Espacio de opinión de La Palma Ahora
Subvenciones al transporte para las personas
El actual sistema de subvenciones, donde son las compañías aéreas y marítimas las que reciben la ayuda, no está llegando a las personas a las cuales pretende ayudar. Desde hace muchos años, pero más concretamente desde el año 2017, cuando se aprobó el descuento del 75% en los billetes marítimos y aéreos entre islas, y posteriormente en el 2018, cuando se aprobó el descuento del 75% de descuento en los billetes al resto del territorio nacional, se comprobaron rápidamente los efectos de tales ayudas, pero a día de hoy, bien por la falta de control de las administraciones públicas, bien por una repercusión en exceso de los costes en los precios de los billetes, o bien por la picaresca de las compañías aéreas, opción por la cual me inclino, las personas residentes en Canarias no recibimos los beneficios de tales descuentos.
Es una vergüenza que un grupo de alumnas y alumnos de un centro educativo de La Palma, para trasladarse a Tenerife, entre semana, no viernes ni lunes, que puede haber una mayor demanda, viajando de martes a jueves, en horarios poco demandados, ni a primera hora de la mañana ni a última hora de la tarde, con subvención de la Escuela Viaja, comprando los billetes con la antelación adecuada tenga que pagar 31 euros por persona. Esto significa que cada billete de ida y vuelta tiene un precio de 124 euros, más la ayuda de la Escuela Viaja, tendría como mínimo un coste de 125 euros. Por tanto, si un avión de 74 plazas hace 10 vuelos de 30 minutos al día, la compañía aérea estaría facturando 46.250 euros al día con un sólo avión operando 5 horas al día. Por muchos gastos que se imputen, más la amortización de la aeronave, el negocio a consta del erario público es innegable. Pero ejemplos hay muchos, como billetes a Sevilla a 239 euros comprados con más de dos meses de antelación, que equivalen a cerca de 1.000 euros si no contarán con la subvención, 1.000 euros con los que podríamos viajar a Australia con Eithad. En fin un despropósito.
Siempre se habla mucho de economía digital, smart cities, aprovechar las oportunidades de la Sociedad de la Información, y la subvención al transporte para las personas y no para las empresas es una oportunidad que las administraciones no pueden desaprovechar si realmente quieren impulsar Canarias hacia una verdadera sociedad del conocimiento, haciendo llegar el dinero a quien realmente lo necesita, limitando por ser un servicio de interés general el precio máximo de los billetes. Desarrollar un Sistema Inteligente que permita con Sistemas Biométricos determinar quien viaja y quien no viaja, la compra digital sin facturación electrónica, transferencias directas para las personas, mecanismos de control (ciberseguridad), adaptar las leyes a la realidad de una vida digital, gestión de grandes bases de datos como tienen las grandes tecnológicas, alta automatizada para millones de personas, etc., daría lugar a un empujón tecnológico que impulsaría desde las administraciones públicas una tecnología que podría ser exportada fácilmente, sistema que podría ser financiado con el Fdcan, que hasta ahora pocas personas han visto los beneficios del mencionado Fondo.
¿Qué la administración se siente incapaz? ¿Qué nadie le pone el cascabel al gato? ¿Qué disponiendo de recursos económicos no se quiere empujar la economía digital?. Pues nada, una vez más nos aguantaremos, pero al menos rogar que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, a través de la denuncia de nuestros representantes públicos se percate del monopolio aéreo en Canarias y regule los precios de los desplazamientos.
El actual sistema de subvenciones, donde son las compañías aéreas y marítimas las que reciben la ayuda, no está llegando a las personas a las cuales pretende ayudar. Desde hace muchos años, pero más concretamente desde el año 2017, cuando se aprobó el descuento del 75% en los billetes marítimos y aéreos entre islas, y posteriormente en el 2018, cuando se aprobó el descuento del 75% de descuento en los billetes al resto del territorio nacional, se comprobaron rápidamente los efectos de tales ayudas, pero a día de hoy, bien por la falta de control de las administraciones públicas, bien por una repercusión en exceso de los costes en los precios de los billetes, o bien por la picaresca de las compañías aéreas, opción por la cual me inclino, las personas residentes en Canarias no recibimos los beneficios de tales descuentos.
Es una vergüenza que un grupo de alumnas y alumnos de un centro educativo de La Palma, para trasladarse a Tenerife, entre semana, no viernes ni lunes, que puede haber una mayor demanda, viajando de martes a jueves, en horarios poco demandados, ni a primera hora de la mañana ni a última hora de la tarde, con subvención de la Escuela Viaja, comprando los billetes con la antelación adecuada tenga que pagar 31 euros por persona. Esto significa que cada billete de ida y vuelta tiene un precio de 124 euros, más la ayuda de la Escuela Viaja, tendría como mínimo un coste de 125 euros. Por tanto, si un avión de 74 plazas hace 10 vuelos de 30 minutos al día, la compañía aérea estaría facturando 46.250 euros al día con un sólo avión operando 5 horas al día. Por muchos gastos que se imputen, más la amortización de la aeronave, el negocio a consta del erario público es innegable. Pero ejemplos hay muchos, como billetes a Sevilla a 239 euros comprados con más de dos meses de antelación, que equivalen a cerca de 1.000 euros si no contarán con la subvención, 1.000 euros con los que podríamos viajar a Australia con Eithad. En fin un despropósito.