El acto institucional para conmemorar el XXIX aniversario de la Constitución celebrado este jueves en el Congreso de los Diputados se convirtió en un llamamiento a la unidad y el consenso contra el terrorismo por parte del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y del jefe de la oposición, Mariano Rajoy.
La muerte de dos guardias civiles tiroteados por ETA el sábado pasado en Francia marcó la celebración, en un acto más austero sin el tradicional cóctel de la recepción oficial, y que comenzó con un emotivo minuto de silencio guardado por todas las autoridades e invitados, en su mayoría representantes políticos. Aunque el homenaje a los agentes asesinados fue anunciado para después del acto y en la escalinata del Congreso, finalmente tuvo lugar en el interior del Palacio, después de que varios centenares de ciudadanos abuchearan y aplaudieran, divididos, a los dirigentes políticos que iban llegando a la Cámara.
El presidente de las Cortes, Manuel Marín, fue el primero en reclamar más “consenso” y “sentido del límite” a las fuerzas políticas para que no se repita otra legislatura “tan dura y tan ruda como la que hemos tenido”, un mensaje con el que personalmente cierra su trayectoria política y sus cuatro años de Presidencia. Después, José Luis Rodríguez Zapatero, a quien le pareció “atinado” el discurso de Marín, compareció ante la prensa para llamar al “entendimiento sincero” entre los partidos con el fin de lograr un frente común contra el terrorismo, si bien reconoció que esta unidad “llevará su tiempo”.
Comprometido en trabajar por ello “sin mirar para atrás”, Zapatero reveló que tras el atentado ha hablado en tres ocasiones con Mariano Rajoy, y confió en que “todos los líderes políticos estén a la altura de la circunstancias”.
El PP pide la ilegalización de ANV y PCTV
El propio líder del PP admitió a continuación que apoyará al Gobierno “para la derrota de ETA” a pesar de que no le oiga decir que no volverá a negociar con los terroristas. “Me gustaría escucharlo, pero no lo voy a exigir”.
Rajoy remarcó que “hoy es más necesario que nunca poner en marcha la ilegalización de ANV y del PCTV”, una cuestión sobre la que ya se había pronunciado Zapatero. A juicio del presidente, la legalidad de ANV es “mucho más frágil hoy que ayer”, dado su comportamiento tras el atentado terrorista del sábado pasado.
Por su parte, el líder de IU, Gaspar Llamazares, pidió igualmente a las fuerzas políticas que “cultiven la unidad” con el fin de conseguir “un punto de inflexión” en la clase política.
Ausencia de nacionalistas
Manuel Marín y el presidente del Senado, Javier Rojo, recibieron a los invitados al acto, entre ellos las principales autoridades del Estado, como la presidenta del Tribunal Constitucional, Maria Emilia Casas o el presidente del CGPJ, Francisco Hernando.
CiU fue el único partido nacionalista representado, por el diputado Jordi Vilajoana, y faltaron, como en años anteriores, ERC, PNV, BNG, EA y NB, por su desacuerdo con la Carta Magna. Acudieron varios presidentes autonómicos, como el catalán José Montilla, el de Castilla La Mancha, José María Barreda, la de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el de Extremadura, Guillermo Fernández Vara.
Siguiendo la costumbre, los ex presidentes del Congreso almorzaron tras el acto conmemorativo con el actual presidente de la Cámara Baja, Manuel Marín, que se despide de la política cuando acabe la legislatura.
Concentraciones silenciosas
Miles de personas secundaron durante el mediodía de este jueves las concentraciones silenciosas de cinco minutos convocadas por la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) ante los ayuntamientos de toda España en repulsa por el asesinato del agente de la Guardia Civil Fernando Trapero Blázquez, de 23 años.
Nada más conocer la muerte de Trapero, que falleció cuatro días después del atentado en el que murió en el acto su compañero, Raúl Centeno, la FEMP volvió a convocar a los ciudadanos a las puertas de los diferentes consistorios. “Viva España” o “Viva la Guardia Civil” fueron algunas de las frases más coreadas en las concentraciones, en las que también se oyeron numerosas proclamas en contra del Gobierno y en las que se pedía, en concreto, la dimisión de Rodríguez Zapatero.
También se vivieron momentos de tensión en algunas de las protestas, como la que tuvo lugar en Valladolid, a la que asistieron alrededor de medio millar de personas y en la que se produjeron enfrentamientos verbales entre los asistentes. La concentración que tuvo lugar en el Tiemblo (Avila), localidad natal de los padres del guardia civil Fernando Trapero Blázquez y a la que asistieron alrededor de 200 personas, fue una de las más emotivas, ya que en ella se encontraban amigos de la víctima, que no pudieron reprimir las lágrimas.
En el País Vasco, cientos de ciudadanos se sumaron a la convocatoria del Gobierno Vasco y de la Asociación de Municipios Vascos -EUDEL- y se concentraron frente a las instituciones para expresar en silencio su repulsa por el asesinato. El lehendakari, Juan José Ibarretxe, se concentró ante la Diputación Foral de Vizcaya junto con decenas de personas y otros miembros del Gobierno Vasco como los consejeros de Educación, Tontxu Campos, y de Industria, Ana Agirre.
Tras la concentración celebrada en el Ayuntamiento de Bilbao, que presidió su alcalde, Iñaki Azkukna (PNV), el delegado del Gobierno en el País Vasco, Paulino Luesma, transmitió a ETA que “no va a conseguir ni uno solo de sus objetivos políticos por vía del chantaje terrorista” y subrayó: “vamos a por ellos”.
A lo largo de la geografía
En Pamplona, unas trescientas personas guardaron cinco minutos de silencio en la plaza del Ayuntamiento de Pamplona, tras los que se escucharon vivas a la Guardia Civil y a Navarra. Entre los asistentes, se encontraban representantes de los grupos políticos navarros de UPN, PSN y Nafarroa Bai, así como varios consejeros del Gobierno de Navarra y concejales del Consistorio pamplonés, quienes portaban una pancarta con el lema “Por la libertad. ETA no”.
En Madrid, la protesta tuvo lugar en la plaza de Cibeles, donde varias decenas de personas, encabezadas por el alcalde de la ciudad, Alberto Ruiz-Gallardón, y a la que asistieron miembros de la corporación municipal y los distintos portavoces de los grupos, mostraron su tristeza e indignación por este suceso. En Galicia, medio millar de personas protestaron frente a los ayuntamientos, aunque la concentración más multitudinaria fue la que tuvo lugar en Ourense, en la que estuvieron presentes, entre otras autoridades, la ministra de Agricultura, Elena Espinosa.
Varios cientos de ciudadanos salieron también a la calle para recordar a las dos últimas víctimas del atentado de ETA en las concentraciones silenciosas delante de algunos ayuntamientos andaluces. En Santander, unas 300 personas participaron en la plaza del Ayuntamiento en una concentración silenciosa, en la que se portaron banderas de España y pancartas con el lema “A ETA se la vence no se la convence”.
En Asturias, varios centenares de personas se concentraron ante los ayuntamientos de Oviedo, Gijón y Avilés para expresar su repulsa por el asesinato, en la última de las cuales los ciudadanos se situaron tras una pancarta con la frase “Basta ya”, sostenida por los miembros de la corporación municipal.