La mezcla de frío y niebla resulta ser el cóctel perfecto para la aparición de una imagen que, probablemente muchos habrán visto, pero pocos sabrán su nombre: la cencellada. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) lo define como un hidrometeoro consistente en un depósito de hielo formado por la congelación de gotitas de niebla o de nubes subfundidas (en estado líquido a temperaturas inferiores a 0 ºC) sobre objetos duros, cuya superficie está a una temperatura inferior o ligeramente superior a 0 °C. La cencellada se diferencia de la escarcha por el hecho de que en esta última se pasa directamente del estado de vapor de agua al estado sólido.
La cuenta de Twitter de Fénix Canarias ha publicado una impresionante fotografía de Efrén Yanes cuando este fenómeno meteorológico se daba en el Teide. En la imagen se observa esta niebla congelada entre la vegetación del Parque Nacional.
Con viento flojo o en calma, se suele formar cencellada blanca, formada por plumas y agujas de hielo de color blanco que confieren un aspecto similar al de una nevada. Con vientos más intensos y en general temperaturas bastante negativas, más habituales en zonas de montaña y altas latitudes, se forma cencellada dura, formada por un hielo duro y opaco a barlovento de los árboles y otras superficies verticales, creando láminas de hielo a modo de peines y banderas, con estructuras muy espectaculares.