MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, se reencontraron este viernes en la plaza de Castilla, en la inauguración del nuevo intercambiador en superficie, tras las últimas semanas de polémica a cuenta de las críticas del vicealcalde de la capital, Manuel Cobo, a la actuación del Ejecutivo autonómico en Caja Madrid.
Aguirre llegó puntual a la cita y, tras bajar del coche y ponerse a saludar a las autoridades y empresarios presentes, el primer edil apareció caminando, flanqueado por sus delegados de Urbanismo, Pilar Martínez; Seguridad y Movilidad, Pedro Calvo; y Obras y Espacios Públicos, Paz González.
Tras hacer manifiesta su presencia a la presidenta con un golpecito en la espalda, Gallardón le dio un sutil beso en la mejilla a modo de saludo, originando toda una cascada de flashes del medio centenar de periodistas gráficos presentes en el evento, que había generado gran expectación.
Después, ambos iniciaron el recorrido por el intercambiador arropados por sus equipos: el alcalde, con sus concejales de distrito y sus delegados, y la presidenta con el consejero de Infraestructuras, Ignacio Echeverría, su viceconsejero, Luis Armada, y los empresarios implicados en el proyecto.
Con cada paso, la turba de periodistas intentaba avanzar al mismo ritmo, y los curiosos que se sumaron en la zona reservada para la prensa con la intención de echar un vistazo de cerca a los dos dirigentes acabaron llevándose algún empujón o algún codazo que otro.
Así, cordiales pero sin grandes muestras de afecto, ambos se juntaron sólo para atender a las explicaciones sobre la obra, y en ningún momento entraron a contestar las preguntas de los periodistas, que desde la cinta colocada para marcar el itinerario se desgañitaban intentando obtener una valoración de los políticos sobre su reencuentro.
“¿Contentos de estar juntos? ¿Entierran el hacha de guerra? ¿Presidenta, está nerviosa por estar con el alcalde?”. Sin embargo, ni Aguirre ni Gallardón hacían otra cosa que sonreír, sin decir siquiera 'esta boca es mía'. Sólo la presidenta respondió con un escueto “muy bien” cuando le preguntaron si estaba tranquila.
Eso sí, al finalizar la inauguración el alcalde felicitó a Aguirre con un “muy bien” por sus palabras y, acto seguido, cada uno subió a su coche para continuar con sus respectivas agendas que, pese a todo, volverán a reunirles a lo largo de esta mañana, junto al ministro de Fomento, José Blanco, para presenciar el calado del túnel de la futura línea de Cercanías entre Chamartín y la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas.