VIGO, 21 (EUROPA PRESS)
El patrón del 'Alakrana', Ricardo Blach, calificó de “terrible” y “desagradable” el secuestro que sufrió la tripulación del buque durante 47 días en Somalia y confesó el “temor” que experimentaron cuando los secuestradores procedieron a su liberación por la presencia de otro grupo de piratas que pretendía abordarlos.
En una rueda de prensa ofrecida tras su llegada al aeropuerto vigués de Peinador este sábado por la mañana, Blach reveló que fueron sus propios captores los que les alertaron de las intenciones de ese otro grupo. “Nos dijeron 'tened mucho cuidado, que os van a intentar coger cuando os liberemos'”, relató Blach.
Ante esta situación, en cuanto el último pirata abandonó el buque, los tripulantes alertaron a la Armada, que movilizó a las fragatas y a los helicópteros desplazados a la zona, que les acompañaron “día y noche”. Blach aseguró que el secuestro se convirtió en “un sacrificio total” y que fueron víctimas de “toda clase de humillaciones”.
Igualmente, desveló que sus raptores les mantuvieron a él y al capitán en el puesto de mando, “sentados en una silla” todo el día, “durmiendo en el suelo” y teniendo que pedir “permiso para ir al servicio”. “Cuando nos lo daban”, aseguró.
Por el contrario, señaló que el resto de la tripulación fue retenida inicialmente en el comedor de marinería “tirados boca abajo” y “siempre encañonados”, llegando a estar más de 30 personas en una estancia de “unos 20 metros cuadrados”. Posteriormente, los captores dieron libertad a los marineros para “ir al servicio, a la cocina, al comedor y visitar a sus compañeros”.
AGRADECIMIENTOS
Por último, tanto el patrón como los marineros agradecieron a todos los agentes implicados la ayuda prestada, entre ellos al Gobierno español, la Xunta de Galicia, el Gobierno vasco, los distintos ayuntamientos de procedencia, la Audiencia Nacional, la empresa, el embajador de España y los medios de comunicación.
No obstante, hicieron una mención especial al apoyo que recibieron por parte de sus familias y, en particular, de sus esposas, “las verdaderas artífices de esta liberación”, en palabras de Secundino Dacosta, quien reclamó además “paz” y “tranquilidad” durante los próximos días tras salir de una “situación muy extrema”.
LLEGADA
Los ocho tripulantes gallegos del Alakrana llegaron pasadas las 11.40 horas al aeropuerto de Peinador, con más de hora y media de retraso, en un avión fletado por la Xunta de Galicia que los recogió sobre las 10.20 horas en la base de Torrejón de Ardoz, a donde llegaron esta madrugada desde las Seychelles.
Unos 30 familiares se encontraban desde primera hora en el aeródromo vigués en espera de los marineros, a los que recibieron entre aplausos y muestras de emoción. A Vigo se desplazó también el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y el conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda.
Tras atender a los medios de comunicación, sobre las 12.30 horas los marineros abandonaron el aeropuerto rumbo a sus domicilios en coches oficiales proporcionados por la Xunta.
“NERVIOSOS”
Los familiares de los marineros manifestaron antes de la llegada de la tripulación gallega su “nerviosismo” ante la situación y afirmaron no haber dormido “en toda la noche”.
En concreto, Anunciada Durán, madre de Pablo Costas, marinero secuestrado, y Antonio Costas, perteneciente a la tripulación suplente del Alakrana y que el lunes partirá hacia el buque; se mostró ante los medios “muy nerviosa” por ver a su hijo, ya que “todo esto se ha hecho muy largo”. Al mismo tiempo, señaló, ahora queda “otra vez la incertidumbre” ante la próxima marcha de su otro hijo.
Por su parte, Joaquín Fernández, padre de uno de los marineros del Alakrana que fue bajado del barco, reconoció no haber dormido “en toda la noche” y encontrarse “muy nervioso” ante la llegada de su hijo, al que tenía “muchas ganas de ver y abrazar”.
Asimismo, Joaquín Fernández resaltó la “valentía” de su hijo, que le confesó haber sido “bajado en una pequeña embarcación” del buque durante un corto espacio de tiempo para luego volver al Alakrana y que, además, “fue el encargado de ayudar a los piratas a irse” del atunero al final del secuestro. “Imagínate tu que borrachos y drogados como iban le pegan un tiro y se van”, concluyó.