El etarra José Ignacio de Juana Chaos volverá ingresar en la cárcel cuando reciba el alta en el hospital Donostia de San Sebastián en el que se encuentra ingresado desde que el pasado 1 de marzo le fuera concedida la prisión atenuada.
Así lo aseguraron fuentes de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias después de que el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, anunciara este martes que el etarra “no será trasladado en ningún caso a su domicilio”.
En declaraciones a Telecinco, Rubalcaba dijo que la mañana de este martes dos facultativos de Prisiones se reunieron con el equipo médico de De Juana “para conocer exactamente cuál es su estado de salud” y añadió que “en las próximas horas o días”, cuando disponga de un dictamen completo, el Ministerio del Interior tomará una decisión sobre la situación del etarra.
El ministro, que explicó que esa resolución será “ajustada a la ley” y tomada de acuerdo con el juez central de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, aclaró que De Juana “no va a ser trasladado en ningún caso a su domicilio cualquiera que sea el dictamen médico que nos proporcionen los equipos que están trabajando en este momento”.
“En ningún caso será trasladado a su domicilio, eso lo puedo garantizar y quiero que quede esta noche absolutamente claro”, insistió Rubalcaba.
Las fuentes de Instituciones Penitenciarias consultadas explicaron que las palabras del titular de Interior indican que De Juana volverá a prisión cuando reciba el alta, aunque no precisaron si ingresará en el centro penitenciario donostiarra de Martutene, del que depende ahora, o será trasladado a otra cárcel.
De Juana, que cumplió condena por los veinticinco asesinatos cometidos con distintos comandos de ETA, fue condenado el pasado 7 de noviembre por la Audiencia Nacional a doce años y medio de cárcel como autor de un delito de amenazas terroristas, con la agravante de reincidencia, dirigidas contra cinco responsables de prisiones en dos artículos publicados en Gara.
Posteriormente, el Tribunal Supremo -en una sentencia dictada el pasado 12 de febrero- rebajó la pena a tres años al considerar que los hechos eran constitutivos de un delito de amenazas no terroristas.
Mientras tanto, el etarra, que había mantenido una huelga de hambre entre el 7 de agosto y el 8 de octubre pasados en protesta por su procesamiento, inició otra protesta al conocer la sentencia de la Audiencia Nacional y estuvo sin ingerir ningún tipo de alimento hasta el día en que fue trasladado al hospital Donostia, que deterioró su estado de salud y puso en grave riesgo su vida.
Una vez en el centro sanitario, el etarra inició su proceso de recuperación, aunque a mediados de mayo fue sometido a dos intervenciones quirúrgicas debido al agravamiento de los problemas digestivos y cardiovasculares que arrastraba a consecuencia de la huelga de hambre.
Las operaciones motivaron la suspensión de los paseos de entre 30 minutos y una hora que el etarra solía dar en las últimas semanas por los alrededores del centro sanitario y que formaban parte de las pautas fijadas por los médicos para su recuperación.