ESTRASBURGO (FRANCIA), 21 (EUROPA PRESS)
El Parlamento Europeo pidió este miércoles que el futuro acuerdo sobre transferencia de información bancaria a Estados Unidos para luchar contra la financiación del terrorismo no suponga una cesión masiva e indiscriminada de datos sobre los ciudadanos europeos. La presidencia de turno del Consejo y la Comisión garantizaron a los eurodiputados que sus preocupaciones serán tenidas en cuenta durante la negociación con Washington.
“No podemos admitir una transferencia en masa indiscriminada”, aseguró el secretario de Estado para la Unión Europea, Diego López Garrido, durante el debate celebrado este miércoles en el pleno de Estrasburgo, respondiendo así a los reiterados temores de los parlamentarios. La CE presentó el pasado 24 de marzo un nuevo mandato negociador más garantista después de que la Eurocámara tumbara el acuerdo provisional existente al entender que no protegía de manera adecuada la privacidad de los europeos.
Este mandato, que será previsiblemente aprobado por el Consejo este viernes 23 de abril, contempla que las transferencias a Estados Unidos tengan que ser aprobadas por una autoridad judicial y reconoce a los afectados el derecho de acceso, rectificación y borrado de datos, así como a la tutela administrativa y judicial efectiva y no discriminatoria.
Además, los datos bancarios sólo podrán ser solicitados por Washington para investigaciones antiterroristas, no podrán proporcionarse masivamente a países terceros y sólo podrán enviarse las pistas sobre terroristas que surjan del análisis de los datos. La UE tendrá derecho a cancelar el acuerdo si cree que EEUU lo incumple y los datos sólo podrán conservarse un máximo de 5 años.
La comisaria de Interior, Cecilia Malmströn, dijo ante los eurodiputados que el nuevo mandato supone una “mejora sustancial” respecto al pacto anterior y que tiene en cuenta las preocupaciones del PE, por lo que espera que se firme antes de junio para que la Eurocámara lo adopte en julio. Además, recordó que los datos no se van a transmitir a países terceros y que sólo se permitirá el acceso a los “relevantes”.
No obstante, la mayoría de los grupos parlamentarios siguieron expresando algún tipo de reserva. “Queremos llegar a un acuerdo, pero no como sea”, dijo el representante del PPE, el maltés Simon Busuttil, que consideró la cuestión de los datos masivos un “escollo” a sortear.
Para la representante del Grupo Socialista, la alemana Birgit Sippel, el mandato de la CE tendrá que modificarse “de manera sustancial” para que haya una mayoría a favor en el PE. A su juicio, no es “suficientemente ambicioso” y el problema de la trasmisión de datos en masa no se ha resuelto. Además, preguntó cómo se garantizará que sólo se transfieren los que se han solicitado.
La liberal holandesa Jeanine Hennis-Plasschaert, responsable del informe parlamentario que dio al traste con el anterior acuerdo, admitió tener dudas sobre la eficacia de los mecanismos de control y supervisión y reclamó una legislación europea para la transferencia masiva.
El alemán del Grupo de los Verdes Jan Philipp Albrecht puso de relieve que lo que está en juego en el acuerdo son “principios constitucionales básicos” como la protección de la intimidad o el derecho a un juicio justo y alertó de la transferencia masiva sin tener sospechas “concretas”.
Marie-Christine Vergiat, de la Izquierda Unitaria, dijo no tener “confianza” en las autoridades americanas y aunque se felicitó de los avances en la propuesta de la CE no los consideró suficientes. Advirtió también de que, en su opinión, el principio de proporcionalidad no se respeta.
Finalmente, el británico del Grupo de Conservadores y Reformistas, Charles Tannock, se desmarcó de la línea argumental de sus colegas para proclamar que estaba en contra del “antiamericanismo tanto abierto como solapado” de algunos eurodiputados. Defendió el acuerdo como una “herramienta vital” para proteger a los ciudadanos de ambas orillas del Atlántico.