JERUSALÉN, 16 (Reuters/EP)
El Parlamento de Israel (Knesset) ha aprobado este lunes su disolución y la convocatoria de elecciones anticipadas para el próximo 22 de enero, tal y como había solicitado el primer ministro, Benjamin Netanyahu.
Los legisladores han apoyado la propuesta presentada por el primer ministro con 100 votos a favor y ninguno en contra, después de ocho horas de arduo debate parlamentario sobre la conveniencia de poner fin a la legislatura y de tres votaciones.
Las elecciones estaban previstas para octubre de 2013, pero en los últimos años ha sido cada vez más frecuente que se convoquen comicios anticipados por desacuerdos sobre el presupuesto, la religión y las relaciones de Israel con sus vecinos regionales.
La semana pasada, Netanyahu solicitó a la sede legislativa que convocara elecciones anticipadas, argumentando, precisamente, que la coalición gubernamental había sido incapaz de llegar a un acuerdo sobre los presupuestos generales del próximo año.
Además, el mandatario esgrimió sus diferencias con el socio minoritario del Ejecutivo sobre cómo afrontar la amenaza del programa nuclear iraní, que Netanyahu pretende combatir con un ataque preventivo sobre las instalaciones nucleares.
En su discurso ante la Knesset, el primer ministro ha destacado las duras medidas que ha adoptado para garantizar la seguridad de los israelíes, recordando que “en menos de cien días, el pueblo israelí decidirá quién liderará la lucha contra los mayores retos de seguridad a los que se ha enfrentado en 80 años”.
En concreto, se ha referido a la amenaza iraní, asegurando que gracias a su gestión Israel cuenta ahora con nuevas capacidades militares “para actuar contra la República Islámica y sus satélites”. Además, ha prometido que, si es reelegido, pondrá el programa nuclear del país persa “en el centro de la agenda internacional”.
El primer ministro ha criticado a quienes le acusan de magnificar la amenaza de la República Islámica para ocultar las deficiencias de su gestión gubernamental. “Quienquiera que tome a la ligera el programa nuclear iraní no merece gobernar Israel ni un solo día”, ha considerado.
ALUSIÓN A OLMERT
Netanyahu también ha presentado como aval de su gestión que, tanto en los tres años que gobernó en la década de 1990 como en su mandato actual --desde marzo de 2009--, no se ha embarcado en “ninguna guerra innecesaria”. De hecho, “en ninguna guerra en absoluto”.
Este comentario ha sido interpretado como un ataque velado al ex primer ministro Ehud Olmert, que se rumorea que, tras ser absuelto por corrupción, podría presentarse a las próximas elecciones, convirtiéndose así en el principal rival de Netanyahu en las urnas.
Olmert y su formación política, Kadima, condujeron a Israel a dos guerras: de un mes contra el partido-milicia chií Hezbolá en Líbano en 2006 y de tres semanas contra el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) en la Franja de Gaza entre 2008 y 2009.
El líder del Kadima, Shaul Mofaz, por su parte, ha acusado a Netanyahu de “interferir flagrantemente en las elecciones presidenciales de Estados Unidos”, previstas para el próximo 6 de noviembre, aludiendo a sus diferencias con el presidente del país norteamericano, Barack Obama, sobre Irán y el conflicto palestino.
SUCESIÓN DE PRIMEROS MINISTROS
En su turno, el presidente de la Knesset, Reuven Rivlin, ha instado a los candidatos a llevar a cabo una campaña electoral ejemplar para combatir la desafección popular ante la cita con las urnas, debido a la sucesión de primeros ministros.
“Un primer ministro cayó víctima de la elección directa, otro primer ministro cayó víctima del coma y otro primer ministro cayó por acusaciones de corrupción. Es normal que la gente haya perdido la fe en la convocatoria de elecciones”, ha dicho.
En la misma línea, el presidente del país, Simon Peres, ha instado a los candidatos a ser respetuosos durante la campaña electoral. “Que haya una lluvia de ideas sobre el futuro de Israel, en vez de discutir por discutir”, ha señalado, según informa el diario 'Jerusalem Post'.
Un sondeo sobre intención de voto publicado el pasado jueves por 'Maariv' concede al Likud de Netanyahu 29 de los 120 escaños que componen el Parlamento, frente a los 27 que posee ahora. El principal rival del Likud, el Partido Laborista, se haría con 17 escaños.