La Fundación Canarias Siglo XXI, vinculada a Coalición Canaria, cerró este sábado su Campus de Verano 2021 en Teguise (Lanzarote) con una intervención de la alcaldesa de Mogán, Onalia Bueno, en el marco de un debate sobre la gestión de la crisis de acogida de personas migrantes en Canarias este último año. Junto a reputados expertos como el periodista teldense José Naranjo, la corresponsal de la Ser en Marruecos, Sonia Moreno, o el responsable de CEAR en Canarias, Juan Carlos Lorenzo, los organizadores introdujeron la polémica postura de Onalia Bueno, que durante estos meses de crisis destacó más por sus pronunciamientos contrarios a los flujos migratorios y a sus efectos sobre la imagen turística de Canarias que por la defensa de los derechos de las personas que los protagonizan.
La excusa que pusieron los organizadores para contar con el testimonio de la alcaldesa de Mogán fue “la situación vivida en el muelle de Arguineguín el pasado verano”. Según la reseña enviada por los organizadores a la prensa, Bueno “puso el acento en ”el vergonzoso papel del Estado “que no tuvo para nosotros ni ayuda, ni respaldo ni información; ni siquiera palabras de consuelo”. En la nota se obviaron sus referencias a la necesidad de controlar los flujos migratorios o la constante utilización de la tercera persona para dirigirse a sí misma y al papel que ha desempeñado en esta crisis.
Bueno lideró un movimiento contrario a la inmigración durante los momentos más graves de la crisis, señalando públicamente a los empresarios hoteleros que cedieron sus establecimientos turísticos -cerrados por el bloqueo en los mercados turísticos- por poner en peligro la imagen del destino turístico moganero. Además, se puso al frente de todas las manifestaciones contrarias a la gestión de la crisis, incluidas aquellas que dirigían sus críticas directamente contra las personas migrantes. La regidora sureña protagonizó en esas fechas una tensa entrevista en el programa El Intermedio, de La Sexta, a propósito de su posición con respecto a los migrantes.
La última aportación de Bueno a la crisis de acogida se produjo en junio, cuando desde su Ayuntamiento se filtró a la prensa una denuncia formulada ante el consistorio quince días antes relatando la presunta violación de un menor no acompañado en un complejo de apartamentos alquilado por el Gobierno para la ocasión. Hasta entonces no se había producido movimiento alguno por su parte, pero la filtración llegó justo unos días antes de que se activara la ronda de declaraciones de testigos ante el juzgado que investiga la presunta compra de votos en las elecciones municipales precisamente por parte del equipo de la alcaldesa, socia de Coalición Canaria.
Entrevistada por el periodista de El Mundo Alberto Rojas, Bueno dijo que la crisis de acogida de migrantes “se podía haber solucionado rápido con la coordinación de ministerios” pero no hubo voluntad política “y nos dejaron solos”. La alcaldesa recordó los momentos de mayor tensión y preocupación como cuando “me vine abajo al ver a mujeres embarazadas sobre colchonetas al sol” o cuando la delegación del Gobierno decidió dejar en la calle a más de 200 personas que habían estado en el muelle “sin avisarnos” y sin darles “recurso alguno; ni agua ni comida ni nada, los dejaron solos”.
Una “desastrosa gestión”
Los expertos que intervinieron en la jornada de clausura de la escuela de verano de Coalición Canaria coincidieron, por lo demás, en que la gestión del fenómeno ha sido “un absoluto desastre y es difícil gestionarla peor”. Así, el corresponsal del diario El País en Dakar, Pepe Naranjo, defendió que las migraciones “no son un problema. Son la búsqueda de soluciones a un problema estructural” y se refirió a la necesidad de buscar alternativas a la gestión migratoria: “No se puede a permitir que Canarias vuelva a convertirse en la mayor cárcel a cielo abierto de Europa. Es inadmisible”.
Para Naranjo, la solución no está en la construcción de macrocentros ni en el incremento de plazas de acogida, y ha asegurado que en esta crisis “pretendieron convertir a Canarias en Lesbos”, impidiendo que los migrantes continuaran su viaje a otros puntos de Europa.
Por su parte, la corresponsal de la Cadena SER en Rabat, Sonia Moreno, recordó que ya en 2018 su medio advirtió que la Ruta Atlántica se estaba reactivando, “pero en ese momento el ministro del Interior lo negó”. Moreno ha hecho hincapié en la pérdida de vidas. Al respecto, sostiene que se está “haciendo una barbarie con la migración. No es solo la gente que llega, es la que muere”.
Ambos periodistas apuntaron este viernes a la necesidad de cambiar las narrativas y han coincidido en la deshumanización de un fenómeno que trunca vidas y sueños. En este sentido, Sonia Moreno ha apuntado que la culpa “no es del deseo de movilidad de las personas. Cada persona migrante tiene su propia motivación para querer salir de su situación en su país de origen. Cada migrante tiene una razón”.
Por su parte, Naranjo señaló como reto que “la gente empatice con los jóvenes migrantes. El periodismo tiene que hacer una labor desde el origen, poniendo el rostro al drama humanitario” y agregó que “debemos recordar que hablamos de seres humanos como nosotros”.
El rostro de la migración
El delegado de CEAR, Juan Carlos Lorenzo, explicó en la mesa que llevó por título El rostro de la migración y los refugiados que con la pandemia “se ha querido justificar todo y nos han deshumanizado y no se puede justificar que se haya cosificado a las personas que se haya reducido los espacios de acogida”.
Juan Carlos Lorenzo calificó además de “miope y reduccionista” la política del Estado, que “en lo peor de la crisis migratoria no sabía cómo gestionar”, preguntándose si ello “no responde a una clara voluntad política que mercantiliza con los derechos humanos” y puso en valor el comportamiento ciudadano “ya que ante esta situación hemos visto una ciudadanía comprometida, que escucha y les acompaña”.
Elouali Chafari Aarab, presidente de la Asociación Horizontes Marroquíes, por su parte, habló desde su experiencia, la de llegar a Canarias en patera, y subrayó que los discursos racistas “no representan a la España diversa”, que para condenarlos “están los tribunales”. “Convertir a Canarias en cárcel para las personas migrantes incrementa las inquietudes entre la ciudadanía”, dijo, y reclamó “un cambio para gestionar efectivamente todos los aspectos de la inmigración”.
Finalmente, el fotógrafo documental Arturo Rodríguez y el periodista Alberto Rojas conversaron sobre lo que “no es migración” y desmontaron algunos de los bulos sobre este asunto. En su diálogo reclamaron cambiar el lenguaje y dejar de usar términos como “oleada, crisis o avalancha” que deshumanizan y generan una percepción equivocada del fenómeno migratorio en la población.