La contaminación acústica en aguas canarias mata cada año a 10 cetáceos

Los fondos marinos de las Islas Canarias, donde cada año mueren hasta 10 cetáceos por impactos con barcos, el Estrecho de Gibraltar y el archipiélago balear son las zonas españolas con mayor contaminación acústica submarina, lo que tienes efectos nefastos para los cetáceos, que mueren de sordera.

El incesante tráfico marítimo de barcos de pasajeros, yates, mercantes y pesqueros en aguas españolas está teniendo consecuencias irreversibles para el ecosistema marino y, en especial, para las ballenas, los delfines, las orcas y otras especies de cetáceos, que corren riesgo de desaparecer, según ha advertido a Efe el biólogo francés Michel André.

El ruido que producen tanto los barcos como otras fuentes artificiales, como los radares o las prospecciones petroleras, están provocando pérdida de la capacidad auditiva de estos animales, lo que les impide algo tan esencial para su supervivencia como es el hecho de comunicarse entre ellos.

Esta disminución auditiva tiene otros efectos aún más fatídicos, si cabe, para estas especies, pues la sordera, causada por la exposición continua a ruidos excesivos, provoca que muchos cetáceos sean incapaces de captar los sonidos de baja frecuencia que emiten los buques y no puedan esquivarlos.

Sólo en las aguas de las Islas Canarias, según André, fallecen cada año entre seis y diez cachalotes por el impacto con barcos, una cifra alarmante teniendo en cuenta que en esta zona habitan unos 300 de estos ejemplares, divididos en grupos de diez a quince individuos, que alcanzan la madurez reproductiva sobre los treinta años.

Lo cierto es que esta problemática no afecta sólo a España, pues la actividad del hombre ha perturbado el silencio de todo el fondo marino del planeta, sin excepción. “No existe ya ningún rincón del mundo donde no haya contaminación acústica”, subraya André.

Aunque no existen datos del número de cetáceos que mueren cada año en aguas españolas tras impactar contra barcos, este experto señala que algunas de las zonas “más calientes”, es decir, más ruidosas y más peligrosas, son el archipiélago canario, el Estrecho de Gibraltar y las Islas Baleares.

Hasta el momento el equipo científico de Michel André ha elaborado, por primera vez en todo el mundo, un mapa de contaminación acústica submarina de las Baleares, y ahora hará lo mismo en la costa catalana, gracias a un proyecto financiado por la Fundación La Caixa, cuyos resultados se conocerán a finales de año.

“Este mapa nos dará la oportunidad de conocer la realidad del fondo marino, qué ruidos hay y dónde están los focos, para saber cómo afecta a los cetáceos y qué medidas podemos adoptar”, explica el director del Laboratorio de Aplicaciones Bioacústicas de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC).

Financiación

Lo ideal, según André, sería poder realizar este mapa de contaminación acústica en todo el litoral español, aunque antes, subraya, “se tiene que lograr la financiación necesaria”, que no siempre es fácil.

El investigador considera que el problema de la contaminación acústica es sumamente importante para el equilibrio mundial de los ecosistemas marinos, pese a que no goza de la concienciación necesaria ni entre la ciudadanía ni entre los gobiernos.

En su opinión, en este caso sucederá algo “similar” a lo que ha ocurrido con el cambio climático, pues hace años que los científicos advierten de los peligros del calentamiento global por las emisiones de gases de efecto invernadero, aunque no se ha decidido actuar hasta que las consecuencias han sido evidentes.

“También en este caso empezamos a tener datos. Hay que concienciar a la sociedad de que es necesario actuar. No dejemos pasar los años, o será demasiado tarde”, advierte André.