Meri Pita dejará de ser secretaria general de Podemos Canarias el próximo miércoles. Su entrada en la Ejecutiva estatal liderada por Pablo Iglesias, ocupando el cargo de secretaria de Plurinacionalidad y Diversidad Territorial, le obliga a apartarse de responsabilidades orgánicas en la dirección regional. La diputada de la formación morada hace balance de sus tres años al frente del partido y analiza la actualidad política nacional y canaria.
Acaba de votarse en el Congreso de los Diputados la moción de censura de Unidos Podemos contra Mariano Rajoy con el resultado esperado, si bien parece evidenciarse que el presidente del Gobierno no va a tener 176 votos para todo, ¿cómo valora esta acción de su formación política una vez conocido ese resultado?
La moción de censura era obligación democrática ante la situación de emergencia social y patrimonialización de las instituciones por parte del Partido Popular. Lo que estaba y está en juego es el futuro de nuestro sistema democrático. En esas 18 horas de debate ha quedado claro que hay dos modelos para este país: el del PP y quienes quieran apoyarles y el de Podemos.
Esas mismas 18 horas de debate han alumbrado el fin de la era de Mariano Rajoy y el inminente nacimiento de un nuevo país. Un país donde el trabajo y el salario digno, la vivienda, la educación y la sanidad de calidad sean derechos blindados. Un país de países donde los ladrones y corruptos deben acabar en prisión y devolviendo lo robado, y donde la política vuelva a ser una herramienta para explicitar nuestras diferencias y partir de ahí para construir lo común, lo que es de todas. Por eso, y aunque hayamos perdido cuantitativamente la votación, considero que cualitativamente esta moción de censura ha sido un rotundo éxito. Millones de ciudadanos lo han seguido por internet, radios y televisión y han comprobado que Podemos no solo tiene un buen diagnóstico de nuestra realidad social, sino que también tiene un proyecto de futuro para España que puede ser contado con serenidad y contundencia. Estamos convencidos de que la democracia es otra cosa.
La mayoría de analistas considera que Irene Montero ha hecho un gran papel en esta moción de censura, que a pesar de su inexperiencia política y de su edad, ha demostrado que no ha sido elegida portavoz por casualidad. ¿Cómo valora su trabajo en estos primeros meses en ese puesto?
Su juventud no implica falta de experiencia política. Irene, como todas y todos los diputados y diputadas de Podemos, viene de las luchas sociales, sindicales, de la PAH, etc. Y está perfectamente preparada para asumir las responsabilidades colectivas que se tercien. No es casualidad que sea nuestra portavoz. Estamos tremendamente orgullosas de ella.
Otros portavoces como Rafael Hernando, del Partido Popular, representan la España del blanco y negro, la machista, altanera y casposa que ya estamos superando. La España que viene es la de mujeres como Irene Montero. Personas brillantes, sensibles y luchadoras que gracias a esas virtudes pueden hablar en nombre de la mayoría social, poner voz a un pueblo que sufre y que está harto de tano pillaje, tanto latrocinio y tantas mentiras.
Ana Oramas ha reiterado que con Podemos no quiere saber nada. ¿A qué cree que se debe ese sentimiento de rechazo de la diputada de Coalición Canaria?
El modelo plurinacional que propone Podemos ha sintonizado con el sentimiento identitario que existe en Canarias. Y si a esto le sumamos nuestra lucha contra la corrupción, el resultado en las Islas no puede ser otro que una Coalición Canaria desdibujada y en retroceso que se defiende con lo que tiene a mano. Pero por más que lo intenten, su agresividad no se ve sino como lo que es, como una pose para tapar sus vergüenzas. ¿Cómo puede apoyar una formación que se autodenomina nacionalista los presupuestos del partido del maltrato a Canarias? ¿Cómo puede calificar, la representante de un partido que ha robado a la ciudadanía casi 100 millones de euros solo con el caso de Las Teresitas, de despilfarro un derecho constitucional como plantear una moción de censura? Por su poca coherencia y falta de ética en las instituciones, el minuto de gloria de Ana Oramas ya se está volviendo en su contra.
Román Rodríguez ha llamado "godo" y desconocedor de Canarias a Pablo Iglesias. ¿Maneja el líder de Podemos información de calidad sobre la realidad política y social de Canarias? ¿Sabe que Podemos y Nueva Canarias tienen acuerdos vivos en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, en el Cabildo de Gran Canaria e incluso en el Parlamento de Canarias?
Pablo Iglesias ha sido el único líder estatal que ha sido capaz de denunciar la situación de colonialidad que sufre el Archipiélago y que ha lastrado históricamente nuestro desarrollo como pueblo. Román Rodríguez, que ha sido presidente de Canarias con Coalición Canaria, que respaldó durante su etapa como diputado a José María Aznar en la Presidencia del Gobierno de España, y que ahora ha apoyado los presupuestos generales de Rajoy a cambio de dinero para proyectos en las instituciones donde gobierna, no tiene legitimidad para llamar godo a nadie, pues él ha actuado como la peor clase de canario: el que se vende en Madrid. Y encima lo ha hecho con el presidente de la corrupción... ¿Cómo justifica eso un partido nacionalista? Pues diciendo barbaridades como esta, a ver si consiguen engañar a alguien. Por la parte que nos toca, tendremos altura de miras y pensaremos en la gente en aquellos espacios en los que necesitemos llegar a acuerdos con Nueva Canarias, pero su apoyo a las cuentas del Partido Popular los alejan, indudablemente, del cambio que necesita Canarias.
Abandona usted por imperativo estatutario la secretaría general de Podemos en Canarias, ¿qué balance hace de su gestión?
Cambio mi espacio de compromiso con Podemos. Al proponerme Pablo Iglesias formar parte de su ejecutiva, no pude sino aceptar la responsabilidad de hacerlo. Además, es enormemente positivo que nadie en Podemos sienta los cargos como vitalicios y que se dé una renovación en la que nuevas voluntades y talentos se pongan a empujar este maravilloso proyecto.
Haber vivido estos intensos tres años, desde nuestro nacimiento. hace que me quede con la ola de éxitos que hemos cosechados y que han situado a Podemos como una fuerza determinante para la vida de los canarios y que recordaré toda mi vida. De estos tres años, y a pesar de los errores que hayamos podido cometer, recordaré que en tiempos difíciles hemos hecho cosas muy importantes. Hemos sembrado organización y asentado Podemos en nuestro territorio. Y como pruebas de esto, tenemos el proyecto Impulsa, la iniciativa Vamos, el proceso participativo Hacemos nuestro Estatuto, en la que participaron en la redacción de nuestras enmiendas a la propuesta de reforma estatutaria muchísimas personas inscritas en nuestra organización y miembros de los círculos, además de En el mar que nos une, orientado al proceso de primarias. A nivel institucional, creo que estamos haciendo un buen trabajo en las confluencias en las que participamos como oposición, y en donde gobernamos, como sucede en Las Palmas de Gran Canaria, hemos sido claves para el cambio en la política urbanística poniendo a los barrios populares en el centro de la gestión municipal, además de duplicar el gasto social y reducir la deuda pública, situándonos como referencia dentro del listado de ciudades del cambio a nivel estatal. Sin embargo, nos toca seguir trabajando para multiplicar la participación de la gente en la calle hasta convertirnos en un verdadero movimiento popular.
Se le reprocha que dirija usted un círculo autonómico atrofiado por la gran cantidad de dimisiones producidas por el rechazo a su política orgánica. ¿Cuál cree usted que fue el momento o la decisión que desembocó en esta situación?
Esta situación no es propia de Podemos Canarias, prácticamente todas las direcciones autonómicas elegidas en 2015 ya han sido renovadas, esto no es una casualidad. El ingente trabajo, las tensiones propias de la política y nuestra bisoñez en algunos casos ha hecho que progresivamente los órganos hayan quedado reducidos, puesto que los compone gente normal que ha tenido que hacer cosas extraordinarias.
La mayoría de las personas que han mostrado su desacuerdo con la dirección saliente de Podemos Canarias es de Sí se Puede o están en su órbita. De hecho, todas ellas, incluido, por cierto, Juan Márquez, dimitieron en bloque durante las mismas fechas de nuestros órganos con la idea de hacer caer a la dirección, valiéndose del Consejo Autonómico, pero sobre todo de los Consejos Insulares como arma de guerra, emulando las mañas insularistas de Coalición Canaria. Aquella estrategia fue la que confirmó que habían abandonado su promesa de disolverse en Podemos… Ahora, si me pregunta por los inicios de esa guerra interna y externa, tengo claro que esta comenzó en el mismo momento en el que Si se Puede fue consciente de que ningún miembro de su partido iba a ocupar puestos de salida en el equipo que Pablo Iglesias presentó a las primarias de cara a las elecciones generales del 20 D. Lo que viene a demostrar que sus críticas constantes a nuestra organización tuvieron un origen de lo más común: las ansias de poder.
¿Qué puede contestar a los que la acusan de haber dirigido el partido con mano excesivamente férrea en asuntos como el de Juan Manuel Brito?
Esto no es una cuestión de Meri Pita, es un consenso de la inmensa mayoría de la gente que trabaja en esta organización y que ha creído que estaba poniéndose en jaque la naturaleza de Podemos Canarias.
Juan Manuel Brito quiso poner a prueba a la organización transgrediendo una y otra vez nuestro código ético, saltándose a la torera nuestras directrices políticas y no acudiendo a ningún círculo desde que fue elegido como consejero, sin rendir cuentas de su trabajo a los simpatizantes e inscritos en Podemos, además de incumplir las normas de transparencia. No nos dejó otra opción. Su nepotismo fallido, la matanza de cabras guaniles, el conflicto con la Orquesta Filarmónica o el cuerpo de bomberos de Gran Canaria, así como su opaca gestión de la consejería de Medio Ambiente, Emergencias y Participación Ciudadana, fueron las que hicieron incompatible su actividad política con Podemos.
¿Y a los que la acusan de concentrar el poder orgánico en demasiadas manos sin escuchar al resto de la organización?
Está claro que nos ha tocado la parte más dura del nacimiento de Podemos, la famosa máquina de guerra electoral y que ahora toca un nuevo modelo. Hemos vivido unos dos años con 7 procesos electorales y esto evidentemente no sale gratis, pero era fundamental entrar con la mayor fuerza posible para cambiar la vida de la gente. A esto se ha sumado el conflicto con Sí Se Puede.
La voluntad de la dirección saliente ha sido, en todo momento, empoderar a la ciudadanía y hacer crecer a la organización en Canarias, con nuestros errores y aciertos. De esta etapa quedarán unos resultados electorales históricos, que han convertido al Archipiélago en uno de los principales bastiones de Podemos del Estado, y que han avalado la presencia destacada que tenemos en la Ejecutiva estatal. Y esto es decir mucho en un contexto en el que la mayoría de los consejos autonómicos del resto del país no ha logrado cumplir con sus mandatos.
Se enfrenta ahora su partido a unas primarias para elegir a su sustituta o sustituto. El relevo natural parecía Noemí Santana, pero desde la nomenclatura se ha elegido a la también parlamentaria Conchi Monzón como la continuadora de la acción de la actual dirección. Junto a ellas, otra persona de la dirección, Juan Márquez, opta también a la secretaría general. Tres candidatos de la actual dirección ¿no revela un cisma en la cúpula de Podemos en Canarias?
Lo que se aprecian son maneras distintas de entender el funcionamiento de la organización, al menos en el caso de Juan Márquez, que nunca cuestionó la doble militancia ni los enormes problemas internos que esta nos ocasionaba mientras formó parte de la dirección. Y que ahora hace una propuesta orgánica que abunda en el insularismo y renuncia a muchos de los acuerdos de Vistalegre II, obviando el papel que Canarias está jugando en la Ejecutiva de Pablo Iglesias, impulsando el debate sobre un nuevo modelo de Estado plurinacional. Noemí ha formado parte de mi equipo de trabajo durante tres años y ha votado conmigo todas las propuestas que han pasado por la dirección. Y a última hora ha decidido sacar partido a su condición de portavoz apostando por una candidatura personalista sostenida en su imagen. Por su parte, Conchi Monzón, que tiene su propio proyecto para Podemos Canarias, cuenta con el apoyo de la mayoría de la gente que viene trabajando en Podemos durante estos tres años, contando con el impulso de muchos cargos públicos, orgánicos y militantes de los Círculos. Y al menos propone fórmulas para afrontar las principales problemáticas que afectan a las Islas desde la experiencia, la madurez política y la defensa de una concepción archipielágica de nuestra realidad. No es casualidad que se haya echado a sus espaldas en el Parlamento temas como la reforma del sistema electoral, la transición energética hacia un modelo más sostenible, la necesidad de alcanzar mayores cotas de soberanía alimentaria o el rechazo a la Ley Plasencia y, cómo no, a la Ley del Suelo.
Pero nada de cismas, solo democracia. Estamos trabajando todas en un proyecto ganador, y a pesar de las diferencias, serán las personas inscritas las que decidan cómo debemos continuar trabajando.
Coalición Canaria y el PP han iniciado conversaciones para un nuevo pacto de Gobierno en las Islas. ¿Clarifica esto de alguna manera el panorama? ¿Le resultaba cómodo a Podemos formar parte de la oposición junto al PP teniendo a CC en minoría parlamentaria?
Clavijo y Antona llevan “enamorando” desde la campaña electoral de las autonómicas de 2015. Se caen tan bien porque piensan igual, por muy contradictorio que esto parezca, ya que pertenecen, uno a un partido supuestamente nacionalista y el otro a uno centralista. Al final Clavijo es igual de retrógrado que Antona, por mucho que agite la bandera de las siete estrellas verdes. Con esa tesis hemos trabajado desde el primer minuto en el Parlamento, buscando las evidentes contradicciones de un pacto inexplicable, el que firmó CC con el PSOE como quien recibe una dudosa herencia. La minoría de CC en el hemiciclo, desde que rompió el pacto de gobierno con Patricia Hernández, ha sido pura ficción, y por eso hemos denunciando la connivencia de las derechas en temas clave como la Ley del Suelo. Porque en los asuntos que les afectan, a ellos y a la minoría poderosa que los sostiene en el poder, la entente conservadora siempre se pone acuerdo, aunque necesiten de los votos del caciquismo gomero que representa Casimiro Curbelo, como sucedió, por ejemplo, cuando propusimos auditar los contratos de la sanidad pública canaria con la medicina privada.
¿Se amaña en Madrid?
Pues, me amaño como todos los isleños e isleñas supongo, que desde que se nos pasa la novelería vienen las maguas. Afortunadamente, estoy más tiempo en Canarias que en Madrid, lo que me ayuda a llevarme al Archipiélago a la capital del Estado, y a trasladar lo que allí sucede a nuestra tierra, sin pasar por ninguna aduana política.