La erupción del volcán de Fogo, en la isla del mismo nombre en Cabo Verde, que comenzó el pasado 23 de noviembre, continúa activa y ha arrasado a las pequeñas aldeas de Portela y Bangaeira, situadas en Chã das Caldeiras, la caldera que rodea al volcán.
Además, también ha alcanzado otra aldea, la de Ilhéu de Losna, en la que ha ocasionado algunos destrozos. A pesar de que esta población es de las más pequeñas de la isla, su importancia radica porque es una zona agrícola, caso de los cultivos vitivinícolas asesorados por técnicos canarios. No obstante, la lava en los últimos dos días “está prácticamente parada” en esta zona, como explica la investigadora de la Universidad de Cabo Verde Nadir Cardoso en información recogida por el diario caboverdiano Fogo News.
Para hacer frente a todos estos daños el Gobierno del país ha decidido subir el IVA en un 0,5%, pasando del 15% actual al 15,5%. Esta subida será efectiva en 2015 y tiene como objetivo aumentar los ingresos para reconstruir los pueblos destrozados, la infraestructura y asegurar las actividades económicas en las localidades de la isla.
Desde que el volcán entró en erupción ha dejado las zonas más próximas en un mar de lavas. En la actualidad la actividad volcánica está estable, reduciéndose a pequeñas explosiones, flujos de lava, emisiones de gases y ceniza. Así, la columna de gases alcanza estos días una altura de 900 metros de altura y las expulsiones de estos han disminuido su intensidad; de hecho las emisiones de dióxido de azufre durante esta semana oscilaron entre 1.500 y 3.000 toneladas al día, mucho menos que los primeros días de la erupción en los que se registraron hasta 12.000 toneladas por día, como registraron los técnicos del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) desplazados a la Isla.
Por otra parte, el experto en vulcanología João Fonseca, profesor de la Universidad Técnica de Lisboa, asegura que la observación de la superficie indica que la erupción está en su fase final, aunque esta “es compleja” en términos de signos. Según Fonseca, el trabajo de monitoreo del volcán se está haciendo con gran competencia por parte de los especialistas nacionales, a través de equipos de red instalada. Agregó que esta erupción fue acompañada en base a las imágenes y los datos recogidos por los satélites y se interpretan y tratan en un centro especializado en Italia que después son puestos a disposición de las autoridades de Cabo Verde para la toma de decisiones y el seguimiento.
“En el interior del volcán todavía hay muchos procesos abiertos, la etapa final es complicada y es fácil de entender ya que hay agua subterránea y mientras la erupción se está llevando a cabo este acuífero está bajo presión, por lo que cuando el magma se mueve hacia el interior del edificio volcánico la tendencia es que los acuíferos drenen los espacios. Y cada vez que hay mezcla de agua y lava se forma una emisión de grandes cantidades de vapores ”, asegura Fonseca, que señaló que no es trivial desde el punto de vista de la supervisión, pero todo muestra que es un hecho que se acerca la fase final de la erupción.
Fonseca también aclara que esta erupción desde el punto de vista geológico ha sido “pequeña”, aunque ha sido “terrible” por los daños ocasionados en las localidades más próximas. El volcán de Fogo, que lleva ya 35 días activo, tuvo una erupción en 1995 que duró un mes. Es tanta la relación de la isla con este volcán, que su nombre original era São Filipe, pero una violenta erupción que tuvo lugar en 1680 y que era visible a cientos de kilómetros hizo que pasara a ser conocida con su nombre actual de Fogo, fuego en castellano.