Es una joven comprometida con la sostenibilidad del planeta y le preocupa los efectos negativos del uso del plástico, con una huella ecológica devastadora. “Mi objetivo es dar visibilidad a una nueva forma de crear respetando la naturaleza y utilizando recursos de nuestra tierra que tenemos faÌcilmente al alcance”. Clara Martín González, estudiante de 1º de Bachillerato del IES Villa de Mazo, premiada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)-Canarias, aboga por “crear una perspectiva de futuro sabiendo que hacer bioplaÌstico en Canarias ya es posible, y podemos contribuir notablemente a la reduccioÌn de la contaminacioÌn”.
En su trabajo, que lleva por título Una solución ecológica, sustitutiva al plástico, empleando recursos existentes en las Isla Canarias, que ha sido dirigido por la profesora Yuly Mary San Juan Lorenzo, asegura que “la obtencioÌn y la creacioÌn de un bioplaÌstico que beneficie la economiÌa circular de las Islas Canarias, y, ademaÌs, utilice recursos propios, ya es posible gracias al plaÌtano”. Explica que puede obtenerse de dos formas, y una de ellas es a traveÌs del plaÌtano verde. “Con el fin de generar alternativas al plaÌstico comuÌn, se han creado distintos tipos de plaÌsticos biodegradables. Este es un buen punto de partida ya que en La Palma trabajamos con plaÌtanos y se podriÌa aprovechar debido que aquiÌ en la isla tenemos el problema de la pica. Esta actividad consiste en picar y retirar del mercado el exceso de plaÌtanos para no perder su valor y que bajen los precios”, explica. El otro método es mediante la pulpa del rolo de la platanera. “Las fibras extraiÌdas de los rolos de platanera han permitido a investigadores de la Universidad de Las Palmas de Gran Canarias, a traveÌs del proyecto Life Baqua, la creacioÌn de elementos (tejidos, pienso para peces...) y bolsas que pueden emplearse para proteger la pinÌa de la platanera en las fincas, sustituyendo a las bolsas sinteÌticas que en la actualidad se utilizan”, detalla.
Clara recuerda por qué se recurrió al uso del plástico. “Este proceso de produccioÌn de plaÌsticos no sinteÌticos empieza en torno a 1900. La produccioÌn en masa de plaÌstico se utiliza para fabricar este producto como sustituto al vidrio, dada su gran maleabilidad, entre otras cosas. El problema comenzoÌ cuando el uso de combustibles foÌsiles como el petroÌleo se utilizoÌ en su fabricacioÌn. Extraer el plaÌstico del petroÌleo tiene sus beneficios: su bajo coste y su facilidad para obtenerlo”, señala.
En cuanto a los efectos negativos del plástico, apunta que “pocas cosas nuevas se podraÌn anÌadir sobre este tema. Algo que vemos diariamente, y de lo que a veces no tomamos la suficiente conciencia. Los desechos que tuÌ produces, por ejemplo, al terminarte una botella de agua. El recipiente y el tapoÌn si no los depositas en el lugar adecuado (contenedor amarillo) podriÌan acabar en cualquier punto del planeta descomponieÌndose, y de esa manera pudiendo contaminar”.
En cuanto a los efectos positivos del uso de los bioplásticos, precisa que “los plaÌsticos biobasados son aquellos que se fabrican a partir de la biomasa (la materia orgaÌnica que compone a los seres vivos), de recursos naturales renovables (plantas, algas, etc.). En algunos casos es posible producirlos a traveÌs de residuos”. “La utilizacioÌn de bioplaÌsticos es buena por diversos motivos: mitiga el impacto ambiental provocado por los plaÌsticos convencionales; ayuda a conservar las reservas de combustibles foÌsiles, utilizadas para la fabricacioÌn de plaÌsticos; la descomposicioÌn del bioplaÌstico es maÌs raÌpida; es muy higieÌnico, ya que estaÌ fabricado con productos naturales; la escasa emisioÌn de gases para su fabricacioÌn o destruccioÌn; para su produccioÌn no se utilizan materias primas no renovables, y no modifican el sabor y el aroma de los alimentos que contienen”, expone Clara Martín González.