Cuenta atrás para que Ángel Víctor Torres sea investido como presidente de Canarias, acabando así con la hegemonía de Coalición Canaria, instaurada en el poder durante estos últimos 26 años. Este jueves, ha comenzado su debate de investidura con su primera intervención. Lo ha hecho con un discurso que se presenta como ilusionaste para las Islas dando un giro a los temas que hasta ahora habían centrado la prioridad. Según defendió, el pacto de progreso alcanzado con Nueva Canarias, Podemos y ASG, estará centrado en lograr un Archipiélago más social que luche contra la pobreza y la exclusión, cuyas cifras (35% de la población) no deberían permitirse en esta tierra.
El socialista destacó que esos datos de pobreza demuestran que el progreso de las Islas ha dejado a miles de personas por el camino, “miles de canarios que sólo han podido ser espectadores de la evolución de una tierra que les ha echado a un lado”. Por ello, combatir la pobreza será una de sus prioridades ya que el progreso “no existe si deja a familias en la cuneta”.
Torres insistió en que la clave para que la sociedad canaria avance es apostar por una educación de calidad, una frase con la que recordó al artista César Manrique. Y, en este sentido, se ha comprometido en en dar los pasos para que se destine el 5% del PIB a Educación, una reivindicación histórica de los colectivos sociales y que venía recogida en la Ley Canaria de Educación, impulsada en 2014 por el socialista José Miguel Pérez y que aún no se ha cumplido. Con esas partidas se podrán aumentar las becas, mantener los comedores escolares e impulsar la educación de cero a tres años, que apenas se ha implantado en las Islas de forma pública.
El líder socialista asegura que “es para sentirse orgulloso” que Canarias sea una de las comunidades autónomas que han dado la espalda a la ultraderecha y ha condenado el discurso contrario a los derechos de las mujeres, colectivo LGTBi o migrantes. En este sentido, insistió en la urgencia de acabar con la violencia de género y fomentar la igualdad de oportunidades de manera real entre hombres y mujeres.
Al comienzo de su discurso, Torres ya hizo un guiño a la importancia de la memoria histórica. Puso como ejemplo a su abuelo, que sufrió vejaciones por defender los derechos sociales y aseguró que hoy defiende su legado, también el legado de su barrio, La Goleta, en Arucas, uno de tantos que sufrió la represión franquista y, como prueba de ello mencionó a los pozos exhumados en su municipio, que simboliza a quienes lucharon por la libertad. “Seamos merecedores de la libertad, por su memoria, por sus enseñanzas”.
Y es por la importancia de recordar el pasado, lo que sucedió y de dónde venimos, que se comprometió a dotar de partidas presupuestarias la Ley de Memoria Histórica y la de Bebés Robados. Se caminará por mantener actualizado el mapa de fosas de la comunidad autónoma.
Hay palabras en el discurso de Torres que marcan distancia con las que pronunciaba en los suyos el hasta ahora presidente, Fernando Clavijo (Coalición Canaria). Ejemplo de ello es el hecho de que pretenda abanderar la lucha contra el cambio climático. No solo reconociendo la vulnerabilidad de las Islas en este asunto y la necesidad de que todas las administraciones públicas se conciencien, sino anunciando medidas. Las más destacadas: una ley canaria de lucha contra el cambio climático, así como la posibilidad de implementar una tasa turística en los establecimientos hoteleros que revierta en la conservación del paisaje y el territorio. Esta última, una medida que CC se negaba a debatir.
La vivienda es otro de los grandes retos que tiene por delante el nuevo Gobierno de Canarias. Sobre ello hizo mención el aruquense, que se comprometió a reforzar el plan de vivienda, incrementando el parque público y facilitando los alquileres sociales. Reto similar es el que se plantea frente a la atención a la dependencia. Las Islas se encuentran a la cola del Estado en aplicación de este derecho y mantiene a casi 9.000 canarios esperando por la ayuda, a pesar de tener derecho.
Torres también reprochó, aunque sin mencionar a Coalición Canaria, la política de crispación con el Estado y el hecho de que no se gestionen los recursos que llegan del Gobierno central, con quien piensan trabajar mano a mano.