El matrimonio Antonio Medina, canario, y su esposa Cristina Medina, natural de Suiza, llevaban viviendo aproximadamente un año cuando se derrumbó el muro que provocó el fallecimiento de tres miembros de una misma familia en la calle Pancho Guerra de la capital grancanaria y consideran que las administraciones públicas podrían “haber actuado con más diligencia”.
El 23 de febrero de 2006 la caída de un muro en la citada calle de la capital grancanaria arrasó las viviendas de diez familias, entre ellas la de este matrimonio, y causó la muerte de tres personas, hecho que han querido recordar hoy los supervivientes con un emotivo homenaje para los fallecidos y con la lectura de un manifiesto en el que han solicitado celeridad en la burocracia de las administraciones para que los afectados puedan volver al que hasta hace tres años fue su lugar de residencia.
Antonio Medina aseguró, en declaraciones a los medios, que en la actualidad todos los afectados se encuentran en una situación “muy difícil”, ya que “ahora están pagando un alquiler y esperando que se mueva algo para poder construir” donde estaban viviendo. Cristina señaló que tuvo que tomar esta mañana un tranquilizante debido a que le vuelven a aflorar los recuerdos de aquel 23 de febrero de hace tres años.
“Es una situación muy difícil porque es una ilusión. Hemos estado mucho tiempo fuera de aquí y para mí -dice Antonio- volver a casa, estábamos bien, estábamos empezando a decir, bueno ahora estamos bien instalados, ahora vamos a empezar a gozar un poco, como compensación de todos los años de trabajo. Y, de repente, por un lado, con una suerte inmensa porque podíamos haber fallecido, esto está claro, cuando miras hacia arriba y ves que esta masa -muro- se cayó sobre nuestras casas y las destruyó, pues casi un milagro que estemos vivos”, señaló Antonio Medina.
Sin embargo, añadió que “solamente estar vivo no significa un triunfo, estar vivo y vivir en unas condiciones que sean agradable” porque en la actualidad, aseguró, que están “sufriendo un calvario”. Asimismo, calificó la situación por la que atraviesan en la actualidad de “muy penosa porque estamos esperando por una solución a un problema que se dilata en el tiempo, son ya tres años, y se podría haber actuado con más diligencia”.
Los bomberos también estuvieron este lunes presentes durante el homenaje que los afectados realizaron a los fallecidos y durante la lectura del manifiesto para mostrarles su apoyo moral a los vecinos que perdieron sus casas.