa es la versión que da el diario The New York Times citando fuentes del Gobierno de Estados Unidos.
Amiri, que desapareció el pasado año durante una peregrinación a Arabia Saudí, regresó este jueves a Teherán procedente de Washington, diciendo que había sido presionado para mentir sobre el programa nuclear iraní. Estados Unidos niega que el científico nuclear iraní fuese secuestrado y asegura que ha vivido libremente y por su propia voluntad en el país norteamericano.
Las fuentes de inteligencia estadounidenses citadas por ese periódico aseguran que la universidad de Teherán en la trabajaba Amiri se había convertido en el centro de operaciones encubierto donde se empezaron a planificar y desarrollar los planes nucleares de Irán.
Sospecha de armas atómicas
Mientras estaba aún en Irán, Amiri fue una de las fuentes que permitieron a los servicios de inteligencia de Estados Unidos elaborar un informe en 2007 en el que se mostraban sospechas de que la República Islámica trataba de desarrollar armas atómicas, señalaron las mismas fuentes.
Uno de los miembros de la inteligencia citados por el rotativo neoyorquino calificó de “importante y original” la información secreta proporcionada por Amiri acerca del programa nuclear iraní. Varios de los funcionarios estadounidenses citados por el 'NYT' aseguran además que Amiri visitó el año pasado Arabia Saudí porque era el lugar donde había acordado con la CIA llevar a cabo su fuga.
A su llegada a Estados Unidos se asentó en el estado de Arizona. El diario señala que no está claro si el científico nuclear iraní trató de llevar a su mujer y a su hijo con él al país norteamericano.