'Reconocer' se escribe igual al revés

Lo sé, hay que estar semi paranoico para darse cuenta de que la palabra “reconocer”, si la escribiésemos al revés, sería igual. Las palabras (incluso frases) que se pueden escribir en ambos lados se llaman palíndromos.

Pero no teman, hay muchas palabras que se escriben así: Ana, oso, ojo, aviva, sometemos, somos, salas… incluso alguna más rebuscada tipo aibofobia, que precisamente es el miedo a los palíndromos.

Pero nuestro vocablo protagonista de hoy es reconocer; limpio, bonito, aclaratorio, humilde… El Emprendedor tiene que tener esta palabra tatuada en ambos brazos por si acaso le falta uno:

Tiene que reconocer los errores, porque solamente entonando un mea culpa podrá poner fin a muchos problemas.

Tiene que reconocer que la competencia no es mala ni buena, es necesaria.

Tiene que reconocer que los comienzos siempre son duros.

Tiene que reconocer el terreno, estudiar el mercado al máximo de los niveles.

Tiene que reconocer que pueda haber mejores productos.

Tiene que reconocer que un cliente no es lo mismo que un consumidor.

Tiene que reconocer que los dos anteriores no son números, sino normalmente personas.

Tiene que reconocer que los trabajadores son los mejores embajadores de su marca.

Tiene que reconocer cuál es su verdadera ventaja competitiva y/o valor diferencial.

Tiene que reconocer que su unidad de negocio puede ser cíclica.

Tiene que reconocer que las estrategias basadas únicamente en precio son efímeras.

Tiene que reconocer que se debe equivocar rápido, y sobre todo barato.

Tiene que reconocer que la mejor improvisación es la planificada.

Tiene que reconocer que hay vida más allá de las redes sociales.

Tiene que reconocer que esto de emprender es algo titánico.

Tiene que reconocer que, haga lo que haga, le van a criticar igual.

Tiene que reconocer las tendencias que vendrán.

Tiene que reconocer si algo no funciona.

Tiene que reconocer que la calidad no está en el precio, sino en el servicio.

Tiene que reconocer que ser emprendedor es una forma de vida en sí misma.

Tiene que reconocer que solamente equivocándose llegará más lejos.

Tiene que reconocer que no es cuestión de coger trenes, sino de construir vías.

Tiene que reconocer que no hay que ser el mejor, sino luchar por ser diferente.

Tiene que reconocer que habrá tiempo de tinieblas.

Tiene que reconocer que será difícil la conciliación familiar.

Tiene que reconocer que la incertidumbre emprendedora es lo más real que existe.

Tiene que reconocer que, en los negocios, dos son multitud.

Tiene que reconocer que rara vez las cosas llegan por suerte.

Tiene que reconocer que la “A” de aprender, está antes que la “E” de emprender.

Pero, sobre todo, derecho o al revés, tiene que reconocer que necesita que le reconozcan. Podrán tener el mejor servicio o producto del poblado, de la isla, de la provincia o de la región, pero si no son capaces de “comunicarlo” al mercado, de poco servirá.

Si alguna vez tienen que renunciar a algún “coste” en su empresa, no empiecen por el Marketing (es lo común, lo más fácil y lo menos producente). Háganlo con los recursos ociosos, con lo superfluo, con el lazo del regalo, pero no dejen de comunicar, de contar las bondades de su unidad de negocio.

Uno de los grandes emprendedores (y luego empresario) de la historia más reciente, Henry Ford, pronunció dos frases que han pasado a la posteridad:

“Si tuviera un solo dólar, lo invertiría en publicidad”

“Quien deja de hacer publicidad para ahorrar dinero, es como si parara el reloj para ahorrar el tiempo”.

Bueno, me marcho que tengo un reconocimiento médico…

Un saludo.

Rayko Lorenzo