El Cabildo de Gran Canaria invierte 1,2 millones de euros para reducir el combustible vegetal y frenar el avance de los incendios
El Cabildo de Gran Canaria ha anunciado que limpiará de cañaverales el entorno de 6.700 palmeras, así como decenas de cauces con apoyo del pastoreo controlado, medidas que tienen por objetivo “frenar el avance de los incendios con una inversión de 1,2 millones” que incluyen retiradas de enseres y electrodomésticos, así como cuidados para salvaguardar los palmerales de Gran Canaria.
“El Cabildo realiza todo el año tareas para reducir el combustible vegetal con acciones coordinadas de Medio Ambiente y Sector Primario, también en esta ocasión despejarán zonas afectadas por el abandono agrícola para mejorar la seguridad de la población”, ha señalado este jueves el presidente de la Corporación insular, Antonio Morales, en su recorrido por el palmeral de Ingenio de Santa Lucía para comprobar el avance de los trabajos junto a la consejera de Medio Ambiente, Inés Jiménez.
Cuadrilla Phoenix
Los palmerales de Gran Canaria se distribuyen por fondos y laderas, así como por tierras de cultivo porque siguen en muchos casos las redes de riego, así que embellecen cultivos y caseríos, pero también son un riesgo en caso de incendio.
La Cuadrilla Phoenix, así es como la ha denominado el Cabildo, será la encargada de desbrozar de cañas y maleza 17 palmerales en ocho municipios, también de podar 800 y talar 200 ejemplares que ya se han perdido, así como del control fitosanitario cuando se detecten plagas o enfermedades, con un presupuesto que asciende a 545.000 euros.
Las acciones se acometerán en tres fases: la primera, con un presupuesto de 240.000 euros, desbrozará siete palmerales que suman 2.700 ejemplares en cinco municipios. Arrancó en Los Dragos de Moya y se centra ahora en el desbroce del perímetro de más de un millar de palmeras en Ingenio de Santa Lucía. El periplo seguirá por la Huerta de Soria y Huerta de Calderos en Mogán, continuará en Los Sitios de Arriba y la Vega de Artenara de San Bartolomé de Tirajana y saltará a la capital para tratar el Sagrado Corazón y Galeones.
Además, en esta misma fase, la Cuadrilla Phoenix actuará en una docena de enclaves con árboles singulares como los acebuches de San Lorenzo y del Llano de la Parra, del Flamboyán de Veneguera y de los laureles de indias de El Pajar. También incluye el tabaibal de La Verga, la Sabina de Tirma, el Pino de Casandra, el Árbol Bonito de la carretera del centro, el Drago de Luis Verde en Valsequillo, el Castaño Gordo de Las Lagunetas, el Roble y el Pino de Osorio, y los Pinos de Gáldar.
La segunda fase, presupuestada en 190.000 euros, abordará los palmerales de Ciudad de Lima, Barranco de Fataga, Las Tederas y Ayagaures, todos en San Bartolomé de Tirajana, así como El Colegio de Santa Brígida y una segunda fase en los Dragos de Moya, de modo que desbrozará cinco palmerales, aparte de volver al de Moya, con más de 2.000 ejemplares.
Por último, el Cabildo ha informado que licitará por 115.000 euros estas medidas preventivas en La Montañeta, La Sorrueda, Las Longueras y el Barranco de la Cagarruta de Santa Lucía, así como los Valles de San Rogue, entre Telde y Valsequillo. En este caso serán desbrozados el entorno de otras 2.000 palmeras distribuidas en cinco palmerales.
Decenas de cauces
El Consejo Insular de Aguas retiró el año pasado más de 100.000 metros cúbicos de cañas en 60.000 metros cuadrados de 32 cauces de once municipios, y aparte actuó en tres palmerales del sureste. Esta acción cuesta 700.000 euros al Cabildo de Gran Canaria para el periodo 2020-2021, así que este año “se abordará otra treintena de cauces en los que también serán retirados residuos como colchones, muebles y todo lo que la población tira a las laderas en vez de en los puntos limpios provocando daños al medioambiente y peligro en caso de incendios y riadas”, ha agregado la Corporación insular.
Asimismo, el pastoreo controlado volverá a ser una de las mejore herramientas utilizadas por el Cabildo. Los rebaños serán llevados a pastar donde han sido cortadas las cañas para que ovejas, cabras y burros devoren sus raíces, no vuelvan a crecer y dejen de ser conductoras del fuego. Los residuos vegetales serán ofrecidos como abono, cama de animales y alimento para que en vez de pasto para el fuego sean pasto para el ganado.
0