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Una asociación estatal ofrece asesoramiento para exhumar la fosa común del cementerio de Vegueta

Cementerio de Vegueta, en la capital grancanaria.

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

Víctimas del Franquismo de Canarias siguen luchando porque se lleve a cabo la exhumación de la fosa común del cementerio de Vegueta. La asociación estatal ARDF Desaparecidos se ha ofrecido a asesorar al Ayuntamiento de la capital grancanaria y al Cabildo de la isla para que el proyecto se inicie. Su presidente, Santiago Carcas, señala que si se atiende a la investigación que ya se ha hecho y teniendo en cuenta que se conoce el lugar exacto donde se encuentra la fosa, la mejor opción es proceder a exhumarla en su totalidad.

En ella se estima que se localizan hasta 180 restos mortales, de los que entre 60 y 70 corresponderían a víctimas de la represión. Carcas afirma que esta fosa está divida en lo que denomina cuarteles, cuartelillos o fosillas. Y es que, cuando uno de estos espacios se llenaba, se construía otro encima, y así puede haber decenas. Por este motivo, cree que no es viable hacer una prospección para localizar los lugares exactos donde están los represaliados, sino que es mejor sacar todos los cuerpos de la fosa.

Según Carcas, ya ha explicado su visión a un asesor del Consistorio capitalino que se puso en contacto con él, aunque “de forma muy breve”. Señala que no se debería exhumar tan sólo los huesos del abuelo del portavoz de La Asociación de Víctimas de los Familiares Fusilados de San Lorenzo, Francisco González Tejera, unas de las personas que más se ha movilizado con este asunto. Según manifiesta, en cuestión de meses o de años podrían aparecer más personas interesadas en localizar a sus familiares y entonces habría que volver a escavar la tierra.

Para el presidente de la ARSF Desaparecidos, el Ayuntamiento, una vez redactado el informe de exhumación debe buscar la financiación del Cabildo o de la Comunidad autónoma para una vez obtenidos los permisos se proceda a ello. Recuerda además que se trata de un trabajo que debe ser elaborado por expertos y con máximo respeto a las víctimas. Tras la exhumación se deben llevar los fémur y molares a un laboratorio para proceder a hacerle las pruebas de ADN. “Recuperar los huesos no sirve de nada si luego no se llevan a cabo estas pruebas”, puntualiza, para añadir que detrás de cada uno de ellos se encuentra una historia y unos apellidos que dignificar.

Carcas afirma que a las asociaciones de víctimas tan sólo se les está permitiendo hacer una exhumación al año ya que si se quiere hacer con garantías se necesita más presupuesto. Además, señala que con la llamada Ley de Memoria histórica los familiares siguen desamparados ya que esta no da suficientes respuestas. En este sentido, agrega que desde 2011 no se ha podido hacer prácticamente nada ya que el Gobierno del PP no ha atendido a las demandas de las víctimas.

La asociación ha creado un Manual de la exhumación

El presidente de la ARDF Desaparecidos señala que ya ha enviado a todas las administraciones públicas españolas un manual con el que podrían guiarse a la hora de realizar exhumaciones de fosas comunes. Y es que, las Institucines son proclives “a hacer monolitos y poner piedras”, pero lo que realmente las víctimas piden es colaboración para recuperar los restos de sus familiares.

En este documento detallan que, en primer lugar, es fundamental efectuar un período de investigación: ir al archivo de iglesias, archivos militares, provinciales... y recopilar toda la información posible. Además, hay que acudir a la zona y buscar testigos.

Una vez hecha la investigación, Carcas indica que se pasa a la fase de geolocalización. Posteriormente, suele realizarse un trabajo de prospección para tener un mínimo de seguridad de que la fosa se encuentra en el lugar en el que la estaban buscando. Para ello, usan barras de penetración en tierra y si existe fosa la tierra queda removida y aparece arena. En este sentido, si no se encuentra de este modo, se procede a utilizar detectores de metales.

Una vez en el período de exhumación, este puede tardar entre 20 y 30 días. Aquí, explica que es imprescindible tener mucho cuidado en no contaminar los huesos, que finalmente se llevan al laboratorio a analizar. El último paso puede tardar unos seis meses.

El tiempo corre para recuperar a los familiares

El portavoz de la Plataforma de Familiares Fusilados de San Lorenzo, Francisco González Tejera, ha llegado a reiterar que el sueño de su padre de 90 años es poder enterrar a su abuelo, sindicalista, miembro del Frente Popular que fue fusilado y que se conoce que sus restos están en esa fosa de la capital grancanaria. Al ver que los meses pasan y aún no se ha procedido a la exhumación ha pedido más rapidez a las administraciones públicas, aunque reconoce que por parte del nuevo gobierno municipal (PSOE, LPGC Puede y NC) ha encontrado mejor sintonía que con el anterior mandato del PP. De hecho, el actual consistorio ha insistido en que existe máxima volundad por su parte en que se abra la fosa.

El propio Santiago Carcas cuenta como conocidos suyos han fallecido sin poder dar sepultura a sus familiares. “Hace seis meses murió un hombre que había perdido a su hermano de 17 años y su sueño era recueprar sus restos”, indica. Según explica, el hermano de este anciano ni siquiera pertenecía a ningún partido político y fue asesinado por tener contacto con un amigo comunista.

“Hay muchas historias”, asegura el presidente de esta asociación estatal, para añadir que su lucha se basa en “recuperar” la dignidad de estas personas fusiladas y la de sus familias.

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