Canarias ha sido durante años la tierra de acogida de miles de personas. Sus lazos con América, África y Europa han hecho de las Islas un lugar de convivencia de decenas de comunidades. Más de 300.000 personas de origen extranjero habitan en el Archipiélago, un 15% de la población total, según el Instituto Canario de Estadística (Istac). Sin embargo, esta diversidad no se refleja en las instituciones y hasta ahora no se plasmaba en las listas electorales. De cara a las próximas elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo, los partidos han aumentado el número de candidatos de origen extranjero. Pese a su formación y trayectoria, muchos de ellos coinciden en que los estereotipos les empujan a sortear más obstáculos para hacer su trabajo: “Hay personas que me han dicho que nunca votarán a un extranjero”, cuentan.
Mamadou Niang nació en Mauritania y llegó a Europa en 2006. “Fui en avión hasta Alemania”, aclara. Tiene formación en Turismo y en Derecho, trabajó en los invernaderos de Almería y fue uno de los organizadores del 15M en Madrid. “Yo soy militante de base. He formado parte de esto. No he llegado a la política para ser un adorno. El que habla aquí es un militante de base desde el minuto uno”, subraya. Niang es el número 2 de Podemos en la lista de Lanzarote al Parlamento de Canarias. Aunque va segundo, aclara que se trata de una candidatura compartida con Nona Perera. “Si conseguimos un diputado, ella estará dos años y yo otros dos”.
Desde la casa-museo de José Saramago en la isla, el candidato parafrasea al escritor: “Lanzarote no es mi tierra, pero es tierra mía”. Niang cree que si entra al Parlamento va a ser percibido por algunos partidos como un “enemigo”. “No entienden que si yo estoy ahí es para marcar un punto de inicio para abrir el camino a los demás para hacer esa vida pública. Si uno tiene la oportunidad de participar en lo que se decide y en lo que le afecta, tiene que intentar estar”, señala.
El candidato de Podemos ha tenido claro desde siempre que no quería estar “donde se lee la carta”, sino “donde se escribe”. “Cuando se escribe, podemos cambiar comas, poner puntos, cambiar palabras, porque nos afecta”, dice. La falta de representación real de la sociedad canaria en la política ha hecho que las personas extranjeras residentes en las Islas y con derecho a voto sientan la política como algo lejano. “Muchos ni siquiera saben que pueden votar y otros sienten que están aquí de prestados y que deben decidir los nativos. Esto es consecuencia de las políticas fallidas de integración”, concluye Niang. Para él, la infrarrepresentación de la población extranjera en la política es una “anomalía democrática”.
Con él coincide Laura Balde Ejjar, número 2 de Más Canarias al Parlamento por Lanzarote. La activista antirracista subraya que en Canarias, salvo en algunas excepciones, se “pospone la cuestión racial de la misma manera que no se está haciendo nada para dignificar las condiciones de vida de las personas que migran'' al Archipiélago. Para ella, la historia de esclavitud y colonización de las personas árabes y negroafricanas también es una de las razones que explica por qué no hay personas racializadas en el Parlamento canario.
La gestión de las migraciones fundamentado en la tutela política y social de las personas migrantes y de sus espacios de participación también influye. “Esos modelos borran nuestra capacidad de autoorganización e interlocución con la administración y ha ido retrasando la aparición de figuras políticas desde las comunidades racializadas''.
Laura Balde señala que esta infrarrepresentación se extiende también al número de personas racializadas con derecho a voto en relación a la población racionalizada de Canarias. ''Debemos preguntarnos cuántos partidos incluyen el antirracismo en sus programas, cuántos reconocen que la raza es un eje de discriminación y desigualdad que vertebra toda la estructura social. También sería interesante ver cuáles son las medidas en migraciones, o incluso cómo muchos partidos creen que al hablar de migraciones ya están luchando contra el racismo'', plantea.
Acercar la política a la población
Carlos Alférez es el primer concejal latino de Canarias. En las próximas elecciones es el número 9 de la lista del PSOE al Ayuntamiento de Arrecife. Hace 23 años que llegó a Lanzarote desde Colombia empujado por el período convulso que atravesaba su país. “Desde que llegamos empezamos a hacer labores para ayudar a la gente. Siempre hemos entendido la política como un trabajo social”, cuenta. Sus primeros años en Canarias estuvieron dirigidos a ayudar a la comunidad colombiana en el Archipiélago. Ahora, como concejal de Arrecife, intenta acercar la política a sus compatriotas. “Lo vemos incluso con ciudadanos autóctonos. No quieren saber nada de política. Imagínate la gente que viene de fuera, con muchas necesidades de vivienda, de trabajo y de papeles. La política pasa a tener un quinto grado de importancia en su vida”, explica.
Para él, no es proporcional el número de extranjeros en política en relación a la población foránea que vive en Canarias. Aun así, sostiene que poco a poco se están dando pasos hacia delante. “Ya estamos dentro. En un futuro no muy lejano veremos representantes extranjeros en las altas esferas de la política. Incluso alcaldes de municipios”, asegura.
Alférez estudió Ingeniería Civil en Colombia y es estudiante de Derecho en la Universidad Camilo José Cela de Madrid. Aun así, sabe que su forma de hacer política se analizará de forma diferente: “Si tenemos la oportunidad de entrar en una administración, no tenemos que hacerlo bien, tenemos que hacerlo excelente, porque no vamos a tener dos ojos encima, vamos a tener miles”.
Xenofobia y prejuicios
Para Carmen Xin Zi Pérez del Río, número 4 al Ayuntamiento de Tías por Podemos, la falta de representantes de origen extranjero tiene dos explicaciones: la xenofobia y los prejuicios. Bachir Ahmed e Isabel Alfaro, números 9 y 10, respectivamente, en la lista de Nueva Canarias (NC) al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, coinciden en la escasa representación de las personas migrantes o racializadas en las listas electorales. Sin embargo, creen que la situación está cambiando y que en estas elecciones hay un incremento de personas de orígenes diversos en las diferentes listas del Archipiélago.
Coalición Canaria también ha incorporado en su lista al Cabildo de Tenerife como número 8 al luchador senegalés Mamadou Camara. Por su parte. Esta redacción también ha preguntado al PP, pero el partido ha respondido que no cuentan en sus planchas con ninguna persona de origen extranjero.
Ahmed, nacido en Fuerteventura de padres saharauis, destaca que Canarias, después de 2006, juega un papel fundamental en el complejo tablero de las migraciones, el cual deja un impacto en las personas migrantes sin que haya un fuerte contrapeso que denuncie las vulneraciones de derechos. “Los que mejor pueden representar a los migrantes y decir lo que realmente necesitan son los migrantes”, defiende.
Del mismo modo, Alfaro, nacida en el departamento de Potosí (Bolivia) y residente en España desde 2001, argumenta que personas como ella han terminado incorporándose a la política porque es la única forma de visibilizar las necesidades de las personas que vienen de fuera y que, además, así se conozcan las causas por las que salen de sus países. La número 10 al Ayuntamiento de la capital grancanaria siente que la mayoría de los partidos no han querido abrir sus puertas a las personas de origen migrante y señala que “la política siempre ve a la migración como un objeto” cuando en realidad es “el sujeto”, y recuerda, por ello, que las personas que han migrado son fuente de trabajo y cubren puestos que son esenciales.
Para Ahmed, la existencia de un panorama político con múltiples rostros traería una mejora de las relaciones dentro de la sociedad ya que sus miembros interactuarían de manera más igualitaria. Para él, la diversidad en política permite la mitigación del racismo, el enriquecimiento cultural y el reconocimiento de la historia y geografía de Canarias: “Geográficamente estamos en África, que es algo que la mayoría de la gente no es capaz de decir. Porque decir africano es decir negro, enfermo, salvaje, etc. Y la única forma de cambiar ese concepto es que la gente africana, latinoamericana, asiática viva aquí y viva al mismo nivel que el resto”.
Alfaro considera en esta línea que la política del Archipiélago no hace justicia a la diversidad que se vive en las calles canarias y reivindica por ello una inclusión de las personas migrantes y racializadas en los asuntos públicos. “Debe haber integración mutua, para que conozcan nuestras culturas. Todo el que viene de fuera tiene una riqueza cultural y eso es lo que queremos, que Canarias sean islas multiculturales e integradoras”.
Carmen Xin Zi tiene 21 años y considera que en la generación a la que pertenece la diversidad de nacionalidades y etnias está más integrada. Aun así, asegura que todavía existen prejuicios. Cuando sale con sus padres, de nacionalidad española, y los llama “mamá y papá” aún siente que se le clavan los ojos del resto. “No son ojos malos, pero de sorpresa. Visibilizar esto es importante, porque es parte de la integración”, señala.
“Piensan que una persona extranjera no tiene tanta formación como una persona que ya vive aquí, pero es completamente falso”, lamenta. La candidata está estudiando Turismo y tiene claro que la política debe avanzar y no retroceder. “Lo que tú no hagas por el mundo se queda sin hacer”, asevera. Los candidatos también lamentan que en ocasiones se les relegue a temas relacionados con Extranjería e Inmigración solo por ser extranjeros. “Yo estudio Derecho y puedo dedicarme a cualquier rama. No tengo por qué ser abogado de Extranjería”, defiende Mamadou Niang.
Dejar de ser un “adorno” en las listas
Para el activista Redwan Baddouh, la cuestión es sencilla: si la sociedad canaria es diversa, esa variedad de rostros y culturas debería estar representada en todos los ámbitos. Denuncia que las Islas no pueden “abanderar” la idea de un Archipiélago diverso y multicultural cuando esa diversidad no está presente en las instituciones o en las administraciones. “¿Es que acaso no hay personas migrantes que no quieran dedicarse a la vida política? Yo lo que veo en el día a día es que las personas racializadas están abocadas al ámbito laboral precario”, sentencia.
Baddouh identifica dos motivos por los cuales la población migrante o racializada está escasamente representada en la política española y, por consiguiente, en la canaria. Por un lado, estarían los prejuicios asociados a personas de orígen extranjero, por los cuales se les considera que no están preparadas ni son capaces de entrar en política. Esto lleva a que en ciertas ocasiones, tal y como denuncia el activista, los partidos políticos utilicen a las personas migrantes. “Si te colocan en la lista, lo hacen en un número o puesto que no es de salida para conseguir los votos que puedas traer. Pero no eres una persona de interés para un puesto de salida”.
En este punto coincide la presidenta de la Asociación de Saharauis en Tenerife, Sukeina Ndiaye. “Hay formaciones que quieren que haya personas migrantes que representen a las comunidades porque saben que la diversidad es riqueza. Pero hay otras que solo quieren tener en sus listas una persona migrante como un adorno, como un color más o porque han visto que otros partidos lo han hecho”. Ndiaye señala además que en periodo electoral no dan abasto para atender las peticiones de los partidos. Cuando acaba la campaña, son las personas migrantes las que tienen que tocar puertas para que escuchen sus reivindicaciones.
“Nosotras cuando nos invitan vamos, porque creemos que tenemos mucho que aportar. He pedido a las autoridades que cambien la situación de la vivienda en Canarias. Es insoportable para la población extranjera. Las familias no pueden estar hacinadas en una casa porque no tienen dónde alquilar”, afirma Sukeina.
Sobre el derecho al sufragio pasivo, la Ley Orgánica 5/1985 del Régimen Electoral General establece que son elegibles en las elecciones municipales las personas residentes en España que tengan la condición de ciudadanos de la Unión Europea o que sean nacionales de países con los que España tenga acuerdo de reciprocidad. En este punto, la catedrática de Filosofía del Derecho y Política de la Univesidad de Valencia Ángeles Solano sostiene en el artículo “La participación política de las personas inmigrantes: cuestiones para el debate” que este método es un “claro supuesto de desigualdad”.
En el mismo documento apunta que el principio de reciprocidad contribuye a acentuar las distintas realidades de los diversos países de procedencia de los extranjeros, “trasladando esas diferencias a su estatuto jurídico en España y comprometiendo la integración”. Argumenta que de este modo se condiciona la participación de las personas migrantes en la vida política de nuestro país al trato que se le dé a los españoles en los países de origen de las personas migrantes. Por ello, la autora reivindica una revisión de la Constitución Española en la que se contemple la redefinición del concepto ciudadanía para favorecer la cohesión social y se refuerce el sistema democrático.
Ahmed Bachir proclama la creación de leyes que permitan que no solo los europeos puedan presentarse a las elecciones y pone como ejemplo países como Francia o Bélgica donde hay alcaldes y ministros negros o con orígenes en países del sur global; o como Londres, donde su alcalde es musulmán y de orígen pakistaní. “El día que tengamos un alcalde que se llame Mohamed no debemos tener miedo. Es nuestro alcalde y es canario”, subraya Bachir.
Un denominador común de las personas de origen migrante que deciden dar el salto a la política es su pasado activista y comprometido con la defensa de los derechos humanos. Alfaro revela que los migrantes siempre están cerca de la política porque, precisamente, por ella salieron de sus países. “Nosotros ya salimos con eso, es solo despertarlo”. Subraya que personas como ella vienen con una serie de conocimientos de la pobreza real, a la cual han debido, además, hacer frente en entornos hostiles. Alfaro recuerda que su vocación activista se la inculcó su madre, quien fue una defensora de los derechos humanos indígenas en Bolivia. Del mismo modo, Bachir señala que debido a su compromiso y lucha por la causa saharaui, la política siempre ha estado presente en su vida.