El pleno del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha aprobado la cuenta general de su presupuesto de 2017, que se cerró con un superávit de 68,2 millones de euros y sin deuda financiera. La cuenta precisa que el año pasado el Consistorio ejecutó gastos por importe de 321,5 millones de euros, un 7,6% más que en 2016.
En un comunicado, el Ayuntamiento detalla que, de esa cifra, 30,2 millones de euros correspondieron a inversiones en la ciudad.
El Consistorio asegura que en 2017 obtuvo ingresos por encima de sus gastos, lo que le ha permitido amortizar toda su deuda.
Los activos del Ayuntamiento, es decir sus bienes y derechos, ascienden a 1.626 millones de euros, de los que 1.275 millones corresponden a activos materiales.
El resultado presupuestario, es decir, la diferencia entre los ingresos y gastos presupuestarios ascendió a 90,1 millones de euros, que ha sido destinado a incrementar el presupuesto destinado a inversiones y políticas sociales en 2018.
“Si analizamos la tendencia lineal de esta magnitud presupuestaria en los últimos cuatro ejercicios también se comprueba que los superávit de los ejercicios presupuestarios aportan recursos suficientes para financiar nuevas actuaciones, además de las ya presupuestadas en cada ejercicio”, destaca el alcalde, Augusto Hidalgo (PSOE), responsable de la concejalía de Economía y Hacienda.
Incumplimiento de los plazos
El PP en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canarias ha denunciado que el tripartito PSOE-LPGC Puede-NC ha presentado las Cuentas Anuales 2017 incumpliendo todos los plazos y que ha desaprovechado 8 millones de euros en inversiones financieramente sostenibles este año.
El portavoz Ángel Sabroso explica en un comunicado que el grado de ejecución presupuestaria del pasado año bajó al 82 por ciento, “cuando en el 2014, último ejercicio de gestión del Partido Popular fue del 93,8”, once puntos menos en los años del gobierno municipal tripartito.
Asimismo, el dirigente popular lamenta que Hidalgo afirmara en la sesión que ha tenido lugar este lunes “que no hace falta invertir los 8 millones de euros” que tenía disponibles para este año en Inversiones Financieramente Sostenibles “porque ya se está invirtiendo mucho en la ciudad y no es necesario más”.
A este respecto, Sabroso destaca que los más de 40.500 desempleados que hay en Las Palmas de Gran Canaria “escuchen y analicen la respuesta del trío Hidalgo-Doreste-Quevedo” que gobierna el Ayuntamiento de que “no hace falta hacer más inversiones”.
“Que lo escuchen los vecinos de barrios con necesidades básicas como accesibilidad, saneamiento, pluviales o renovación de alumbrado; que lo escuchen los conductores que ven la ciudad llena de baches y no se ha hecho ningún plan de asfaltado en todo 2018; que lo escuchen las empresas y el sector económico en general de la ciudad”, asevera el edil.
A su juicio, “con más dinero que nunca el Ayuntamiento del tripartito presta peores servicios básicos que nunca, con una ciudad sucia y permanentemente atascada, con un gobierno local incapaz de aprovechar al máximo la cantidad de recursos económicos disponibles y dando justificaciones propias de guardería cuando tienen que rendir cuentas al respecto”.
Según Sabroso, Hidalgo estuvo tres años quejándose de que el Gobierno de España no le dejaba invertir los superávits, que la regla de gasto era “injusta” con los consistorios y que se debería permitir acometer inversiones a los Ayuntamientos cumplidores.
Ahora que el PSOE gobierna el Estado “ha dejado de llorar con ese 'mantra', pero lo peor es que se demuestra que era incompleto y una excusa de mal gestor”, subraya Sabroso.
Agrega que la norma estatal permite hacer inversiones cuando tienes una deuda bancaria razonable, que en el caso de Las Palmas de Gran Canaria es prácticamente inexistente, y cuando has pagado en tiempo y plazo a los proveedores.
“El año 2017 el tripartito no pudo aprovechar el superávit en inversiones porque incumplió el plazo medio de pago a proveedores; por haber pagado tarde y mal durante todo el 2016”. resalta Sabroso, quien añade que “ahora termina 2018 y la capital vuelve a perder la posibilidad de realizar inversiones sostenibles, esta vez por mera incapacidad de gestión de quienes la dirigen”.