El científico del Instituto de Astrofísica de Canarias y cofundador del Festival Starmus, Garik Israelian, ha expresado su preocupación ante la falta de interacción fluida entre el Festival y el Gobierno de Canarias que pone en riesgo la celebración de la octava edición del certamen, centrada en la basura espacial, íntegramente en La Palma.
Tras la erupción del volcán Tajogaite en septiembre de 2021, el Gobierno de España concedió una subvención de 3 millones de euros, proveniente de los fondos europeos, para la celebración del Festival en la Isla.
Esta subvención, que debía haberse ejecutado en 2022, ha sido prorrogada sucesivamente durante tres años, “pero ya no se puede posponer más, por lo que si el festival no se celebra antes de mayo de 2025, se perderá el dinero”, ha aseverado Israelian.
El Festival, que ya ha celebrado su edición de 2024, espera a que el Gobierno de Canarias realice las gestiones necesarias para poder anunciar la sede de la próxima edición, aunque el director ha reconocido en declaraciones a EFE que “ya vamos tarde, y cuanto menos tiempo tengamos para preparar el festival más se resentirá su calidad”.
Para la edición de La Palma, Starmus prepara una programación centrada en la basura espacial, con ponencias de representantes de empresas involucradas en el problema, “pero que también deben ser parte de las soluciones”, ha comentado el cofundador del Festival, poniendo como ejemplo SpaceX o Blue Origin.
“Queremos traer a gente del más alto nivel, como Elon Musk o Jeff Bezos, pero antes debemos invitar a una masa crítica de científicos ponentes formados por premios Nobel y personas influyentes de Naciones Unidas o de distintas agencias espaciales. Y para ello necesitamos todo el tiempo posible”, ha afirmado Israelian.
“Tenemos mucha prisa por empezar a organizarlo todo, no por capricho, sino porque afecta a la calidad del Festival. A estas alturas ya deberíamos haber anunciado la sede de la próxima edición y estamos esperando solo porque queremos hacerlo en La Palma antes que en cualquier otro lugar”, añadió.
Israelian ha subrayado que han cumplido con todos los requisitos planteados por los técnicos del Gobierno de Canarias, pero siempre surge algo nuevo que retrasa la aprobación.
Además, ha asegurado que existen otras tres ciudades pujando por ser anfitrionas de la próxima edición del Starmus “con propuestas muy claras sobre la mesa”.
A pesar de ello, Garik Israelian ha reiterado que “para nosotros La Palma siempre ha sido la opción número uno por muchas razones, por el vínculo que tenemos con la isla, porque queremos apoyar la reconstrucción tras el volcán y para poner un foco que renueve el interés de grandes proyectos científicos, como el telescopio TMT, y se establezcan aquí”.
Starmus ya ha demostrado en sus siete ediciones la capacidad para convocar a grandes personalidades científicas, como la etóloga inglesa Jane Goodall, el premio Nobel de Física Kip Thorne en su séptima edición, y el físico teórico Stephen Hawking en la segunda, tercera y cuarta edición.
Desde que en su cuarta edición el Festival se fue de Canarias y adquirió un carácter internacional e itinerante, Starmus no ha hecho sino crecer, comenzando en Noruega con el programa Starmus Camp que implica a la población con charlas en universidades y actividades en las calles.
El director de Starmus calcula que para la realización del Festival se necesitan alrededor de 4 millones de euros, por lo que el 75% estaría cubierto con la subvención otorgada por el Estado, y el monto restante “se puede conseguir a partir de patrocinios y convenios con empresas privadas”.
Israelian ha recordado que en la segunda edición del Starmus celebrada en Tenerife, “el Cabildo anunció un retorno de 170 millones de euros en publicidad, pero es que a partir de ahí la repercusión ha sido cada vez mayor. Todavía no tenemos cálculos del último festival en Bratislava, pero estoy seguro de que superará todas las expectativas”.
Con cierto pesimismo, Garik Israelian ha explicado que “tras más de dos años de papeleo, tras conseguir la última prórroga en la disposición de los fondos y tras tener aprobada la propuesta presentada por los organizadores, se corre el riesgo de perder la oportunidad de volver a la isla por culpa de la burocracia que rodea a este tipo de fondos”.
“Veamos si la ilusión que tenemos para volver a La Palma consigue iluminar el agujero negro en el que se ha convertido esta adjudicación de los fondos”, ha concluido Israelian.