El agromercado de Breña Alta abrirá también los miércoles durante agosto y septiembre
El Agromercado de Breña Alta que, con el lema 'Sí es fresco, mejor', viene celebrándose en el Parque de Los Álamos, todos los sábados en horario de 9 a 14 horas, amplía su horario de apertura durante los meses de agosto y septiembre, también a los miércoles por la tarde, en horario de 17 a 20.30 horas, con el fin de facilitar el acceso de la población a productos frescos y sanos, señala en un comunicado.
La apertura entre semana comenzará este miércoles, 13 de agosto, y cuenta con el apoyo mayoritario de los clientes que han valorado en una encuesta, aun disponible, diferentes aspectos que están contribuyendo a mejorar el funcionamiento del agromercado.
El alcalde de Breña Alta, Blas Bravo, ha indicado que “el Agromercado, desde sus inicios, ha preocupado ofrecer productos locales, frescos, de temporada, de venta directa y producidos bajo sistemas de producción de agricultura ecológica ó residuo cero–Reserva de la Biosfera, con un sistema de trazabilidad y analíticas de laboratorio que garantizan que los agricultores no utilizan productos fitosanitarios de síntesis química ni herbicidas en los cultivos.”
Por su parte, el primer teniente alcalde, Ángel Alonso, indicó que “la apertura los miércoles por la tarde pretende facilitar el acceso de las personas preocupadas por una alimentación responsable, que no puedan acudir los sábados por la mañana, o por motivos laborales, a los productos frescos y sanos del agromercado. Al tiempo que permitirá a los agricultores y agricultoras, recolectar las frutas y hortalizas en su estado óptimo ya que, sobre todo en verano, algunos de los productos deben recolectarse dos veces por semana.”
Canales cortos de comercialización
La agricultura destinada al mercado local, que realiza su comercialización a través de canales cortos; de venta directa, como el Agromercado, se basa, principalmente, en las relaciones de confianza que se generan entre las personas que producen y las que consumen, así como en la capacidad de poder definir entre ambas qué y cómo debe producirse, “conscientes de que la forma de alimentarnos, además de influir sobre nuestra salud, tiene importantes repercusiones sociales, económicas, culturales y medioambientales en nuestro entorno y en el planeta”.