Cinco horas de agonía por una bomba de plastilina

Con una bomba de plastilina, dos hombres que dijeron actuar en nombre de la red terrorista Al Qaeda secuestraron este sábado un avión turco que partió de Chipre con 136 personas a bordo y mantuvieron en vilo a las fuerzas de seguridad y la opinión pública por más de cinco horas.

Finalmente, los secuestradores se rindieron a las autoridades turcas en el aeropuerto de Antalia, ciudad mediterránea del sur de Turquía, donde la nave había aterrizado para repostar y seguir vuelo hacia Irán, el destino solicitado por los raptores.

Según informó la cadena de televisión turca NTV, tras detener a los delincuentes e inspeccionar lo que supuestamente era una bomba de fabricación casera con la cual habían amenazado hacer estallar en el avión de la compañía Atlas Jet, la policía turca extrajo un paquete de plastilina.

Así se descubrió que los dos individuos, que en la tarde del sábado estaban sometidos a interrogatorios para aclarar, entre otros, su identidad, retuvieron el avión con un explosivo falso.

“La aventura comenzó a las 3:45 GMT en Nicosia y terminó a las 10:00 GMT”, dijo Tuncay Doganer, presidente de Atlas Jet, en una relajada rueda de prensa tras la rendición de los secuestradores.

“(El secuestro) fue cometido por dos hombres. Cómo lo hicieron y por qué, será revelado tras el interrogatorio”, añadió.

El ministro del Interior, Osman Günes, dijo que los detenidos se encontraban en la Dirección de Seguridad de Antalia y que los documentos que llevaban los identificaban como Mehmet Resat Özlü, de nacionalidad turca, y Abdulaziz Maliki, palestino con pasaporte sirio, pero persistían dudas sobre su identidad real.

“Si estas identidades son falsas o verdaderas se sabrá tras la investigación”, señaló el ministro.

El ministro turcochipriota de Transportes, Salih Usar, había dicho anteriormente que los secuestradores eran iraníes, mientras que Mahmut Adas, un pasajero turco, que desde el avión describió por teléfono a Efe la situación que estaba viviendo poco antes de la rendición de los secuestradores, había dicho que se trataba de libaneses.

En ese momento, Adas era uno de los cinco rehenes que quedaban en el avión (dos pasajeros y tres azafatas) y los terroristas lo mantenían bajo su poder para que los ayudase a comunicarse con el exterior, ya que habla árabe, al igual que ellos.

Efe pudo oír como uno de los secuestradores le decía a Adas que no quería hablar con ningún periodista, en respuesta a su intento de pasarle el móvil con la conversación abierta.

“Ellos (los secuestradores) sólo dicen que quieren ir a Irán. Dicen que son libaneses y que protestan por la opresión en Líbano y que están haciendo esto en el nombre de Al Qaeda”, dijo con voz cansada y disgustada Adas, un técnico que trabaja en Chipre y viajaba a Estambul para seguir un curso.

“Nosotros esperamos, ellos esperan. Quieren hablar con alguien y terminar todo esto, pero hasta ahora ninguna autoridad nos ha contactado. Nos habían dicho que el gobernador de Antalya o un fiscal hablaría con nosotros, pero nadie nos ha contactado. Se les está terminando la paciencia”, añadió el viajero en una segunda conversación, cerca de media hora antes del desenlace final.

Toda Turquía respiró aliviada al ver que no hubo derramamiento de sangre, y las autoridades se mostraron satisfechas.

El MD83 de Atlas Jet, un avión alquilado a la compañía Worlfocus, despegó desde el Aeropuerto Internacional de Ercan (República Turca del Norte de Chipre) con 136 pasajeros y 6 miembros de la tripulación a bordo.

Cuando dos pasajeros se levantaron de sus asientos e intentaron forzar la cabina para dirigir el aparato a Teherán (Irán), los pilotos aterrizaron en Antalia alegando que debían repostar para proseguir el vuelo y, una vez en tierra, escaparon del avión a través de las ventanillas.

“El abandono del avión por parte de los pilotos era parte de la operación. Podría ser un nuevo concepto” a tener en cuenta para casos similares, dijo Doganer.

Otro aspecto inusual en este secuestro fue la actuación de los pasajeros: cuando no quedaba más aire en el avión, los secuestradores abrieron la puerta delantera del avión y liberaron a las mujeres y niños.

Mientras eso ocurría, los varones forzaron las puertas de emergencia y la trasera, y saltaron por ellas, huyendo del avión.

“Esta manera de evacuación no estaba planeada y fue improvisada por iniciativa propia de los pasajeros”, dijo Doganer.

Las autoridades turcas rechazaron dar los detalles de cómo consiguieron la rendición de los secuestradores, limitándose a explicar que enviaron dos equipos de técnicos al avión con la excusa de que iban a reparar la puerta trasera, que había sido forzada: el primer equipo no pudo convencer a los secuestradores para que se rindieran, pero el segundo sí.