La Pandorga de la Bajada de la Virgen de Las Nieves se remonta a la segunda mitad del siglo XIX, cuando aparece por primera vez una mención a este acto en los periódicos locales de Santa Cruz de La Palma. “No obstante, tanto el origen de La Pandorga como su sonora denominación, son inciertos”, asegura el cronista de la capital, Manuel Poggio Capote, en un artículo publicado en el Diario de Avisos este mismo año. Sin embargo, existen diferentes anécdotas y rumores sobre el número con el que empieza la Semana Grande de las fiestas lustrales. Marta es guía turística y como ya se menciona con anterioridad, voluntaria en el taller de La Pandorga. Conoce alguna de las historias que hoy en día circulan por la ciudad: “Se cuenta que una vez desembarcaron unos franciscanos que venían desde Oriente en el puerto de Santa Cruz de La Palma y coincidieron con época de Bajada. Estos transportaban unos farolillos chinos que aprovecharon para sacarlos y mostrarlos”. Difícil es conocer el inicio y motivo principal por el que surgió este evento que actualmente acoge a miles de familias de toda la Isla en una noche mágica y llena de ilusión. Ahora bien, a día de hoy, este desfile nocturno de farolillos multicolores es un símbolo para iluminar el camino a la Virgen de Las Nieves, que bajará a Santa Cruz de La Palma la semana siguiente, exactamente el domingo 12 de julio. “Cuando todos somos niños queremos empezar llevando una pandorga. Después vamos creciendo y cuando cumplimos los quince, todas las chicas queremos bailar el Minué y luego, con el paso de los años, los hombres se quieren convertir en Enanos”, explica Marta sobre esta semana que determina los sueños de las diferentes generaciones de la Isla.
La magia del anonimato
Marta, Angélica, Marisa y Arturo son voluntarios en el taller de La Pandorga. Este último, Arturo, es además el director del acto y veterano en la Bajada de la Virgen, ya que ha participado en los diferentes números de esta desde 1950. Son cerca de 70 personas que, de manera altruista, han confeccionado y diseñado pandorgas que serán quemadas el próximo lunes en el Barranco de Las Nieves.⨠Ininterrumpidamente, los voluntarios de La Pandorga han trabajado todos los días laborales de ocho de la tarde a doce de la noche desde mayo. A pesar de contar con menos tiempo que otros años, los ‘pandorgueros’ ya tienen los 1.100 farolillos terminados una semana antes del desfile. Asimismo, muchos de los voluntarios están relacionados con el mundo de la Educación, como es el caso de Angélica y Marisa, la primera, profesora, y la segunda, maestra jubilada. “Aquí hay de todo, desde abogados hasta barrenderos. Lo que importa es tener ilusión”, se enorgullece Arturo, quien se alegra de la gran colaboración y solidaridad que hay en esta época de fiestas. La mayoría de los 'pandorgueros' deciden colaborar porque les atrae el tema de las manualidades, con las que se desenvuelven bien y quieren ayudar a que la fiesta se engrandezca y siga adelante. Además, Marisa, que lleva colaborando desde La Bajada de 1990, asegura que “es tanto el amor que le tenemos a La Pandorga que al terminar esta ya estamos pensando en la de dentro de cinco años”.
Anatomía de una pandorga
La Pandorga se confecciona en cinco procesos que llevan a cabo distintos especialistas, ya que cada voluntario tiene una tarea diferente que realizar. En primer lugar, el Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma encarga a una carpintería la fabricación de la estructura. A este esqueleto se le pone un portavelas y una vela que, posteriormente, pasan a ser empapelados. Finalmente, se le cede el paso a los especialistas en decoración y flecos. Con respecto a su diseño, “cada uno hace la pandorga como quiere. Nosotros mismos somos los diseñadores”, resalta Arturo. Durante más de cuatro años, los voluntarios de la última Bajada de la Virgen piensan e imaginan ideas nuevas para las próximas pandorgas. Además, algunos voluntarios traen detalles y adornos para decorar que no les ofrece el Ayuntamiento, como bien cuenta Angélica: “Ya no son las horas de dedicación, sino que también mucho del material es propio”. Por otra parte, estos cuatro creadores de ilusión agradecen a Don Miguel, su fiel colaboración de cada año, ya que este señor, afincado en Tenerife, va recolectando, de lustro en lustro, material para decorar y adornar las pandorgas. Este entusiasmo hace que muchos de los farolillos tengan un pedacito de su espíritu puesto que, aunque no pueda trabajar de forma directa en el taller por su avanzada edad, ayuda a que la decoración tenga su sabiduría y pasión. “Es un número de los más difíciles de controlar en la calle, pero también es en el que más gente participa”, opina Marta, que lleva trabajando en el taller desde 2005.
Compromiso insular
En 2010, voluntarios de La Pandorga tuvieron una idea para que su trabajo y esfuerzo no pereciera con las llamas. Esa idea, que nació con el fin de no quemar algunos farolillos, pronto se convirtió en una manera de agradecer la colaboración de los diferentes municipios de la Isla, promocionar los distintos actos de La Bajada y recordar la tarea anónima del primer acto de la Semana Grande, el cual no podría realizarse sin el trabajo de cada uno de los voluntarios. Así pues, una serie de pandorgas, que representan a cada uno de los municipios de la Isla, y otras que muestran la belleza de todos los números de la Bajada de la Virgen, desde Los Enanos hasta Los Acróbatas, se salvan de la quema. Estas se exponen en la mañana del día de La Pandorga en la Plaza de España y, posteriormente, los propios voluntarios dan la vuelta a la Isla para entregar a cada municipio su pandorga correspondiente. Pandorga que guardarán como esencia de las fiestas hasta la nueva Bajada de la Virgen de Las Nieves.