“Es la primera información que tengo, no puedo opinar”. Así ha respondido el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, al ser preguntado este lunes en una rueda de prensa celebrada en Las Palmas de Gran Canaria por la expulsión de efectivos civiles y políticos de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (Minurso) por parte del Gobierno de Marruecos.
Tras reunirse con Fernando Clavijo, presidente del Gobierno de Canarias, el candidato socialista ha reconocido ante los periodistas desconocer la sucesión de acontecimientos que ha tenido lugar la última semana en el Sáhara y que ha provocado la expulsión, entre el sábado y el domingo, de 84 miembros de la Minurso, misión que actúa en la zona desde 1991.
Clavijo, por su parte, ha expresado su preocupación por la “violación de derechos humanos tan cerca de nuestras costas” y ha instado a la ONU a “intervenir de una manera determinante” en el Sáhara porque, en su opinión, la solución al conflicto “no se puede dilatar mucho más en el tiempo”. El presidente canario ha insistido en la necesidad de intervenir con premura y ha advertido de que, de no ser así, las consecuencias “no serían positivas ni para Canarias, ni para Marruecos, ni para el Sáhara”.
Rabat anunció el pasado martes la expulsión de los componentes civiles y políticos de la Minurso -no así de los militares, que controlan el alto el fuego- en represalia por la reciente visita de Ban Ki-Moon al campo de refugiados saharauis en Tinduf, la primera del secretario general de la ONU en diez años. El Gobierno marroquí consideró “hostil e insultante” que Ban Ki-Moon empleara la palabra “ocupación” para denunciar las “trágicas condiciones de vida” de los refugiados. En un comunicado emitido el 8 de marzo, le acusaba de no ser neutral y denunciaba sus “deslices verbales”.
En una rueda de prensa celebrada el viernes, Naser Burita, ministro de Exteriores marroquí, continuó en esta línea de enfrentamiento con la ONU e imputó a efectivos de la Minurso la comisión de “atropellos cotidianos a sus funciones como fuerza de paz”, por haber redactado informes “parciales y hostiles” contra Rabat.
La ONU se comprometió en 1991 a impulsar un referéndum para que los saharauis decidieran entre la independencia o la integración en Marruecos, pero la consulta continúa sin celebrarse 25 años después.