“Gracias, ánimo”. Es un mensaje simple, directo, pintado negro sobre blanco en una sábana, en todo lo que da de sí la tela con un solo propósito: expresar la gratitud de los palmeros a los pilotos de los once helicópteros e hidroaviones que llevan tres días defendiendo su isla del fuego.
Los cielos de La Palma están salpicados desde hace tres días por un constante ir y venir de aeronaves que descargan toneladas de agua sobre las escarpadas laderas de la isla, en un trabajo en el que varias tripulaciones de servicios públicos de emergencia se relevan sin descanso para intentar frenar el avance de las llamas y proteger a los más de 300 compañeros que combaten el incendio en tierra.
La concentración de aparatos tienen pocos precedentes en la historia reciente de La Palma, a pesar de que esta es una isla que, por desgracia, sabe lo voraz que puede ser el fuego con su privilegiada naturaleza (todo su territorio es Reserva de la Biosfera, en una especie de joyero verde que acoge en su interior tesoros como el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente).
Los palmeros aprecian el valor de lo que está en juego y así se lo han hecho saber a los agentes forestales, soldados de la Unidad Militar de Emergencias, bomberos y efectivos de distintos cuerpos que cruzan sus pueblos de camino al monte, algunos de ellos vecinos suyos: como Francisco José Santana, el agente del Cabildo de 54 años, con cinco hijos, que ayer se dejó la vida en el empeño.
Sin embargo, a los pilotos los tienen más lejos, sobrevuelan sus casas, cargan agua donde pueden y la arrojan sobre las llamas en un trabajo anónimo. Por ello hay quien ha pensado en cómo hacerles llegar, desde tierra, lo que se agradece en la isla su trabajo.
Es el caso de Aida Mantesa Francisco, una residente de La Palma que ha colgado en las redes sociales una foto de su azotea, con una sábana de gracias extendida al paso, lejano, de un helicóptero.
“Quisiera dar miles de gracias a todos los que están luchando por nuestra isla y por el grandísimo trabajo que están haciendo extinguiendo este incendio”, dice esta vecina, que anima a todo el que le lea a que siga su ejemplo: “Propongo más sabanas de GRACIAS”.
Su mensaje ha sido recogido por el diario local ElTime.es y ya vuela por Twitter y Facebook en busca de más pancartas de aliento en las azoteas y tejados de la Isla Bonita.