El artista canario, con gran trayectoria internacional, Tomaso Hernández, ha rediseñado el mirador de La Tosca, en Barlovento, dotándolo de una nueva reorientación, en un nuevo trabajo que permanece fiel a su consigna: “Lo espectacular de la sencillez”. Un proyecto, presentado en el año 2016, y que ha logrado 'girar' el mirador hacia el oeste, directamente hacia los dragos, que poseen un interés paisajístico especial, informa en nota de prensa.
Tomaso Hernández siempre bucea en la historia de los espacios y lugares que va a intervenir, con la finalidad de que conserven toda su identidad para lograr así darla a conocer y transmitir los valores que encierran a la ciudadanía.
Desde el Mirador de La Tosca se divisa la mayor concentración de dragos de Canarias. En el lugar existen varios ejemplares muy antiguos y de gran tamaño. La colonia de dragos se plantó para la elaboración de tintes, cabos y cuerdas sobre todo para la industria naval tan importante en La Palma hasta mediados del siglo XX. Los habitantes del lugar extraían las fibras de las hojas para fabricar cuerdas; que luego vendían por el Norte de la isla.
Con este cambio, el artista ha conseguido que el entorno aumente su relevancia y resalte la dimensión a sus orígenes. Tomaso logra con este proyecto que uno de los miradores más visitados de La Palma, sea ahora un espacio accesible para todos los visitantes, eliminando las barreras arquitectónicas existentes.
El proyecto de intervención de este mirador del norte de La Palma es aún más ambicioso, ya que posteriormente, se pretende realizar un conjunto de actuaciones para mejorar, embellecer, cuidar y conservar la zona baja y sobre todo los dragos.
Ejecución de la obra
El proyecto se ha podido realizar gracias al Área de Infraestructuras del Cabildo de La Palma que ha iniciado las obras y, la empresa Kevi Norte Obras y Servicios SLU encargada de ejecutar la idea del diseño.
El artista ha contado para el desarrollo técnico de su idea con Amilcar Cabrera, ingeniero civil, para la realización del proyecto de ejecución.
Este mirador se encuentra muy cercano al casco urbano de Barlovento, a apenas un kilómetro de distancia, en la carretera general del Norte (LP-1), y a unos 700 metros de altura, junto al acceso del caserío de La Tosca. Desde el mirador se divisan los caseríos de La Tosca (justo debajo) y los de Topaciegas, La Palmita y Gallegos (hacia el oeste). Permite observar la costa norte, con los acantilados más imponentes de la isla, entre la Punta de Topaciegas y el Porís (antiguo puerto) de Gallegos. Ofrece, además, rutas de senderismo. Partiendo del Mirador de la Tosca, se llega, a través del GR 130 hasta el barrio de Gallegos.
Pedagogo integral
Tomaso Hernández es un pedagogo integral, le gusta crear aulas abiertas a la Naturaleza, que siempre escribe y pide que se escriba con mayúsculas, Naturaleza, como la diosa que es. En esas aulas abiertas, recrea la historia como en el mirador de Isora en El Hierro y, representa los petroglifos en la escultura Serenidad de Puntallana para hacerlos visibles y darlos a conocer.
“Tenemos que ser un pueblo que cuide su isla, sentirnos orgullosos de ella y, actuar al unísono, con la limpieza, con el cuidado y la conservación de nuestro entorno, sin límites”.
Este proyecto reúne varias de las características que definen el trabajo de integración paisajística realizado por el artista hasta el momento, como es el reciclaje de materiales y su reutilización, para conseguir la plena integración de los mismos en la obra y en el paisaje circundante.
En este proyecto, concretamente, son las piedras existentes en el suelo del mirador las que se han reciclado, reutilizándolas en los nuevos suelos y en las nuevas paredes, para una mejor integración completa de la parte antigua con la parte nueva. Las pasarelas accesibles serán tintadas de óxido de hierro, consiguiendo así la integración total con el paisaje de la zona. “Que no se note que estuvimos aquí”, arenga siempre el artista a los trabajadores.
Se mantiene, además, la misma vegetación, enriqueciéndola, sembrando en algunas zonas laurisilva (fayal brezal) y se despeja, desbrozando el espacio para una mejor visión de los dragos del caserío. Los dragos que se encuentran junto al mirador, en la carretera, el artista los iluminará completando esta primera fase.
Tomaso Hernández va a protagonizar un cuadro natural poniendo de manifiesto los valores de la vegetación y belleza armónicas de la naturaleza canaria, con una especial atención a los dragos, cuidado y conservación de los mismos como especie protegida. La intención del artista no es otra que resaltar la belleza natural de la zona y sobre todo con una especial atención a los dragos, el cuidado y conservación de los mismos como especie protegida.
“Me gusta plantar y… ver crecer. Hay que ir al rescate de las plantas, de lo verde. Los estudios dicen que una de cada cinco plantas en el mundo se encuentran en peligro de extinción, principalmente como consecuencia de las actividades humanas y nos señala como responsables de esa circunstancia. Me gusta plantar en mis proyectos y cuidar lo que está, lo que ya existe, debemos conservar el máximo número de especies vegetales. El mecanismo de desarrollo vital , la fotosíntesis, nos proporciona el aire que respiramos, agua limpia y alimentos, incluidos la carne, el huevo y la leche que provienen de animales herbívoros. Además, las plantas son nuestro mejor aliado para luchar contra el calentamiento global”. “Todos podemos sembrar cambio”, recalca.
“Tenemos que dar más de lo que tomamos de la Naturaleza si queremos impedir la destrucción del único lugar que nos da la vida”, añade Tomaso Hernández.
Preocupado de la conservación de los océanos y del ecosistema del planeta, habla de comenzar desde sus obras, muchas de ellas ecológicas y de mínimo mantenimiento e impacto medioambiental. Por esta razón comenta que “debemos concienciarnos… nos preocupamos mucho de nosotros como individuos pero muy poco como especie”.
Tomaso Hernández llega al paisaje por sus necesidades creativas, que le van exigiendo formatos cada vez más grandes. Pasó del dibujo y la pintura, a la fotografía, y de ahí a las videocreaciones, realizando posteriormente proyecciones de vídeo de gran formato con un carácter de instalación, ocupando todo el espacio expositivo.
La exposición “Sombras por el contrario”, organizada por el Instituto Cervantes y la Sociedad Canarias en Europa, en la catedral Sacre Coeur de Casablanca, Marruecos, fue un punto de inflexión en su carrera.
Para esa experiencia expositiva realizó una instalación, ocupando todo el interior de la catedral, con el sonido y con las luces. Desde ese momento el artista se vio sin límites, creando fuera de las salas de exposiciones y de los formatos tradicionales. Saliendo a la naturaleza, a realizar intervenciones de luz, creando un gran cuadro de luz de unos 200 metros, en la ladera de la montaña de la Caldereta en Santa Cruz de La Palma. Así como la intervención paisajística de integración en la Fuente Santa, en Fuencaliente. Iniciándose así una nueva etapa en su carrera.
En la obra de Tomaso Hernández hay una clara voluntad de trabajar sobre los valores de la austeridad y la reutilización de los materiales del entorno, en una clave que deja muy clara en su utopía particular, que mira a largo plazo hacia la consecución, en último término, de una isla y un archipiélago ecológico.
“Imagínate que el mundo sepa que existen 8 islas con buen clima, que el aire es limpio, con playas, con naturaleza, que se autoabastecen con energías renovables, que la agricultura y la ganadería sean ecológicas y, por tanto, se coma sano. Este y no otro, sería el verdadero futuro al que deberíamos aspirar para nuestras islas, que nos volviésemos ecológicos ante el mundo”. apunta el artista, quien añade que “me gusta imaginar, pero me gusta más llevarlo a cabo”.
Tomaso irradia energía, actúa y habla con pasión de su trabajo y transmite su ilusión al equipo de trabajo. Evidentemente, nadie puede negar que Tomaso Hernández es un artista sin límites, que empieza a desafiar la lógica, como apuntan sus nuevos proyectos para las islas.