BRUSELAS, 27 (EUROPA PRESS)
España, que durante la etapa de bonanza económica era el país de la UE que recibía un mayor número de inmigrantes, se ha convertido ahora en el Estado miembro donde más ha caído la inmigración tras la crisis financiera y la recesión, según los últimos datos demográficos publicados por la oficina estadística comunitaria, Eurostat.
Pese a este descenso, la población española aumentó en 2009 en 161.000 habitantes, cifra que representa una tasa del 3,5 por mil, hasta situarse en 45,989 millones de habitantes el 1 de enero de 2010. No obstante, el crecimiento fue muy inferior al de 2008 (cuando se registró una tasa del 12 por mil) o al de 2000 (10,6 por mil).
Este incremento de la población en España se explica por un crecimiento natural (diferencia entre nacimientos y muertes) de 103.000 personas (una tasa del 2,2 por mil) y un saldo migratorio de 58.000 personas (1,3 por mil). El crecimiento natural descendió ligeramente respecto al año anterior, pero el saldo migratorio experimentó una fuerte caída desde el 9,7 por mil en el año 2000 y el 9,2 por mil en 2008.
En el conjunto de la UE también se redujo el saldo migratorio, pero de forma mucho menos pronunciada que en España, desde una tasa del 2,9 por mil en 2008 al 1,7 por mil en 2009.
Pese a esta caída, en 2009, un poco más del 60% del crecimiento de la población en la UE provino de la inmigración. Los saldos migratorios positivos más importantes corresponden a Luxemburgo (13,2 por mil), Suecia (6,7 por mil), Italia (5,3 por mil) y Bélgica (5,1 por mil).
El 1 de enero de 2010, la población de la UE se situó en 501,1 millones de personas, tras experimentar un aumento de 1,4 millones de habitantes en 2009 (es decir, una tasa de crecimiento de 2,7 por mil habitantes). Esta subida es el resultado de un crecimiento natural de 0,5 millones de personas (1 por mil) y de un saldo migratorio de 0,9 millones (1,7 por mil).
La población total aumentó en 19 Estados miembros y cayó en 18, con variaciones notables entre los diferentes países. Los incrementos relativos más importantes se observaron en Luxemburgo (17,2 por mil), Suecia (9,1 por mil), Eslovenia (7,2 por mil), Bélgica (7,1 por mil) y Reino Unido (6,7 por mil) y los descensos más marcados en Lituania (6,2 por mil), Letonia (5,7 por mil), Bulgaria (5,6 por mil) y Alemania (2,5 por mil).
En 2009, nacieron en la UE 5,4 millones de niños, lo que situó la tasa de natalidad en 10,7 nacimientos por cada mil habitantes, ligeramente por debajo de la cifra del año anterior (10,8). España está casi en la media (10,8 por mil). Las tasas de natalidad más elevadas corresponden a Irlanda (16,8 por mil), Reino Unido (12,8 por mil), Francia (12,7 por mil), Chipre (12,2 por mil) y Suecia (12 por mil). Las más bajas se registraron en Alemania (7,9 por mil), Austria (9,1 por mil), Portugal (9,4 por mil), Italia (9,5 por mil), Letonia y Hungría (9,6 por mil cada uno).
El año pasado se registraron 4,8 millones de fallecimientos en la UE, cifra que representa una tasa de mortalidad de 9,7 muertes por cada 1000 habitantes (igual que en 2008). España se sitúa por debajo de la media comunitaria (8,5 por mil). Los países con tasas de mortalidad más elevadas fueron Bulgaria (14,2 por mil), Letonia (13,3 por mil), Hungría (13 por mil) y Lituania (12,6 por mil) mientras que las más bajas se encuentran en Irlanda (6,6 por mil), Chipre (6,7 por mil), Luxemburgo (7,3 por mil) y Malta (7,8 por mil).
Como consecuencia, los países con mayor crecimiento natural de la población fueron Irlanda (10,2 por mil), Chipre (5,5 por mil), Francia (4,3 por mil), Luxemburgo (4 por mil) y Reino Unido (3,7 por mil). Un total de 10 Estados miembros registraron un crecimiento natural negativo, encabezados por Bulgaria y Letonia (3,6 por mil), Hungría (3,4 por mil) y Alemania (2,3 por mil).