Casa Romántica, saborear Gran Canaria a los pies de las Montañas Sagradas
Conozco el proyecto de Casa Romántica mucho antes de que viera la luz. Aún recuerdo cuando Víctor Lugo me hablaba del sueño que tenía él y la familia entera de poseer un restaurante de tanto calado en el Valle de Agaete y poder aportar el toque diferencial que sobre todo él tenía en la cabeza. Casi 3 años después de su apertura, Víctor Lugo puede estar tranquilo porque con su hermana Yéssica Lugo gestionando la sala y con Aridani Alonso en cocina, Casa Romántica vive su mejor momento refrendado con la inclusión en la Guía Michelin en la categoría de Recomendados, y soñando con obtener este año o el venidero la tan ansiada para ellos Estrella Verde Michelin, un reconocimiento que haría justicia a lo que aquí se hace.
En la actual Casa Romántica se puede elegir comer a la carta, con platos para compartir o para disfrutar en solitario a la vez que se puede uno detener en un Menú Degustación con tres posibilidades, una vegetariana, un menú corto y otro más largo. Vale la pena detenerse en el nombre de los menú degustación principales tomados de los poetas Tomás Morales y Alonso Quesada, que para la isla de Gran Canaria tienen sabor a enseñanza ya que dos institutos de la isla llevan años formando alumnos bajo sus nombres.
El menú Alonso Quesada es el elegido por mí para conocer el estado de forma actual de la casa y comienza por todo lo alto gracias al pan de puño integral o de millo de Amaro, sal de Bocacangrejo, AOVE Olivo Canario y unos sabrosos bocados ya marca de la casa. Les parecerá que no, pero esta declaración de intenciones me indica que la apuesta por el producto local es firme y decidida, cuidando los pequeños detalles como un buen pan, y aquí tienen uno de los mejores de la isla.
Continuamos con una ensalada que bebe de los clásicos tomates aliñados que tanto nos gustan pero dándole un toque especial gracias al queso rallado que la acompaña y que liga el resto de ingredientes.
Muy sabroso el canelón de chipirones encebollados, receta que se ha ido olvidando y que en un buen guiso es “gloria bendita”, como diría el chef del mar Ángel León.
Para terminar esta fase uno de esos platos que suelen ser una trampa mortal para la cocina, el arroz. Pero hay que reconocer que esta combinación de risotto de perdiz con remolacha de su propia finca, alioli de romero y una suave nube de queso curado llega como un golpe de autoridad en la mesa proveniente de la cocina. Si en un lugar la croqueta es buena y saben hacer arroces, ahí hay mano, y aquí hay mucha mano, talento y trabajo.
Los dos platos que cierran el pase salado son pura cocina y producto de Gran Canaria. Por un lado gracias a la versión del caldo de pescado que se saca de la manga Aridani, consiguiendo sólo con olerlo llevar al comensal a una de esas perolas de toda la vida que en las casas hacían el deleite de familias enteras, cuando en esta isla se comía pescado, algo que tristemente está desapareciendo. Ya al degustarlo la magia continúa, es más, creo que subiría hasta aquí solo para comerme este plato pero no en tamaño menú degustación sino con todas las de la ley.
Y el cierre cárnico no podría tener mejor protagonista que el cochinillo canario, en lingote y con salsa de sus propios jugos más unos toques de manzana reineta de Valleseco en texturas, plato que acaba con la escasa reserva de pan que quedaba en la mesa porque pedía rebañarse como marcan los cánones.
En la parte dulce no afloja el nivel, pero antes tienen a su disposición un surtido de quesos de la isla procedentes de distintas zonas. Somos tierra de quesos y aquí lo saben. Tras ellos un prepostre a base de mangos de la propia finca de la casa en una deliciosa espuma con base de sorbete de cítricos también procedentes de la Finca La Laja, casa madre del restaurante.
El final es una combinación ganadora en forma de texturas, temperaturas y sabores que se fusionan a la perfección como el café de Agaete y el chocolate. De destacar durante todo el menú la belleza y elegancia de la vajilla, elaborada por MIRA Cerámica, la empresa grancanaria que creada por Rocío y Gustavo se han hecho un hueco preferencial en las mejores salas de la isla.
Pero el auténtico broche de oro lo constituye el café de la casa, elaborado en cafetería italiana personalizada, taza de toda la vida y el consiguiente regalo de unos pettit que acompañan su degustación. Pero, por favor, no dejen de pedir para probar aquí y después comprar para llevar a casa una auténtica delicia en forma de garrapiñada de Agaete, receta desaparecida y que en Casa Romántica han recuperado hasta convertirla en una seña de identidad propia. De hecho, me estoy comiendo una mientras les escribo estas líneas.
No les he hablado del maridaje en forma de vinos porque en esta ocasión me entregué a jugar, pero les aseguro que pueden ponerse en manos de ellos para poder conocer las distintas variedades que ofrece la D.O. Gran Canaria de norte a sur, incluyendo por supuesto los que elaboran ellos mismos en la Bodega Los Berrazales, pero también viajar por el resto de islas pero siempre buscando pequeños productores y productos diferentes. De hecho les invito a que comiencen la comida con el Vermouth 18, el mejor que se elabora en Canarias y que cuesta mucho encontrar.
En resumen podríamos decir que el trabajo de la familia Lugo en Agaete es un motivo más que de sobra para pasar un día entero con ellos, empezar por la visita a la Finca La Laja, que en estos momentos es un auténtico vergel de naranjas a punto de empezar a poder degustarse y que para quien les habla son las mejores que he probado nunca, para a continuación desplazarse a Casa Romántica, con tiempo y sin prisa, para que así no se limiten únicamente a comer, sino que se animen a recorrer el maravilloso viaje por los productos de todos los municipios de Gran Canaria que en forma de pequeño museo esconden en la parte trasera del edificio principal.
Si la familia Lugo no existiera habría que inventarlos, son puro corazón y alma de Gran Canaria, pero ellos siempre se escudan que es al revés y en Casa Romántica han decidido que quien llegue por curiosidad se vaya siendo un embajador de la misma. Para ello, nada mejor que un buchito de café y decirles “hasta la próxima”, que será bien pronto porque quiero probar esa pata de cordero al horno ahora que se acerca la temporada. Ojalá sea con una Estrella Verde Michelin en el bolsillo, pero si no es así, ya llegará porque el equipo que conforman Víctor, Yéssica y Aridani van a hacer historia en Agaete, de hecho la están escribiendo.
Los precios de los menú degustación oscilan entre los 52€ el vegetariano, 58€ el Tomás Morales y 70 el Alonso Quesada, con bebida aparte. Pueden encontrar todo lo referente a su ubicación y horarios en el Instagram @restaurante.casaromantica
Si les apetece pueden seguirnos en Instagram, Twitter y TikTok bajo el nick de @javiers_gastro.
0