La economía canaria experimentará “una variación positiva del 2% del PIB en términos constantes” durante el año 2015, sin embargo, la tasa de paro “previsiblemente se mantendrá elevada (31,7%), constituyendo el problema más grave del Archipiélago”.
Así consta en el texto articulado del anteproyecto de la Ley de Presupuestos Generales de Canarias para 2015 que hoy ha sido presentado en el Parlamento y que el martes comenzará su tramitación en la Cámara regional.
El texto que justifica cada una de las partidas de ingresos y gastos de las Cuentas canarias, que son las que realmente traducen las políticas que se pondrán en marcha durante los próximos 365 días, confirman que, pese a que la economía canaria se reactive no conseguirá acabar con la enorme bolsa de desempleados que tienen las Islas.
Un drama al que se intenta poner solución poniendo sobre la mesa “los recursos necesarios para llevar a cabo las políticas activas de empleo” que contribuyen a la creación de puestos de trabajo mediante el reforzamiento de las ya existentes “y la puesta en marcha de otras dirigidas especialmente a los jóvenes a través del Programa de Garantía Juvenil”.
Aunque el contexto económico que se prevé en 2015 para Canarias prevé el crecimiento del 2% del PIB, “lo que supone un cambio importante de tendencia respecto al valor previsto para esta variable en 2013 (-0,5%), así como una consolidación del crecimiento respecto al valor previsto en 2014 (1,7%)”, lo cierto es que tanto la “tasa positiva de creación de empleos (1,5%)” como la “disminución del número de desempleados (-2,8%)” no sirven para rebajar el paro a los niveles anteriores a la crisis.
El motor turístico
Según el texto articulado de los Presupuestos, el incremento previsto del PIB en 2015 “tiene un patrón de expansión similar al acontecido en el año actual” basado en “el dinamismo que está mostrando el sector turístico y las expectativas económicas positivas, aunque a un ritmo moderado”.
En este sentido, y como ha asegurado el consejero de Economía y Hacienda, Javier González Ortiz, en su comparecencia ante los medios de comunicación, Canarias “sigue siendo una de las Comunidades Autónomas mejor posicionadas” para crecer económicamente “más que la media del conjunto del Estado”.
Y es que a la buena evolución del turismo hay que añadir que el comercio “siga con su gradual mejoría debido a la continuación del dinamismo del consumo no residente y a una menor debilidad del residente gracias a la prevista deducción fiscal del IRPF” incluida en los Presupuestos y que supone que aproximadamente 703.000 canarios tengan “más dinero en los bolsillos”.
Pero también el comercio se beneficiará de la tímida mejora del mercado de trabajo, “una evolución contenida de los precios y un menor peso de las cargas hipotecarias”, pues la inflación prevista para 2015 por el Gobierno de Canarias es del 0,6 por ciento.
Todo ello unido, según González Ortiz, a que la propia Administración autonómica ya ha hecho gran parte del esfuerzo de ajuste derivado de la exigida consolidación presupuestaria, como lo demuestra el cumplimiento del objetivo de estabilidad en 2012 y 2013.
Industria y construcción siguen ancladas
En lo que respecta al resto de sectores, “la industria se seguirá viendo limitada por el efecto de la débil evolución de la construcción en obra nueva y pública sobre sus industrias auxiliares”.
La construcción, el sector que provocó la crisis y, a su vez, el más afectado por la misma, continuará sufriendo el proceso de ajuste, “aunque su grado de deterioro se irá aminorando” gracias a la política de “renovación y rehabilitación de edificios” puesta en marcha por el Ejecutivo regional.
La agricultura seguirá enfrentándose a los mismos hándicaps, “principalmente relacionados con un incremento de la competencia”, pero en el caso específico de la pesca, “se espera una cierta recuperación, si bien modesta derivada de la reciente concesión de licencias”.
Adicionalmente, la demanda interna, “aunque se verá todavía limitada por factores como las dificultades de acceso al crédito”, se verá incentivada por el dinamismo del turismo y del sector exterior, “en particular con África, por una cierta mejora de la confianza empresarial y un mayor acceso al crédito por parte de las empresas”, así como una menor debilidad del mercado de trabajo, en un entorno de reducción fiscal y contención de precios.