Árboles caídos, carreteras cortadas y vuelos cancelados por el vendaval

El fuerte viento que durante toda la noche ha afectado al Archipiélago, especialmente a las islas de La Palma, Tenerife y Gran Canaria, ha provocado “numerosas” llamadas al Centro coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes) 1-1-2 del Gobierno de Canarias. La mayoría de los avisos han sido por caída de árboles, carteles, muros y mobiliario urbano, originando “centenares” de salidas de los servicios de emergencias en toda Canarias.

Además se han producido cortes de luz que en estos momentos afectan alrededor de 2.000 abonados, fundamentalmente, en Tenerife y Gran Canaria. Los técnicos de Unelco-Endesa trabajan en estos momentos para restablecer el servicio, que a diferencia de la borrasca del pasado 1 de febrero, se ha perdido como consecuencia del viento y no de la lluvia.

En el caso de esta última isla, la mayoría de las interrupciones en el suministro eléctrico se han producido de forma intermitente durante la madrugada en los municipios de Arucas, Moya, Teror, Firgas, San Bartolomé de Tirajana y Las Palmas de Gran Canaria, donde un apagón dejó a oscuras a las 23:30 horas de anoche la zona baja de la ciudad por espacio de veinte minutos.

Asimismo una veintena de carreteras permanecen cerradas, sobre todo, en Gran Canaria, La Palma y El Hierro. En la primera isla se encuentran cortadas la GC-200 (Agaete-La Aldea), GC-60 (Tejeda-Artenara), GC-505 (Cercados de Espino-Ayagaures), GC-605 (Ayacata-Mogán) y la GC-15 (San Mateo-Santa Brígida).

Los servicios de carreteras también trabajan con intensidad en El Hierro, donde el mal tiempo ha imposibilitado el tránsito en la HI-40 (Casillas-Hoya del Morcillo), HI-400 (La Dehesa), HI-500 (Pozo Salud-Dehesa) HI-I (Castaño- Bailadero Brujas) y HI-45.

En la isla de La Palma los viales afectados son la LP-4, en la subida de Los Roques por Mirta, la LP-214, la LP-109 a la altura de las Mimbreras, la LP-105 a la altura de Los Tilos y el túnel de la LP-3, en la que permanece un carril cerrado pero se puede circular por el mismo. Asimismo está cortada en La Gomera, por desprendimientos, la TF-711.

En Tenerife, las carreteras están todas operativas salvo los tres accesos al Teide por La Orotava, la Esperanza y Granadilla-Vilaflor a causa de nevadas y desprendimientos a partir de la cota 2.000. Ocasionalmente estuvo cerrada la TF-24 a la altura de El Rosario por la caída de un árbol de grandes dimensiones que se está retirando.

Puertos y aeropuertos

Los dos puertos de las Islas que se han visto más afectados hasta ahora por el mal tiempo son Agaete y Arrecife, que a las 9:00 horas aún seguían sin estar operativos. El último barco que intentó atracar en el puerto grancanario fue un navío de Fred Olsen a las 14:00 horas de este miércoles, que ante las dificultades tuvo que regresar a la Isla de Tenerife, desde donde había partido.

Por su parte, el puerto de Arrecife permanece igualmente fuera de servicio. El presidente de la autoridad portuaria de Las Palmas, Javier Sánchez Simón, explicó que tanto un barco de Naviera Armas como un crucera, el Aida Blue, han tenido que darse la vuelta hacia Las Palmas de Gran Canaria cuando iban rumbo a Lanzarote, por el fuerte viento y el mal estado del mar en el Puerto de Los Mármoles.

En la provincia de Santa Cruz de Tenerife los puertos están operando “con cierta normalidad”, dado que las inclemencias meteorológicas están generando retrasos y dificultades en las operativas, a pesar de lo que los barcos están entrando y saliendo de los muelles.

Está previsto que el Gobierno de Canarias dé por terminada la alerta por fenómeno meteorológico adverso (FMA) a mediodía de hoy. Hay que recordar que desde ayer el Archipiélago permanece bajo alerta naranja por fuertes vientos y lluvias.

Por último, en cuanto a los aeropuertos, Aena informa de que sólo tres aeropuertos de las islas permanecen cerrados. Se trata de los aeródromos de La Palma, La Gomera y El Hierro. La Palma permanece con problemas en las conexiones aérea desde el pasado fin de semana, cuando las rachas de hasta 90 kilómetros por hora impidieron la entrada y salida de aeronaves.