El cultivo de un milagro

Aniceto González Niebla en su finca

Noé Ramón

San Sebastián de La Gomera —

Aniceto González Niebla, conocido en El Cercado como Eliseo es uno de los cientos de agricultores de La Gomera que cultivan variedades de uva únicas en el mundo por su antigüedad y calidad. Sus nombres son forastera y listán. Estas viñas han sobrevivido cinco siglos gracias a que la insularidad y el aislamiento consiguieron salvarlas de las plagas que en ese tiempo arrasaron los cultivos de Europa. El resultado es que hoy es posible observar las vides como si de una especie de reliquia o milagro se tratara.

Eliseo indica que nunca había reparado en la originalidad de esta especie. No recuerda que ni sus padres ni sus abuelos le dieran importancia, acostumbrados como estaban a que cada año se repitiera el ciclo ancestral que culmina con la aparición de esas joyas brillantes que se llaman uvas. González Niebla vivió casi toda su vida en Tenerife hasta que en 2002 murieron padres y decidió venir a El Cercado, en los altos de La Gomera, para hacerse cargo de las tierras. Su conocimiento de la agricultura no iba mucho más allá de lo aprendido de pequeño de su padre y abuelos.

“¿Que si esto es mejor que Tenerife?. Pues si es alguien como yo que le gusta trabajar sí, pero sino me hubiera quedado en Las Galletas porque tengo un edificio allá”. Este agricultor llegó del sur de Tenerife con la jubilación bajo el brazo y las ganas de sacar adelante los campos de sus ancestros que escalan las pendientes de las cumbres gomeras, donde nada es llano y nada es sencillo. Eliseo es un hombre que dedicó toda su vida al cultivo del plátano una labor que califica de dura “pero la verdad es que esto es todavía peor”.

Cuando se le pregunta si sabe cuántos años llevan estas vides siendo cultivadas señala: “Esto no se sabe la antigüedad que tiene. Las mismas parras que vienen de mis abuelos, por lo menos, las tengo como si fueran nuevas porque las entierro otra vez y ya está”, la naturaleza cierra el resto del ciclo. Eliseo cultiva tanto la forastera como el listán negro, uvas que un reciente estudio encargado por el Cabildo han certificado de una calidad indudable. “La que aguanta de verdad es la forastera. Eso es cierto. Esa es la que tenían mis padres y abuelos”, indica. Cada año sus viñas son capaces de dar cinco mil litros de vino, lo que requiere un gran esfuerzo pero que consigue vender sin demasiados problemas.

Hasta ahora la particularidad de este cultivo era algo que tan sólo se intuía a falta de un estudio científico. “No recuerdo que nadie hablara de la uva. La plantaban y ya está. Lo que sé lo aprendí de niño de estar con ellos. Pero la verdad es que aquí nadie sabía lo antigua que era la viña. Todo eso se sabe desde que la gente está viniendo por aquí. Antes esto era uva y ya está”. Eliseo conoce los estudios realizados e incluso ha hablado con algunos investigadores que han pasado por este pueblo. “Todos dicen que esta es la mejor uva que hay”.

Hasta no hace demasiado tiempo la economía en esta parte de la isla era de subsistencia. “Uno ayudaba al vecino, el vecino lo ayudaba a usted”. Luego hace treinta años se construyó la carretera y estos remotos caseríos empezaron a estar conectados de verdad con el resto del mundo. Pero todavía es posible observar los signos del aislamiento y de la cultura particular que aquí ha nacido. Por ejemplo, la alfarería aborigen, cuyos talleres se reparten a lo largo de la carretera.

Con los nuevos tiempos cada vez los controles y las exigencias para comercializar el vino son mayores, por ello en muchos casos la venta, se realiza entre particulares como ha ocurrido toda la vida. Poco a poco se van introduciendo nuevas técnicas que llevan a que, por ejemplo, la producción que consigue Eliseo sea muy superior a la de sus padres o abuelos. La viña de La Gomera trepa por los riscos y se convierte en un elemento clave del paisaje de la Isla. Apenas necesita el agua de la brisa para mantenerse.

Eliseo fue invitado en 2005 por el Cabildo para conocer otras bodegas de España. Reconoce que las técnicas empleadas allí hacen que el vino sea muy superior al de su tierra, pese a que la vid no es tan antigua. Ésta es la razón por la que los estudiosos inciden en la necesidad de formarse con el fin de obtener un producto de calidad. Las posibilidades están ahí, sólo hace falta explotarlas. Eliseo reconoce que su vino es artesanal, “como el de siempre”.

Etiquetas
stats