SANTA CRUZ DE TENERIFE, 7 (EUROPA PRESS)
Canarias será la segunda comunidad autónoma en la que más crecerá la población en los próximos diez años, y lo hará un 2,71 por ciento, en caso de mantenerse las tendencias anuales, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), que prevé que España podría perder más de medio millón de habitantes en la próxima década, un descenso del 1,2 por ciento en relación con la tasa demográfica actual.
De este modo, el archipiélago pasaría de los 2.100.236 de 2011 a los 2.157.229 el uno de enero de 2021. Se experimentará un aumento de 5.699 personas. Por provincias, la de Las Palmas pasará de 1.080.749 a 1.100.230 habitantes (1.948 más); y la de Santa Cruz de Tenerife subirá desde los 1.019.487 a los 1.056.999 ciudadanos (3.751).
Así, la 'Proyección de la Población de España a Corto Plazo 2011 -2021', la población se reduciría hasta los 45,6 millones de personas dentro de diez años y España comenzaría a experimentar tasas de crecimiento demográfico “ligeramente negativas” en el presente año.
La progresiva disminución del crecimiento natural de la población y los niveles “muy discretos o negativos” de la migración exterior serían los factores fundamentales que determinarían que ocho comunidades autónomas (Cataluña, País Vasco, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Galicia, Asturias, La Rioja y Extremadura) vieran reducida su población durante 2011 y también a lo largo de la próxima década.
En siete comunidades el número acumulado de defunciones superaría al de nacimientos en la próxima década. Así, el saldo vegetativo entre 2011 y 2020 resultaría negativo en Galicia, Castilla y León, Principado de Asturias, País Vasco, Extremadura, Aragón y Cantabria.
Por su parte, de mantenerse su tendencia actual, la cuantiosa emigración al extranjero contribuirá negativamente al crecimiento demográfico en varias comunidades autónomas, especialmente en aquellas que han recibido más inmigración en los últimos años. Tal es el caso de Cataluña, Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana, País Vasco, Murcia, La Rioja, Navarra y Castilla- La Mancha.
En el resto, los crecimientos poblacionales se mantendrían en niveles discretos. Los mayores incrementos en los próximos 10 años se darían en Illes Balears (3,65 por ciento), Canarias (2,71 por ciento), Andalucía (con el mencionado 2,66 por ciento) y Región de Murcia (2,33 por ciento).
Por otro lado, la región andaluza se situaría entre las que tendrán un saldo migratorio más negativo en cuanto a movilidad interior, junto con Canarias y Castilla y León; mientras que Comunidad de Madrid, Comunitat Valenciana, Cataluña y Castilla-La Mancha serán las comunidades que, en términos netos, atraerían más población procedente del resto de España.
En términos generales, a lo largo de la próxima década, en España continuaría registrándose el paulatino descenso de la natalidad que se inició en 2009. Así, entre 2011 y 2020 nacerían en torno a 4,4 millones de niños, cifra que sería un 4,7 por ciento inferior a la de la década pasada, mientras que en 2020 se registrarían 396.417 nacimientos, un 18,1 por ciento menos que en 2010.
Según el INE, esta evolución de la natalidad se produciría a pesar de que la fecundidad mantuviera la tendencia ligeramente favorable de los últimos años, que llevaría al número medio de hijos por mujer a los 1,50 en 2020, frente a los 1,38 de 2010.
En este sentido, el descenso de nacimientos vendría determinado, fundamentalmente, por la estructura de la pirámide poblacional española, al encontrarse en edades fértiles aquellas generaciones de mujeres menos numerosas que nacieron durante la crisis de natalidad de los 80 y primeros de los 90.
A su vez, la tendencia actual llevaría la edad media a la maternidad a superar los 31,1 años a finales de la próxima década.
4,1 MILLONES DE DEFUNCIONES, UN 7,8% MÁS
Por otro lado, y a pesar del ligero decrecimiento en el número de habitantes, el envejecimiento poblacional determinaría un incremento del número de fallecimientos a lo largo de los próximos años. Así, en el periodo 2011-2020 se llegarían a registrar casi 4,1 millones defunciones, un 7,8 por ciento más que a las observadas entre 2001 y 2010.
En el año 2020 se producirían 415.386 fallecimientos, 9,7 por ciento más que en 2010 y, según recoge el estudio, en caso de mantenerse en el próximo decenio los ritmos de reducción de la incidencia de la mortalidad actualmente observados, la esperanza de vida al nacimiento se incrementaría en 2 años en los varones (hasta los 80,9) y en 1,5 años en las mujeres (hasta los 86,3).
Al mismo tiempo, la esperanza de vida a los 65 años se incrementaría en 1,4 años en los varones (hasta los 19,7) y en 1,3 en las mujeres (hasta 23,5). Además, el descenso de los nacimientos y el incremento del número de defunciones tendría como consecuencia una paulatina reducción del saldo vegetativo (diferencia entre nacimientos y defunciones) anual, que llegaría a ser negativo antes de que acabe la presente década.
Por otro lado, el flujo inmigratorio alcanzaría en 2011 un nivel en torno a los 450.000 inmigrantes, ligeramente inferior a los estimados para 2010 (465.169) y 2009 (480.974).
A su vez, 580.850 personas abandonarían nuestro país para residir en el extranjero en el presente año, por lo que el saldo migratorio con el extranjero en 2011 se haría negativo (-130.850).
“PROPENSIÓN A EMIGRAR”
Los resultados de la proyección revelan una “propensión de la población” a emigrar al extranjero. Si así fuera, la migración neta se iría recuperando progresivamente en los próximos años, pero sin llegar a hacerse positiva, acumulándose un saldo migratorio de -945.663 entre 2011 y 2020.
En cuanto a la evolución de la pirámide poblacional, el descenso paulatino de la natalidad tendría como primera consecuencia una reducción de los niños menores de cinco años en 409.358 efectivos (un 16,5 por ciento) entre 2011 y 2021.
Además, se observaría también un ligero decrecimiento poblacional en los niños de cinco a nueve años, aunque la población que disminuiría “con especial intensidad” sería el segmento de entre 20 y 44 años. En conjunto, este tramo de edad sufriría una reducción de 3,7 millones de efectivos (un 21,3 por ciento) en dicho periodo, en caso de mantenerse las tendencias demográficas actuales.