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“La Virgen de las Nieves es mucho más que religión, es un icono social”

La Virgen de Las Nieves es para la escritora, editora y antropóloga palmera Elsa López “parte de mi vida, de mi memoria, de mis tradiciones, es mi cultura”. “Me crie en El Planto y para mí ir a las Nieves era una fiesta, una excursión, era todo, la felicidad”, ha recordado a La Palma Ahora la también editora, directora de Ediciones La Palma, que acaba de publicar un libro de poemas titulado ‘A la Virgen de las Nieves’ que será presentado este jueves, a las 20.00 horas, en el salón de plenos de Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma, en el marco de la I Semana Cultural Fiestas Lustrales de la Bajada de la Virgen. 

Durante muchos años, rememora Elsa, “cuando ya vivía en Madrid y venía a pasar las vacaciones a La Palma, mi primera visita era subir esa cuesta de El Planto para llegar a Las Nieves, era como el punto central de mi memoria; El Planto, la casa de mi abuela, Las Nieves, el santuario, todo el paisaje del entorno… no solamente la Virgen, la Virgen era una parte más de todo aquello”. “También tenía en la memoria la Bajada de la Virgen cada cinco años, cuando la abuela se sentaba conmigo en la esquina del cantero de la finca y veíamos bajar a la imagen”, añade. “Todo aquello se fue acumulando en mí como una fotografía de esas que no se pierden, igual que el muelle de la Isla, son lugares mágicos en tu memoria y en tu recuerdo, y comencé a escribir esos poemas antes de empezar a leerlos en alto”, señala. “Yo ya le escribía a la Virgen, o aludía a su barco, a su fiesta, a sus rituales, en el primer libro mío, ‘El viento y las adelfas’, pero comencé a componer poemas a la imagen porque los vecinos de El Planto me lo pidieron”, asegura. 

Con el paso del tiempo, al bajar la Virgen, “comenzó la costumbre de pararse en la plaza de El Planto y yo le leía poemas, así se inició una tradición que me hacía feliz, era parte también de mi infancia, la infancia seguía ahí”, reconoce Elsa, quien le confesaba a la patrona de los palmeros “lo que pensaba y sentía, son poemas absolutamente sacados de la emoción y del afecto a la Virgen, no son poemas escritos con ninguna otra intención”, aclara. “Es el afecto, el cariño hacia la Virgen, a la Virgen como representación de muchas personas, porque la Virgen de las Nieves es un icono religioso pero también social”, explica. “Yo le rezo a ese icono social que representa la Virgen de las Nieves, a la imagen del pueblo que viene a la ciudad, que va pasando por los sitios y que la gente le va pidiendo favores, le va pidiendo perdón, que resuelva sus problemas; de alguna manera yo he socializado esa imagen y cuando le hablo lo hago como si fuera eso, algo más que una imagen religiosa, un icono social”, insiste. 

El libro ha sido editado por Cartas Diferentes dentro de la colección de poesía ‘Héroes de la edad primera’, que rinde homenaje a la lírica palmera de todos los tiempos. El prologuista de la obra, Víctor Hernández Correa, asegura que “el trabajo de Elsa López resulta novedoso por dos motivos. El primer lugar, por constituir uno de los escasísimos ejemplos de escritura femenina documentados tanto en el contexto secular de la historia literaria palmera como, a nivel más particular, en el marco de la poesía laudatoria a Nuestra Señora de las Nieves y en el entorno de la Bajada de la Virgen”. En segundo lugar, precisa Correa, porque ‘A la Virgen de las Nieves’ es “uno de los poquísimos cancioneros dedicados íntegramente a la imagen mariana”. 

Elsa López destaca que “cuando el pueblo socializa determinados elementos como una imagen siempre ponen en ella afectos, emociones, tristezas, todo lo que nos agobia, lo que nos conmueve, lo que nos preocupa…  Eso es para mí la Virgen de Las Nieves, mucho más que religión”. 

Las composiciones de ‘A la Virgen de las Nieves’ tienen una temática “religiosa y no religiosa; de hecho, hay un poema a la Virgen de una niña que no es creyente”, explica. “Son poemas a la Virgen de las Nieves, pero es al pueblo de La Palma realmente a quién me estoy dirigiendo, y pidiendo en nombre de esa Virgen paz, felicidad, que se aleje la tristeza, le pido por las mujeres, pido, como en 2015, por una criatura que fue asesinada justo la víspera que ella bajara…”. 

En la obra de Elsa hay “ruego, preguntas, muchas cosas en cada poema, y una constante tristeza, una tristeza como siempre que confías en algo y quieres que te cambie, que te solucione, que te dé una vida que no tienes”. “Cuando yo pido por los hijos que no se recuperan o pido por las madres que son castigadas, o pido por las mujeres en general cuando son maltratadas, es un lamento, y cuando lo leo después de diez o quince años y veo que nada ha cambiado, sigo pensando que las oraciones son lamentos, la mayoría de las oraciones en las religiones del mundo suelen ser lamentos, exclamaciones pidiendo, suplicando, rogando que las cosas cambien; pidiendo por el mundo, por la paz, porque no haya guerras, porque no haya muertes”. “Entonces te das cuenta de que las imágenes religiosas son como un depósito de pedir”.